Domingo 12 de enero de 2003

 

Donde dice "busto" debería decir "gusto"

 

El libro "Vituperio (y algún elogio) de la errata" de José Esteban reúne algunas de las erratas más desopilantes de la historia

  Sevilla (Télam-SNI).- El editor y erudito José Esteban acaba de publicar un "Vituperio (y algún elogio) de la errata", un recorrido por la historia de la errata a base de ejemplos, desde los más hilarantes hasta otros que causaron tanto disgusto que provocaron la muerte de un Papa de Roma.
Fue Clemente XI el Papa que al ver sus homilías recién impresas detectó una errata de bulto, lo que le produjo una apoplejía de la que murió a las pocas horas.
También la obra de otro Papa, La "Vulgata" de Sixto V, de 1590, pese a ser corregida por el propio pontífice, fue impresa plagada de erratas, de modo que los escasos ejemplares que quedan alcanzan cifras astronómicas en las subastas.
Otras erratas, mucho menos trágicas, conducen a la risa, como la del folletón "Arroz y tartana" de Vicente Blasco Ibáñez, que en su primera edición decía "Aquella mañana, doña Manuela se levantó con el coño fruncido" (por ceño), o la que sufrió el poeta Garciasol, en un verso que en vez de decir "Y Mariuca se duerme y yo me voy de puntillas" dice "Y Mariuca se duerme y yo me voy de putillas".
A veces, la sola ausencia de un tilde conduce a la fatalidad, como aquél que dijo necesitar una secretaria con "ingles" en vez de con inglés.
Otras veces, la errata le cuesta el empleo a su responsable, como cuenta el novelista argentino Manuel Ugarte al referir el caso de un periodista que, al dedicar un escrito a la hija del dueño del periódico, quiso escribir "Basta escribir su nombre, Mercedes, para que se sienta orgullosa la tinta", pero escribió "tonta".
También fue embarazosa la situación de un crítico que dedicó un libro suyo a una condesa escribiendo al inicio de la obra que su "exquisito busto (por "gusto") conocemos bien todos sus amigos".
Las erratas no respetan ni los títulos de los libros, así "La feria de los discretos" de Pío Baroja conoció una edición como "La feria de los desiertos", o una "Breve historia del altruismo argentino", que en realidad lo era del "ultraísmo", o un drama que se llevó a la cartelera con el título "La expulsión de los mariscos" (por moriscos).
Algunas veces las erratas parece que se reprodujeran entre sí, como un libro de poemas del mexicano Alfonso Reyes, que tenía tantas que suscitó el comentario escrito de Ventura García Calderón: "Nuestro amigo Reyes acaba de publicar un libro de erratas acompañado de algunos versos".
José Esteban recoge otras erratas que califica de "invencibles" por resistirse a las correcciones, como cierta frase que elogiaba a una dama y señalaba a un ministro el deber de recompensarle sus "infinitos servicios", por lo que al salir escrito "ínfimos" se corrigió con peores resultados porque se escribió "infames", por lo que se mandó a hacer otra corrección que sólo empeoró las cosas, al escribir "íntimos".
El libro, que también repasa las erratas "cultivadas" o "intencionadas" y ofrece ejemplos de otras que han mejorado los versos en los que aparecieron, da cuenta del caso de la definición de "Cornamusa" en el Diccionario de la Real Academia, que contiene una errata que ha sido fielmente reproducida en otros diccionarios, muestra de que se "inspiran" en el de la Academia.

No es tan sencillo publicar a Tolkien

Nueva York (Télam-SNI).- Michael Drout, un catedrático norteamericano que encontró y publicó un manuscrito de JRR Tolkien, el autor de "El señor de los anillos", aseguró que los resentimientos personales y académicos que pesan sobre el escritor dificultaron la difusión del artículo. Drout, del Colegio Wheaton en Massachusetts, descubrió el documento hace seis años, mientras realizaba investigaciones de postgrado en la biblioteca Bodleian de la Universidad de Oxford, Reino Unido.
Tolkien enseñó anglosajón en Oxford durante muchos años y el texto en cuestión era el original, de 2.000 páginas de extensión, de una traducción y una valoración crítica del poema épico "Beowulf", escrito en el siglo VIII. El célebre autor, quien el viernes pasado hubiera cumplido 111 años, realizó el estudio, titulado "Beowulf, los monstruos y los críticos", para presentarlo en el marco de una conferencia ante la Academia Británica en 1936.
Drout logró que la traducción se publicara en Estados Unidos, después de librar una batalla épica para disipar los temores de los herederos de Tolkien de que la obra se podría explotar indebidamente, y de hacer frente a la intrusión de algunos admiradores del escritor británico. "He aprendido más de lo que me hubiera interesado sobre las dificultades para editar un manuscrito del siglo XX", aseguró el académico, experto en literatura medieval.
Entre los obstáculos, el investigador citó las leyes relativas a los derechos de autor y determinados "resentimientos personales y académicos que todavía están al asecho", casi treinta años después de la muerte de Tolkien. No obstante, para Drout ésta fue su "experiencia más gozosa y satisfactoria" en el mundo académico.
Diversos estudiosos de la obra de Tolkien estiman que su conferencia sobre el "Beowulf" transformó la visión que se tenía de la obra medieval. Drout recordó que "Beowulf" había ejercido una gran influencia sobre "El señor de los anillos" y que diversos personajes, incluido un árbol parlante, habían sido tomados del texto medieval.

   
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