Sábado 18 de enero de 2003
 

A regañadientes, el director del Fondo recomendó aprobar el acuerdo

 

"Hay riesgo por la fragilidad de la Argentina".

 
El titular del FMI, Horst Köhler, sucumbió ante la presión de los poderosos países industrializados y "concedió" el acuerdo con la Argentina.
El polémico director gerente del Fondo Monetario Internacional, Horst Köhler, informó ayer que recomendó al directorio de la institución la aprobación del acuerdo de transición con Argentina, aunque dejó en claro su desagrado por llegar a esa instancia. Afirmó que el plan de transición acarreará "riesgos excepcionales para el Fondo" a raíz de la "fragilidad económica" del país.
Hay que tener en cuenta que tanto Köhler como Anne Krueger, la número dos del Fondo, se oponían a la firma del acuerdo, pero la presión de los países que integran el Grupo de los 7 y, especialmente, de Estados Unidos, logró revertir la voluntad de ambos directivos.
La carta de intención correspondiente al acuerdo de transición -que implica la reprogramación de vencimientos hasta agosto de este año- fue firmada el jueves, aunque quedó pendiente la aprobación final por parte del propio Köhler y de la junta de directores.
El presidente Duhalde y el ministro de Economía, Roberto Lavagna, salieron a destacar ayer el principio de acuerdo alcanzado con el Fondo.
Para el jefe de Estado, fue "como haber cumplido un hito, que no podíamos dejarlo irresuelto, porque vendría a complicar la situación de las expectativas en la economía argentina y además nos iba generar dificultades con algún financiamiento que tenemos con el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial". "Finalmente se entendió que la Argentina tiene todo el derecho de llevar su política económica, de tener un criterio propio en torno a qué quiere decir una economía sustentable", señaló Duhalde.
Por su parte, Lavagna criticó a los candidatos presidenciales por no haber demostrado "voluntad" ni "compromiso" para "consensuar un programa de más largo plazo", que hubiera permitido asegurar una reprogramación de la deuda hasta diciembre próximo, y no hasta agosto, como finalmente se definió.

"Fragilidad política"

En una declaración escrita dada a conocer ayer por las agencias internacionales de noticias, Köhler afirma si bien el gobierno del presidente Eduardo Duhalde logró cierta estabilidad económica en el país, el programa de transición "conllevaba riesgos excepcionales para el Fondo".
Entre ellos, según dijo, figura en primer lugar la "fragilidad del marco de la política macroeconómica y los retos políticos de implementación".
"En la consideración de este pedido, es importante que el Directorio sopese estos riesgos cuidadosamente, y sus repercusiones para la Argentina, la región y el propio Fondo"", advirtió Köhler.
Al transmitir al directorio la Carta de Intención y Memorándum de Políticas Económicas de Argentina, Köhler dijo que decidió recomendar a los directores aprobar el acuerdo "como una demostración de un esfuerzo de buena fe de la comunidad internacional, en favor del pueblo de Argentina". "También quiero asegurar al pueblo de Argentina que el FMI hará su parte para que este programa tenga éxito", añadió Köhler.
Enfatizó que la clave "para una solución duradera a las presentes dificultades, depende, naturalmente, de las acciones" que tome el gobierno de Argentina.
"Yo espero que nuestra contribución catalizará un esfuerzo cohesivo por parte de las autoridades argentinas, las provincias, legisladores y sociedad civil, para implementar plenamente este programa transicional", recalcó.
Varios banqueros e inversores estadounidenses expresaron sus reservas respecto del acuerdo alcanzado, al cual consideraron como un reconocimiento a los progresos logrados en los últimos meses, pero que beneficiará sobre todo a los propios organismos multilaterales, que no verán caer sus calificaciones por el default total argentino.
"En general la actitud de la comunidad de Wall Street ante el acuerdo es negativa", ya que "muchos preferirían que los organismos de créditos multilaterales sufran en carne propia el dolor que ellos sufrieron", tras el default argentino con los acreedores privados, dijo el director de mercados emergentes del ABN-Amro en Nueva York, Arturo Porzecanski. (Reuters y DYN)

Rescatarán los bonos con ATN

El Gobierno destinará Aportes del Tesoro Nacional (ATN) para rescatar bonos provinciales durante este año, especialmente los papeles entrerrianos cuyo valor en el mercado está devaluado prácticamente al 50%.
La decisión fue tomada debido a que el acuerdo firmado con el FMI no contempla el reintegro de parte de los 4.000 millones de dólares que la Argentina pagó el año pasado por vencimientos de deudas.
El Gobierno tenía previsto utilizar parte de estos fondos para ayudar financieramente a las provincias y rescatar los bonos que la mayoría de los distritos emitió para hacer frente a su fuerte crisis económica del país.
El tema fue analizado durante un encuentro que ayer mantuvo el ministro del Interior, Jorge Matzkin, con el subsecretario de Provincias del Palacio de Hacienda, Alejandro Arlía.
"En el encuentro se analizaron mecanismos para que la Nación continúe durante el 2003 con el financiamiento de las provincias que necesiten apoyo financiero que surgirán de Aportes del Tesoro Nacional", se informó.
La eliminación de los bonos es uno de los puntos que habían exigido las autoridades del Fondo durante las largas negociaciones mantenidas para alcanzar un acuerdo.
En algunos distritos, como en Entre Ríos, los bonos locales cotizan en el mercado a un 50% de su valor nominal, lo que genera fuertes protestas de los empleados que cobran sus sueldos con dichos papeles. (DYN)

La renegociación de deuda va para largo

Tras alcanzar un acuerdo de refinanciación con el FMI, Argentina busca comenzar la renegociación de su deuda pública en manos de acreedores privados cuyos pagos comenzó a incumplir en el 2002, un proceso que según el gobierno durará "como mínimo" dos años.
"La renegociación de la Argentina va a durar como mínimo dos años, es un proceso sumamente complejo", dijo ayer el ministro de Economía, Roberto Lavagna.
El gobierno del presidente Eduardo Duhalde consiguió el jueves uno de los dos grandes objetivos que se había impuesto: cerrar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para postergar los vencimientos de deuda con este y otros organismos internacionales en los próximos meses.
El monto total de esa deuda es de 11.000 millones de dólares.
El segundo objetivo del presidente era aliviar la tensión en las calles tras el estallido social de diciembre del 2001. Duhalde logró apaciguar levemente la tensión en parte gracias a un ambicioso plan de subsidios para las familias más pobres, que benefició a dos millones de personas.
Argentina, cuya economía aún está colapsada, no estaba en condiciones de cancelar todas esas deudas, según Duhalde, porque eso hubiese significado perder todas las reservas del Banco Central.
La razón es que la recaudación mensual que se destina a financiar el funcionamiento del Estado no es suficiente para pagar, además, las deudas.
Las renegociación de la deuda con acreedores privados comenzará en febrero, según Lavagna.
Actualmente, varios indicadores muestran que la economía argentina está comenzando a despertar de la amplia recesión que comenzó en 1998.
Los últimos tres trimestres del 2002 mostraron un crecimiento de la economía respecto de los trimestres anteriores, y la producción industrial creció en noviembre, por primera vez en 27 meses.
Pero para los inversores extranjeros privados, que esperan desde enero del 2002 a que el gobierno de Duhalde les pague una deuda cuyo valor total es de 51.000 millones de dólares, esa recuperación todavía no es suficiente (Reuters)
   
    ® Copyright Río Negro Online - All rights reserved    
     
Tapa || Economía | Políticas | Regionales | Sociedad | Deportes | Cultura || Todos los títulos | Breves ||
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio
Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación