Jueves 23 de enero de 2003 | |||
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Atraparon al asesino del quiosquero Santillán |
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Le atribuyen una docena de asaltos y esa muerte, ocurrida en octubre pasado. |
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La policía logró detener al sospechoso, que se había rapado el cabello para despistar a los investigadores, después de un paciente trabajo que demandó casi tres meses y una decena de allanamientos en aguantaderos de esta capital y ciudades del interior. Ayer a la mañana, el sujeto cuya identidad no se publica por pedido de la policía para no entorpecer la investigación, fue reconocido por los testigos del crimen de Santillán. "Lo señalaron en forma categórica, sin dudar", dijeron las fuentes consultadas por "Río Negro". El asesinato del comerciante, que conmocionó al oeste neuquino, era uno de los pocos ocurridos el año pasado que la policía no había logrado esclarecer. Por eso ayer los investigadores no ocultaron su satisfacción. "No le solucionamos los problemas a los familiares, pero por lo menos pueden tener la tranquilidad de que el autor fue detenido", dijo el comisario inspector Miguel Angel Balmaceda, jefe del departamento Homicidios dependiente de la superintendencia de Investigaciones. Aún falta atrapar a su cómplice y reunir otros elementos, pero ya está preso el que apretó el gatillo y segó la vida del encargado del quiosco. Con esto volverá un poco de tranquilidad al barrio, que se movilizó varias veces reclamando el esclarecimiento del crimen. Santillán fue asesinado de un disparo calibre 9 milímetros el 27 de octubre pasado cerca de las 23. El hombre atendía un quiosco instalado dentro de un locutorio ubicado en Godoy y Quimey, cerca del hospital Horacio Heller. La investigación del crimen tuvo al comienzo pocos avances, porque los vecinos temerosos eran remisos a declarar. Pero a fines de noviembre el personal de Homicidios dio con una pista firme, y empezó a seguir los pasos de un joven de 21 años oriundo del barrio San Lorenzo que cometió varios asaltos en Gran Neuquén con la misma modalidad, y utilizando una pistola calibre 9 milímetros. Desde entonces se lanzó en una virtual cacería detrás del sospechoso quien, sabiendo que la Policía lo buscaba, cambiaba continuamente de aguantadero. "Nunca dormía más de dos o tres noches en el mismo lugar. Lo buscamos por varios puntos de Neuquén capital y también en localidades del interior, pero siempre se nos escapaba", relató ayer Balmaceda a este diario. En uno de los allanamientos, realizado en una vivienda del barrio Amsur, los investigadores encontraron enterrada la funda de un arma calibre 9 milímetros. "Esa pistolera nos dio otra prueba de que seguíamos la pista correcta", indicó el jefe policial. El pasado lunes 13, los sabuesos de Homicidios detectaron la presencia del individuo en una casa ubicada frente al barrio 252 Viviendas. "Se le hizo un seguimiento y observación durante 48 horas, hasta que el miércoles 15 ingresamos a la vivienda con una orden de allanamiento y lo detuvimos", explicó Balmaceda. La situación del detenido es muy grave. Le atribuyen una docena de robos con armas cometidos en los últimos tiempos en la zona oeste de la ciudad, además del asesinato de Santillán. Ayer a la mañana, los testigos del crimen -entre los que estaría una hija del comerciante- participaron de una rueda de reconocimiento y lo señalaron sin dudar como el que apretó el gatillo esa noche de octubre del año pasado. También se enteraron de que al momento del crimen el imputado vivía a menos de 600 metros de su víctima, cuyos movimientos observaba cada día. Un crimen que movilizó al oeste neuquino |
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