Lunes 6 de enero de 2003

 

Vocación por enseñar los caminos de la danza

 

Norma Binaghi, reconocida como pedagoga y bailarina.Es considerada como una sobresaliente bailarina contemporánea.Recorrió el mundo con su arte y dice que continúa aprendiendo.

 
"Pienso que el bailarín no es un robot ni una cosa, primero es un ser humano", dice Binaghi.
Obtuvo el Premio Vocación Académica en la Feria de Libro de sus pares en el espectro de la pedagogía a nivel terciario. Fue la mejor bailarina que tuvo el Ballet Contemporáneo del San Martín desde sus inicio, en ese sentido Norma Binaghi partió de una rigurosa formación clásica y luego abordó con igual excelencia la danza contemporánea y la danza teatro y se paseó por el mundo, siempre aprendiendo. Pero también siguió su otra vocación que es la enseñanza. Como directora del Taller de Danza del San Martín ( y en otras cátedras) se dedica de lleno a la didáctica de la danza. Su experiencia sirve como guía en esta disciplina para la que se convoca tanto a bailarines de capital como del interior. Lo que dice vale para todos los interesados en bailar contemporáneo. Porque su idea es formar artistas y no robots del movimiento.
-¿Cómo es la síntesis de una carrera tan importante?
- Yo me formé en la Escuela Nacional de Danzas y en el Instituto del Colón. Después de mis estudios ingresé al Argentino de La Plata, donde estuve tres años y luego me fui a París donde estuve un año y bailé en el teatro Chatelet y estuve como bailarina free lance en Alemania, Finlandia etc. Pero no me quedé porque para esa época era muy joven y era la primera vez que salía de Buenos Aires con la idea de estudiar, ya que no tenía la intención de hacer una proyección de mi carrera en Europa. De todas maneras yo me fui 9 meses, que era el contrato que me ofrecieron después de audicionar en Argentina, y me quedé tres años.
Llegó un momento en que extrañé y quise volver con mis cosas, y nuevamente reingresé al Argentino de La Plata. Pero al poco tiempo se crea, en l968, la compañía del San Martín donde estaba Araiz. Yo ya había tenido experiencia de bailar con Oscar Araiz en un grupo previo, y también cuando volví se estrenó su "Consagración de la Primavera", donde intervine. Me interesaba mucho todo lo que hacía Oscar, y su idea de expresarse a través de un vocabulario tan amplio como el que tuvimos en ese momento. Realmente bailé mucho en la primera etapa de la compañía. Yo en esa época estaba más en la bailarina clásica y entonces me usaban mucho en determinadas obras. Pero después me fui inclinando a lo contemporáneo y continué siempre en ese camino.
- ¿Que rescataste de Europa?
- Para mi Europa era como un sueño, como el hecho de estar en París. Pero lo que me cautivó es que pude estudiar mucho y estar conectada con bailarines, como los del Marqués de Cuevas, o tomar clases con una maestra maravillosa como Nora Kaye, y estar con aquellas figuras que yo admiraba desde aquí y de pronto poder tomar clases con ellos. A mi me había movido mucho la llegada al Colón de Maurice Béjart y su compañía, para la que luego audicioné en Europa, pero no pude ingresar ,lamentablemente, porque la prioridad no la tenían en esos momentos los extranjeros.
Pero todo me sirvió como experiencia. Como el hecho de ver muchos espectáculos y también bailar. Pero no hice como muchos argentinos que se iban a radicar, por ejemplo a Alemania, preferí viajar. Y así estuve en Holanda donde pude ver el primer grupo que después terminó siendo la compañía de Jiri Killian, ese gran talento del lenguaje contemporáneo.
- ¿Todo sirvió para entrar de lleno al contemporáneo?
- Es cierto que el ballet me encantó siempre, pero encontré que yo me podía expresar mucho más a través del lenguaje contemporáneo y moderno. Incluso me gusta mucho el teatro y de hecho yo hice teatro, después todo un proceso que tiene que ver con la danza. Como es el caso de las obras de Ana María Stekelman o Ana Itelman. La creación del ballet "El Capote" resultó una obra muy significativa en ese sentido como proceso de trabajo y de personaje, o la Blanche de Un Tranvía llamado Deseo o Las Casas de Colomba.
Fue como una experiencia de vida y de estudio, que me fue llevando al proceso de empezar como bailarina clásica hasta una etapa donde pude interpretar lo contemporáneo, danza - teatro, moderno. Para luego dedicarme de lleno a enseñar.
- ¿Cuáles son las pautas básicas, según tu criterio, para quien quiere bailar?
- Lo primero que se tiene que sentir y aprender es la vocación, aquello que genere mucho placer en el movimiento. Esa cosa de relación con el cuerpo y ser muy sensible con todo eso. Porque la formación viene después, eso es una parte. Hay que hacer mucho sacrificio, aparte de tener un cuerpo relativamente apto, que sea flexible y tenga ciertas condiciones. Eso que algunos cuerpos tiene naturalmente y otros requieren conseguirlo con trabajo. Hay que estudiar mucho y convivir con el instrumento que es ese cuerpo. Estar muy conectado con uno. Por eso es importante la vocación y luego el deseo de bailar. El otro paso es encontrar los espacios que uno reconozca que nos pueden formar, siempre es buenos buscar maestros con experiencia artística, porque eso deja vivencias.
Pienso que el bailarín no es un robot ni una cosa, primero es un ser humano. Mi gran preocupación es que el que ingresa en nuestra escuela encuentre un espacio de libertad en cuanto a poder sentirse, dar y descubrir, no solamente cumplir una clase o dar el mejor salto. También reflexionar sobre qué es ser artista. Ese es el tema de todas mis reuniónes con otros pedagogos. Cómo seguir formando en un medio tan agresivo y difícil a estos jóvenes que de pronto quieren ser artistas.

Un taller de danza abierto al país

Como directora del Taller de Danza del San Martín, Norma Binaghi se preocupa en enfatizar que " es un espacio de formación abierto, más allá que funciona en la ciudad de Buenos Aires y depende del teatro San Martín. Está abierto a la comunidad y al interior. De hecho tenemos muchos alumnos de las provincias, que en general vienen muy bien formados para empezar una etapa que sería la de abordar nuevas técnicas contemporáneas, que es lo que nosotros proponemos. Además de hacer como un perfeccionamiento hacia una instancia semiprofesional. Porque el objetivo de esta escuela es ser un semillero del Ballet Contemporáneo. No es fácil porque depende del perfil de la misma, según los directores. En este momento con Mauricio Wainrot el nivel de la compañía es altísimo, y lograr en tres años - que dura el aprendizaje- llegar a esas expectativas es un trabajo muy fuerte. Aunque sabemos que en ese período a los aspirantes se los puede orientar mucho hacia un proyecto más profesional".
Y agrega "nos encanta que vengan alumnos del interior, de hecho yo misma he bailado en giras por casi todas las provincia Pero hay ciertas condiciones como el caso del ingreso, preferiblemente entre los l6 y l9 o 20 años (lo ideal es que hayan terminado el secundario) y después tener algún nivel de formación o aptitudes., además de un lugar de estadía. La formación la tienen, porque trabajan de lunes a sábados con dos clases diarias y un promedio de l2 a l3 clases semanales. El objetivo es darles profesionalidad, porque el Ballet Contemporáneo, los demanda, ya sea como becarios o contratados, hay posibilidades de darles ese perfil casi profesional".

Lugares desde donde se nutre

Ya no baila, aunque lo hizo hasta hace poco, por ejemplo cuando los 25 años del San Martín. Pero fue muy grande. Norma Binaghi es la correspondencia local de su admirada Marcia Haydée (la célebre brasileña, estrella del Ballet de Stuttgart), algo que según parece también le dijo su maestra Ilse Wiedmann. "Ahora siento la enseñanza, y eso fue como un proceso que se fue dando". Dice hoy que tiene el premio Vocación Académica, además del premio Elena Smirrnova y el del Consejo Argentino de la Danza. Su trayectoria lo merece, aunque ella sea tan humilde como para seguir necesitada de saber. Considera que la danza ha sufrido un proceso de apertura, "se nutrió de varios lugares, ahora está todo más mezclado y es difícil dilucidar cuál es el mejor lugar para aprenderla, aunque siempre está el Colón o la Escuela nacional de Danzas, actualmente se puede formar gente desde muchos lugares y aspectos".
Para ella, que también tiene cátedra en el María Ruanova integrante del IUNA (Instituto Universitario Nacional del Arte), esa otra dificultad, porque se debe estar bien orientado en cuanto a lo que se quiere. Por sobre todo le preocupa la actualización "en el buen sentido, no desde la técnica sino desde formar a una persona. Es mucho más profundo, porque creo que a la danza le falta un poco de filosofía o psicología, y no como algo sofisticado sino de respeto a los bailarines."

Julio Pagani

   
    ® Copyright Río Negro Online - All rights reserved    
     
Tapa || Economía | Políticas | Regionales | Sociedad | Deportes | Cultura || Todos los títulos | Breves ||
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio
Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación