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Lunes 27 de enero de 2003 | |
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La historia con ojos de mujer |
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Se estrenó en Buenos Aires la obra teatral "Porteñas: un largo recorrido". |
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| Buenos Aires (Télam).- Los momentos más significativos de la historia argentina del siglo XX se perfilan en la obra "Porteñas: un largo camino recorrido...", estrenada esta semana en el capitalino Paseo La Plaza, a través de cinco mujeres que, a pesar de sus diferencias ideológicas, se sienten partícipes del mismo destino. Prototipos de la sociedad argentina, transcurren sin envejecer desde 1909 hasta 1987 viviendo, a partir de las rebeldías obreras en la Patagonia, sucesos político-sociales como la Semana Trágica, la lucha feminista, el asesinato de Enzo Bordabehere, la irrupción del peronismo, el voto femenino, el cordobazo, la represión militar y el regreso de la democracia en 1983. La pieza, escrita y dirigida por Manuel González Gil, está estructurada en varios cuadros correspondientes a distintos momentos, perfectamente determinados en el tiempo. Un único espacio escénico -el living de la casa de una de las cinco mujeres- da lugar al encuentro del grupo de amigas y encuadra la acción que se desarrolla en las diferentes escenas. Cada una de las cinco representa distintos estamentos sociales, así como adhiere a ideologías muy definidas y aparentemente irreconciliables: la dueña de casa (Betiana Blum), casada con un legislador, proviene de la aristocracia agrícolo- ganadera; la esposa de un militar de alto rango (Virginia Lago); una acérrima feminista (Susú Pecoraro); la mujer de un anarquista (María Valenzuela) y la humilde mujer de un almacenero (Carolina Peleritti). En los diálogos alternan el humor, la emoción y los momentos de hondo dramatismo sin caer en desbordes, aunque algunos parlamentos están pensados de exprofeso para impactar al espectador. Armado como una partitura coral, el texto presenta, sin embargo, la oportunidad para que cada una de las mujeres se exprese en un monólogo que, a la manera de los solos musicales, despliega las facetas del personaje y las posibilidades actorales de las actrices. El clímax dramático se alcanza cuando la esposa del militar, en una ardiente defensa de su marido devela su condición de mujer golpeada. La brillante actuación de Virginia Lago, que hace estallar en esta escena a un personaje que desde el primer momento dibuja con virtuosismo, da lugar a la ovación más cerrada de la noche. El humor corre por cuenta de Betiana Blum, que perfila a la dueña de casa con rasgos de ingenuidad que no descartan la ternura. Pecoraro, Valenzuela y Peleritti asumen sus roles con convicción y obtienen los momentos más significativos en el contrapunto con Virginia Lago. |
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