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Domingo 22 de diciembre de 2002 | ||
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Las malas caras y trampas del centro neuquino |
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Escombros en las veredas, durante semanas, son una marca registrada. Caños de plástico, con cables en su interior, son pisoteados. Ni los monumentos históricos escapan al deterioro ambiental. |
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El tema viene de arrastre y no tiene que ver con los mil ciento y pico de días que lleva Horacio Quiroga sentado en el principal sillón del Palacio Municipal. Bien podría irse mucho más atrás en las gestiones de gobierno comunal aunque no hay que dejar de lado la conducta de quienes nos movemos por el microcentro de esta ciudad. Debajo de la ventana de la redacción donde se ubica el cronista que escribe esta nota hay un bache histórico, de humedad perpetua en cuya cobertura han fracasado por lo menos tres gestiones de gobierno. El agujero de paredes babosas está entre la cuneta y la calle propiamente dicha y cada dos por tres tiene una rueda adentro. No es peligroso porque sólo caen allí los autos que estacionan y no los que que se mueven por la calle Córdoba. Hay otras imágenes caóticas. Un ejemplo claro es la explanada que quedó libre en la Vuelta de Obligado. Allí, hasta hace poco, estaba la calesita histórica en ruinas: una estructura por la cual el ex intendente Luis Jalil pagó unos cuantos miles de pesos para su restauración. Hace poco, la calesita, sus caballos, autos y banquitos fueron llevados quién sabe a qué depósito del que es poco probable que regresen. ¿Sabrán quiénes lo llevaron que el carrousel es un monumento histórico? Detrás del lugar en que estaba la estructura está la plazoleta de la Vuelta de Obligado. Otro monumento, pero al descuido: pinos y árboles sedientos sobre una superficie donde florecen las piedras. Ahí nomás, en el rinconcito, se ubica una globa de particular estética que guarda....otra calesita que es privada. Hay otras cuestiones más delicadas y riesgosas. Una de ellas está en Santa Fe casi Alberdi, en la vereda. Se trata de un caño plástico corrugado que en su interior lleva un cable que se supone es de electricidad que día a día recibe cientos de pisotones. Todavía no hubo ningún grito y tampoco acciones positivas de los inspectores de comercio. En el bajo de la ciudad, en la esquina clave de Olascoaga y Alcorta hace algún tiempo hubo que reinstalar un semáforo y los operarios dejaron huellas. Un enorme cráter no apto para tobillos sensibles. Unos metros más allá, en el primer tramo de Alcorta, varillas roscadas que salen desde el piso como si fueran las púas de un erizo se exhiben impúdicas junto a un cable desnudo, presumiblemente de una conexión de puesta a tierra. Allí, hace tiempo, había un cartel luminoso. La enfermedad de muchos árboles viejos (se había prometido una cura general), la falta de árboles en las principales veredas (hay una ordenanza que obliga a forestar), las aperturas de los aguantaderos (como el de calle Mendoza), la tierra y los escombros que se mantienen durante días en las calles o en las veredas son una marca registrada de la zona céntrica. Una recorrida sin demasiada premeditación de un fotógrafo de "Río Negro" exhibe algunas postales poco amables de la capital neuquina. Está claro que no toda la responsabilidad es de los funcionarios y el personal de la comuna. Por estos días, los candidatos se pelean por los mejores paredones para promocionarse en busca de llegar al sillón más importante de la ciudad. Sin dudas, un buen momento para tomar nota. |
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