Al campeón Atlético no le quedó nada por bajar 14-1-03

Martes 14 de enero de 2003

Al campeón Atlético no le quedó nada por bajar

"Nos daban como candidatos para la Liguilla", dijo el DT

"El Diente" Víctor Correa jugó muy bien todo el torneo y fue el más regular del flamante campeón de Lifune.

NEUQUEN (AN).- La locura de Atlético Neuquén todavía continúa. Empezó en la cancha de Centenario, siguió en las calles capitalinas hasta la madrugada, después el desfile de los muchachos por las radios... El tricolor no para de festejar y está perfecto, porque pasó de ser el último orejón del tarro a campeón del fútbol neuquino.
"Ni siquiera nos daban como candidatos para clasificar a la liguilla", manifestó Oscar Mazzone. Y es verdad. Muy pocos creían que el equipo iba a meterse entre los mejores seis del Clausura y ocurrió todo lo contrario, dominando el torneo de principio a fin.
Esta consagración demostró, una vez más, que a Mazzone le encanta correr desde atrás. Como pasó con Unión Vecinal en el "97, armó un plantel para cumplir y la historia terminó con vuelta olímpica. Ahora, el entrenador estará en Independiente y contará con un plantel lleno de figuras. ¿Obtendrá los mismos resultados?
Pero el entrenador no es el único responsable en este título. Hay jugadores que rindieron al máximo de sus posibilidades y en ese sentido lo de Víctor Correa y Santiago López resultó notable. El líbero la rompió en todo el certamen y fue, sin dudas, el más regular del elenco tricolor; mientras que el arquero cerró un torneo brillante.
Con la firmeza defensiva asegurada, el conjunto tricolor se apoyó en las rachas de Claudio Ramírez -en las primeras fechas-, contó con un polifuncional como Ezequiel Merino, y tuvo en Tomás Pucheta y Gustavo Rodríguez a dos que siempre dijeron presente.
Los convocados para esta versión armada a último momento fueron Enrique Velázquez y Gabriel Burgos, quienes habían abandonado la actividad oficial y fueron determinantes en la conquista. Aportaron gol y mucho talento.
Así, el equipo ganó con comodidad la fase regular. En la liguilla no rindió a pleno, pero con el lugar en la final asegurado, Mazzone optó por poner las fichas en la definición.
El rival también fue sorpresivo, porque Villa Iris transitaba por su primera temporada en la elite y ya estaba en la pelea grande. Encima, durante el último tramo se agrandó, su público llenó tribunas y, por si fuera poco, también se transformó en el equipo oficial, con un importante apoyo del gobierno provincial.
Contra todo eso, más dos expulsiones discutibles, debió luchar Atlético en la final. Y, como en todo el torneo, salió adelante, sacó chapa y es un merecido campeón.

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