Viernes 31 de enero de 2003
 

Cuenta regresiva

 
  Siempre ha sido evidente que para impedir que "armas de destrucción masiva"caigan en manos de dictadores tan ambiciosos como inescrupulosos que, de más está decirlo, serían los más interesados en adquirirlas, la "comunidad internacional" tendría que desarmar por la fuerza a los países considerados más peligrosos si existieran motivos para suponer que están a punto de alcanzar tal objetivo. La alternativa de confiar en la buena voluntad universal sería suicida, por equivaler a resignarse a la proliferación tan temida. Puesto que Corea del Norte ya parece poseer armas de dicho tipo y, de todos modos, cuenta con fuerzas militares convencionales que están en condiciones de destruir las ciudades principales de Corea del Sur, la"comunidad internacional" -representada a su modo por Estados Unidos, por ser éste el único país que tiene los medios necesarios para hacer frente de forma convincente a cualquier amenaza que surja- es naturalmente reacia a correr el riesgo de provocar una catástrofe de dimensiones apenas concebibles, pero aun así podría verse obligada a hacerlo. En cambio, el Irak de Saddam Hussein todavía no ha llegado a esta etapa, razón por la que Estados Unidos y su aliado, Gran Bretaña, lo han elegido para ser la primera dictadura ambiciosa que aprenda que tienen que obedecer al pie de la letra los límites fijados por los acuerdos internacionales.
Según el equipo de inspectores de la ONU encabezado por Hans Blix, parece probable que Irak haya logrado ocultar sus reservas de sustancias tóxicas y bacteriológicas, más misiles de largo alcance. Para los norteamericanos y británicos, esto significa que conforme a lo ya acordado en una resolución del Consejo de Seguridad tendrían derecho a atacar al país infractor, mientras que Francia, acompañada por Alemania, Rusia y China, insiste en que gracias a la presencia de los inspectores, la que fue posibilitada por la actitud beligerante del presidente estadounidense George W. Bush y el primer ministro británico Tony Blair, Saddam no constituye una amenaza significante, de suerte que no hay por qué invadir. Por lo pronto, tanto los países anglosajones como los otros tienen razón, pero a esta altura sería muy difícil que los primeros optaran por conformarse con lo mucho que ya han logrado porque, desde el punto de vista de virtualmente todos, una decisión de respetar el statu quo significaría el triunfo no sólo de "la paz" sino también de Saddam. Así lo entenderían todos los líderes y los habitantes de una multitud de países, sobre todo en el Medio Oriente, en los que está intensificándose no sólo el odio por lo occidental, sino el desprecio por una civilización que supuestamente ya carece de la voluntad de defenderse.
Para que Saddam permitiera a los inspectores de la ONU regresar a su país luego de haberlos expulsado, fue necesario que el gobierno de Estados Unidos le dejara saber que la alternativa sería una guerra que sin duda alguna perdería. Sin embargo, al asumir una postura lo bastante combativa como para convencer a Saddam de que tendría que ceder, Bush redujo al mínimo sus propias opciones. A esta altura, le sería extraordinariamente difícil batirse en retirada sin difundir por el mundo el mensaje de que a pesar de sus bravuconadas Estados Unidos es un país pusilánime que no osaría hacer frente a un dictador resuelto como Saddam Hussein y que por lo tanto no sería forzoso tomar sus advertencias en serio. También se vería afectada la autoridad del Consejo de Seguridad de la ONU: aunque fuera a causa de un compromiso sincero con "la paz" -lo que no es demasiado creíble en vista de las intervenciones francesas en Africa, la campaña casi genocida de los rusos en Chechenia y la ocupación brutal por parte de China de Tíbet-, el que la mayoría de sus miembros permanentes se opusiera firmemente a cualquier intento de obligar a respetar sus resoluciones a un país como Irak supondría que en adelante nadie se sentiría intimidado por lo que, en última instancia, no sería más que un ejercicio retórico, lo cual plantearía la probabilidad pesadillesca de que muy pronto la "comunidad internacional" se verá frente a una media docena de países bien armados como Corea del Norte y una veintena que no sean tan distintos del Irak de Saddam Hussein.
     
     
Tapa || Economía | Políticas | Regionales | Sociedad | Deportes | Cultura || Todos los títulos | Breves ||
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio
Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación