Lunes 20 de enero de 2003 | ||
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Un padre ayudó a desbaratar una venta de droga |
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Su hija fue detenida fumando marihuana. Le contó dónde la había comprado y el hombre hizo una declaración bajo identidad reservada. Realizaron un allanamiento y cayó la proveedora.
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NEUQUEN (AN).- La colaboración de un padre, cuya hija fue detenida en el Río Grande consumiendo marihuana, permitió detener ayer a una distribuidora de esta capital que tenía en su vivienda un ladrillo de 250 gramos de la droga. Este fue, hasta ahora, el resultado más espectacular que obtuvo el mega-operativo montado por el municipio neuquino, la policía provincial y Drogas Peligrosas de la Policía Federal para ponerle fin al descontrol que impera cada madrugada en el balneario más concurrido de esta capital. Fuentes de Drogas Peligrosas informaron a "Río Negro" que durante los procedimientos realizados ayer a la madrugada, de los que también participó el juez federal Guillermo Labate, fueron demorados diez menores de edad que estaban fumando marihuana. Además de los porros, los efectivos secuestraron picadura, pipas, papel para armar los cigarrillos y otros elementos vinculados con el consumo de estupefacientes. Los menores fueron "infraccionados" pero no quedaron detenidos. Se les informó a los padres, quienes pasaron a retirarlos por la dependencia policial. Uno de los padres, indicó el vocero consultado, tuvo una actitud singular. "Interrogó a la hija y le preguntó de dónde sacaba la droga. Ella le contó todo. Entonces el hombre nos dijo que quería declarar para decir en qué lugar se vendía la marihuana que tenía la hija". Le tomaron una declaración "bajo identidad reservada" para preservar su seguridad. Con ese elemento y una autorización del juez Labate, los efectivos de Drogas Peligrosas allanaron ayer a la mañana una vivienda del barrio La Sirena, donde secuestraron un ladrillo de marihuana de 250 gramos de peso. La dueña de casa, una mujer de 28 años, fue detenida y quedó a disposición de la justicia federal. La fuente policial que habló con este diario destacó la actitud del padre que hizo la denuncia. "Ese es el tipo de colaboración que necesitamos", indicó. Por otra parte, admitió que le sorprendió "el nivel de consumo de alcohol que se ve en el Río Grande. A medida que pasan las horas, los menores van tomando más y más, y después de las cinco de la mañana es un verdadero descontrol". Un cóctel explosivo Describió un paisaje de pesadilla, con comercios vendiendo alcohol con las luces apagadas para que no los descubran, y chicos tirados en la calle sin poder ponerse de pie por su estado de embriaguez. "La policía de la provincia trata de controlar que no se peleen entre ellos, que no haya disturbios", detalló. "Pero comerciantes inescrupulosos y menores sin experiencia son un cóctel explosivo que puede terminar en cualquier cosa en cualquier momento", advirtió la fuente. La situación que se vive en el principal balneario de la ciudad, al que concurren miles de jóvenes cada noche, fue reflejada por un informe que "Río Negro" publicó días atrás. Impactado por la noticia, el intendente Horacio Quiroga empezó a buscar aliados para plantearle batalla al descontrol en el mismo terreno. El problema más serio, coinciden todas las fuentes involucradas, es el consumo de alcohol y la inescrupulosa venta de comercios que atienden toda la madrugada expendiendo a menores de edad. Desde el viernes a la noche, inspectores municipales y policías de la provincia y de la Federal desembarcaron al final de la calle Olascoaga para ponerle coto al desenfreno. Algunos comercios ya fueron clausurados, y otros están bajo permanente vigilancia de los inspectores. También se labraron cientos de infracciones de tránsito a menores que conducen vehículos. |
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