|
|
El técnico Manuel Pellegrini,
quien negó una pelea con el arquero Angel D.Comizzo, debe estar
deseando que el verano termine rápido.
|
MAR DEL PLATA (Télam) - En medio de
rumores de peleas y doloridos, como aseguró Eduar-do Coudet, por no
poder con el Boca de Carlos Bianchi, Ríver se fue de Mar del Plata inmerso
en una crisis que sólo un triunfo ante el clásico rival podría aplacar.
Que el tema de Ríver con Boca es un caso de digno de "diván" ya nadie
lo duda, pero estas derrotas provocan comentarios, versiones y rumores
que están provocando la primera crisis del año para Pellegrini, quien
debe estar deseando que sea sólo una tormenta de verano.
El pasado sábado en Mar del Plata, antes del comienzo del partido, circuló
un rumor de una supuesta pelea entre el técnico y Angel D. Comizzo,
quien vio el superclásico desde el banco.
"Tengo una excelente relación con todos los integrantes del plantel
y con Comizzo no hubo ningún problema", señaló Pellegrini, pero hay
voces que afirman todo lo contrario.
La derrota con Boca en Mendoza comenzó a calentar el ambiente en Núñez.
Y la decisión de excluir a Comizzo del equipo y querer un zaguero para
que reemplace al paraguayo Celso Ayala, agigantó más el fuego.
Para colmo, antenoche nuevamente los de Núñez fueron testigos de otro
festejo de Boca, por lo cual, las versiones de peleas, apretadas de
barras bravas y demás, estuvieron a la orden del día, en realidad, más
bien de la madrugada, sobre todo en los alrededores del hotel donde
se hospedó el plantel de Ríver.
Es que las derrotas ante Boca, aunque sean por penales, duelen y mucho,
y si no basta con prestarle atención a las palabras de Coudet. "Nos
duele perder con Boca aunque sea por penales. En realidad hasta nos
pone mal el empate, porque el partido estaba para ganarlo", apuntó.
Si bien el volante luego tuvo declaraciones más formales, como que los
penales son una lotería, que duele perder pero estos son partidos de
preparación, ya es angustia lo que se siente entre los dirigidos por
Pellegrini y los simpatizantes del equipo de Núñez por no poder con
Boca.
El presidente de Ríver, José María Aguilar, ante una consulta sobre
el hipotético caso que se pierdan los tres superclásicos, aseguró que
si eso pasa la continuidad de Pellegrini no peligrará.
La cuestión es que una vez Ramón A. Díaz, quien está agazapado buscando
un nuevo regreso, se tuvo que ir por perder en Mar del Plata, con todos
los "titulares", frente a los "pibes" de Boca.
Es poco probable que Aguilar lo despida a Pellegrini o que el entrenador
chileno de un paso al costado por perder amistosos con Boca, pero el
ambiente en Ríver está más que espeso, y no lo pueden disimular.
Ahora habrá que esperar hasta el 7 de febrero, cuando en Mendoza se
juegue el último superclásico del verano, para ver si una victoria levanta
los ánimos o una nueva derrota provoca que que ni los bomberos puedan
apagar tanto fuego.
Schiavi disfruta de los triunfos
Rolando Schiavi no anduvo con vueltas
y aseguró que a Ríver le gusta ganarle de cualquier manera "aunque sea
por penales", al tiempo que reconoció que Boca no jugó bien el segundo
superclásico del año.
"Estos son partidos especiales, más allá de que sean amistosos, y hay
que jugarlos de ese modo. A mí me gusta ganarlos de cualquier manera,
hasta por penales", manifestó sonriente el defensor.
Schiavi, junto a Hugo Ibarra, fue de lo mejor de Boca, y reconoció que
no se jugó bien y que Ríver en el primer tiempo los complicó.
"No se jugó bien. En el primer tiempo Ríver nos salió a presionar más
arriba y nos complicó, pero no tuvieron grandes oportunidades de gol.
En la parte final se emparejó un poco y se hizo un encuentro más abierto",
subrayó.
Boca finalizó el pasado sábado con los trabajos de pretemporada en Tandil,
pero Schiavi afirmó que por los partidos del verano todavía les falta
un poco más en la parte física.
"Falta un poco más en lo físico porque venimos jugando muchos partidos,
pero esta es la mejor manera de llegar bien al certamen", concluyó.
Los jugadores de Boca tienen libre hasta mañana, cuando vuelvan a verse
en Casa Amarilla, para prepararse para el partido del sábado ante Rácing,
en Mar del Plata, que cerrará el denominado "pentagonal de los grandes".
(AR y Télam) |