Domingo 5 de enero de 2003

 

Balas, puñales y robos en la violenta noche neuquina

 

Un joven está grave tras recibir cinco heridas de arma blanca; otro sufrió tres balazos de parte de desconocidos y en un quiosco dos sujetos huyeron con una caja registradora completa.

  NEUQUEN (AN).- Baleados, apuñalados y robos a punta de pistola marcaron la violencia de las últimas horas en esta capital.
Pasadas las 22.15 del viernes, efectivos de la comisaría 18 encontró en la esquina de Venado Tuerto y Estanislao del Campo un menor de edad bañado en un charco de sangre.
El joven fue blanco de una feroz agresión con un arma blanca. Su cuerpo registraba cinco puñaladas, cuatro de ellas en el estómago y una a la altura del corazón.
Inmediatamente fue trasladado al hospital Heller, pero debido al estado de gravedad en que se encontraba el personal del nosocomio decidió la urgente derivación al hospital regional Neuquén.
Fuentes policiales informaron que el muchacho fue atacado por un grupo integrado por menores de edad.
La violenta noche del viernes continuó en la calle Punmamarca al 1.000. A las 23.50 por ese lugar transitaban dos hermanos, que aparentemente se encontraban en estado de ebriedad y se dirigían hacia algún boliche bailable.
Ambos fueron sorprendidos por tres hombres que, sin mediar ningún tipo de conversación, los atacaron con un arma de fuego. En medio de la balacera, el menor de los hermanos se desplomó en el suelo, luego de que su cuerpo recibiera tres de los disparos.
La policía informó que la víctima sufrió "heridas por arma de fuego en el abdomen, región inguinal derecha y antebrazo derecho".
También se conoció que estaba alcoholizado.
Los tres agresores se dieron a la fuga, mientras el hermano del menor herido reclamaba a los gritos la ayuda de los vecinos. Lo extraño del caso es que al parecer estas personas no se habían visto nunca en su vida.
Así lo aseguraron fuentes policiales consultada por este medio, de acuerdo a la declaración de las víctimas de la agresión.

Asalto a un quiosco

Cuando el sol ya había dejado de calentar el asfalto, y la oscuridad se hacía presente en esta capital la propietaria de un kiosco ubicado en Los Nogales al 1.800 pasó uno de los peores momentos de su vida.
Todo ocurrió cerca de las 20, cuando dos delincuentes ingresaron al local a cara descubierta y le exigieron a punta de pistola y entre amenazas, que entregue la recaudación del día.
La mujer alcanzó a resguardarse en su vivienda -la que está separada sólo por una puerta del comercio-, según dijo ayer a "Río Negro" su marido.
Desbordados por los nervios, los dos delincuentes -uno de ellos menor de edad- decidieron llevarse la caja registradora con 60 pesos y salir corriendo.
Minutos después arribaron al lugar efectivos de la comisaría 19, que luego de calmar al propietario del quiosco y recibir datos sobre la descripción física y de vestimenta de los malvivientes, comenzaron la búsqueda por la zona.
A tres cuadras del lugar, los policías lograron atrapar a los delincuentes, que no se resistieron a la detención y entregaron el botín con el que se habían alzado.
Sin embargo, los efectivos no pudieron hallar el arma de fuego con el que dieron el golpe. Al parecer, antes de ser apresados lo arrojaron en algún baldío cercano.
   
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