Miércoles 18 de diciembre de 2002

 

Diga qué come y sabrá cómo y cuánto tiempo vivirá

 

* Cómo incide la alimentación en la calidad de vida * Hablan de "seda", una enfermedad que es casi tan mortal como el sida, afirman.

  "Dime qué comes y te diré cómo y cuánto vives", podría ser la consigna para sintetizar de qué manera inciden los alimentos en la calidad de vida, en la que la glucosa se convierte en un "sol interior" que ilumina o deja a oscuras cuerpo y mente, según estudios realizados por dos médicos argentinos.
El oncólogo Jorge Esteves, experto además en alimentación natural, dijo que tener bajos niveles de glucosa es como "tener el sol interior apagado", afirmación que enmarcó en un estudio que desarrolló durante más de dos décadas junto al psiquiatra Carmelo Nicotra, recientemente fallecido.
Los profesionales relacionaron esta hormona con lo que denominaron "Síndrome de Estrés, Depresión y Adicciones" (SEDA), al que consideraron "la mayor epidemia después del sida", pero cuya terapia depende esencialmente de una adecuada alimentación. Y explicó el proceso: "Después de comer se distiende el estómago y se produce por vía refleja mayor secreción de serotonina cerebral, lo que calma el apetito" porque, de no ser así, podríamos seguir comiendo hasta "estallar".
"La serotonina en exceso provoca somnolencia, pero en niveles normales cura el insomnio. Es la hermana gemela de la melatonina, que servida "en bandeja" a través de medicamentos para inducir el sueño, termina "achanchando" la producción natural que el organismo debería proporcionar. Por eso los trastornos del sueño mejoran con una dieta adecuada", señaló Esteves.
En cambio, si se pasa muchas horas sin comer "se eleva la adrenalina y otras hormonas hiperglucemiantes" que, entre otras consecuencias, acarrean "agresividad, violencia, estrés, angustia, depresión" y, además, es "la causa principal de los trastornos de conducta y el bajo rendimiento escolar de los chicos".
"La glucosa es "el sol interior" de nuestro cuerpo" aseguró el investigador, al comparar el proceso que esta hormona "conduce" con el de fotosíntesis en las plantas, a partir de la energía de la estrella madre de nuestro sistema.
Los vegetales "toman del aire el anhídrido carbónico, y del suelo, el agua. Con la energía del Sol se unen los elementos, y las plantas viven".

Con algo dulce, revive

La misión de alimentar al organismo humano es cumplida por la glucosa, que "se absorbe, pasa a la sangre y entra a las células ayudada por la insulina".
Y dentro de las células "se produce la glucólisis, que es la degradación de la glucosa", explicó. Si hay suficiente oxígeno, esta degradación es completa y llega a ser nuevamente los elementos de origen: agua y dióxido o anhídrido carbónico.
En este proceso, los excedentes de aire se exhalan con la expiración, los de agua por la orina, y "lo que queda liberado en la célula es el equivalente a la energía del Sol, que recarga las pilas celulares llamadas ATP".
"Esto le aporta a las células la posibilidad de desarrollar todas sus funciones. En otras palabras -ejemplificó-, podría decirse que "estar en hipoglucemia", equivale a tener el sol interior apagado".
"Mucha gente que tiene hipoglucemia cree que lo que le bajó es la presión: siente cansancio, falta de energía y hasta de ganas de vivir. Pero come algo dulce y "revive" e incluso se hace adicta por sólo encontrar placer en la comida".
"Si el cuerpo pide, y le das, se produce lo que se denomina "efecto rebote": si se siente mejor comiendo algo dulce, es porque lo que bajó es la glucemia. Si fuera la presión, mejoraría con algo salado", sostuvo.
Esteves reveló finalmente que "durante el embarazo, cuando el sol interior debiera iluminar a dos, la hipoglucemia es la causa principal de desmayos, abortos espontáneos, parto prematuro, hipertensión, psicosis puerperal, antojos y también de la diabetes, por agotamiento del páncreas en la secreción de insulina". (Télam)

Exceso de dulces y harinas roban micronutrientes

A las personas que suelen consumir en exceso dulces, harinas blancas, frutas, papas o alcohol, les bastará con conocer las conclusiones de la investigación sobre el Síndrome de Estrés, Depresión y Adicciones (Seda), presentado tras veinte años de estudios en la Argentina, para comprender qué les causa lo que padecen.
Los investigadores apuntan que "existen hidratos de carbono de absorción lenta y de absorción rápida", y que "éstos últimos estimulan excesivamente la secreción de insulina del páncreas y van "robando" un conjunto de micronutrientes, bautizados como "factor estabilizador de insulina" (FEI)".
Este "robo" desestabiliza la secreción de insulina y por eso cada vez que la persona come en exceso dulces -incluso edulcorantes artificiales- chocolate, miel, frutas, harinas blancas (galletitas, pan, pastas, facturas, pizza), papas o alcohol, la glucemia baja desmedidamente luego de haber subido, lo que se conoce como "efecto rebote".
Con el consumo -habitual o excesivo- de alcohol y edulcorantes artificiales (casi todos los productos "diet" o "light"), los investigadores verificaron la caída directa del azúcar sanguíneo, sin subida previa.
"Esto implica que también para los diabéticos los edulcorantes artificiales representan un perjuicio, dado que agotarían la poca reserva de insulina que tiene el páncreas", aseguró el investigador Jorge Esteves.
En este caso "lo más importante -recomendó- es disminuir los requerimientos de insulina, para que al diabético le alcance con las pocas reservas de esta hormona que su páncreas pueda tener o producir". El tratamiento habitual de los diabéticos podría llegar, según Esteves, a agotar al páncreas y hacer que, a la larga, se termine dependiendo de la insulina, con lo cual se empeora la enfermedad.
En sus observaciones, los especialistas verificaron que "cerca de 100 pacientes diabéticos no insulino dependientes pudieron prescindir en pocos meses del uso de todo tipo de hipoglucemiantes orales, e incluso algunos -pocos- insulino dependientes llegaron a no necesitar más del aporte externo de esta hormona, y muchos otros a disminuir notoriamente las dosis". "Lo mismo sucedió con la hormona de reemplazo que utilizan las personas con hipotiroidismo: cerca de 100 pacientes no necesitaron más este aporte, con todo el ahorro que esto implica".
Asimismo, "varios casos de epilepsia lograron controlarse prescindiendo gradualmente del uso de anticonvulsivantes, cuando este trastorno estuvo relacionado con el sufrimiento de neuronas debido a las caídas del azúcar sanguíneo".
Otro tanto se verificó en casos de hipertensión arterial, aumento del colesterol en sangre, asma bronquial, insomnio, cefaleas, eyaculación precoz, anorgasmia, fallas de memoria, pérdida de concentración y trastornos de conducta y de rendimiento escolar y laboral, aseguró el profesional. Por último, también relacionó el síndrome con "hipoglucemias nocturnas, que son las peores", los "asaltos nocturnos a la heladera", el rechinado de dientes y la enuresis (micción nocturna, generalmente en los niños) .
Al respecto, Esteves explicó que "el sistema nervioso de los chicos es más inmaduro que el de los adultos, su cerebro sufre más y puede llegar a tener síntomas como los del coma durante el sueño: se relajan los esfínteres y se hace pis en la cama" mientras duerme, a causa de la caída de los niveles de glucemia.

   
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