Malestar en el tenis de mesa por la entrega del Pehuén

La gente del CEF cuestionó al presidente de la asociación. Dicen que los criterios de elección de las ternas no fueron limpios.

Opinión: Las reglas deben ser muy claras

La entrega del Pehuén nació como una forma de reconocimiento al esfuerzo y a los logros de los deportistas neuquinos durante el año. Con el paso del tiempo el premio ha ganado prestigio y, en definitiva, se convirtió en un elemento deseado.
La denuncia de la gente del tenis de mesa pone en debate una situación que se ha dado en reiteradas ocasiones, pero que no trascendía más allá de los corrillos. Hoy, por la salud del deporte y del premio, tomó forma concreta.
El Pehuén debe ir más allá de las mezquindades o los intereses personales, tiene que tener la mayor transparencia posible, para lo cual las reglas de postulación de las ternas y de la elección del ganador, deben ser muy claras. Eso no ocurre.
Los criterios que se aplican para distinguir en un deporte, no son los mismos para el otro. Ahí radica la confusión y ganan las dudas.
Por un lado se le da prioridad a los éxitos en los distintos niveles de competencia -internacional, nacional, local, etc.-, pero también se puede apelar a la proyección que tiene el deportista o si practica una disciplina olímpica, panamericana, mundial o nacional. Todo debe pesar en la decisión final, pero siempre en el mismo orden, sin mezclas antojadizas.
Durante la última entrega fueron varios los reclamos por las ternas y los ganadores, en muchos casos simplemente de palabra. Algunos serán fundados, otros no, pero todo sería más sencillo si las formas de selección tuvieran una total transparencia.
El premio tiene valor como motivador, pero también puede resultar una llave para abrir puertas cuando se busca un apoyo económico, tanto estatal como privado. Ahí crece el interés por conseguirlo.
El Pehuén debe cumplir con la meta con la cual fue concebido. De lo contrario no sirve. (AN)