Sábado 7 de diciembre de 2002
 

Hace un año, Sobisch comenzó con su intento de imponer los jueces

 

En diciembre del 2001 se jubiló el titular del TSJ. Ese mes remitió a la Cámara la primera terna.

 
Sobisch propuso a su amigo, el actual presidente del Colegio de Abogados, Juan Angiorama, en una de las ternas.
NEUQUEN (AN)- La obsesión de Jorge Sobisch por colonizar el Poder Judicial empezó a expresarse hace un año, pero los números de la Legislatura siempre le fueron esquivos y nunca logró sumar los 19 votos que necesita para imponer a sus candidatos a vocales en el Tribunal Superior de Justicia.
La primera movida de Sobisch para desalojar vocales del TSJ consistió en firmar un decreto que autorizó la jubilación de privilegio de Fernando Macome. El entonces presidente del Tribunal juntó a las apuradas libros y pergaminos de su despacho y se fue a su casa. Era 10 de diciembre de 2001; ese mismo día renunció su colega Armando Vidal, quien se retiró con una jubilación ordinaria. Sobisch tardó nada en anunciar que Juan Horacio Angiorama era su gran candidato. Y casi como regalo de Navidad envió a la Legislatura el pliego de su amigo, abogado personal, y fiscal de Estado en su anterior gestión. La terna la completaban Fermín Temi y Carlos Sierra.
Antes de fin de año, el gobernador logró que se produjera otra vacante en el
El vicepresidente primero de la Legislatura, blanco de la denuncia del diputado Taylor y del abogado Moreno Ocampo.
Tribunal con la renuncia de Rodolfo Medrano, a quien el diputado Osvaldo Ferreyra llamaba habitualmente para aconsejarle que le convenía retirarse antes de que la Legislatura modificara las leyes jubilatorias de la justicia.
Con todas las cartas en la mano, Sobisch empezó a presionar a los diputados para que votaran a sus candidatos a vocales del TSJ. Pero nunca tuvo en cuenta que la oposición política y buena parte de la sociedad resistirían tenazmente el evidente intento por colonizar a la justicia, ya que las tres ternas están integradas por abogados vinculados con el MPN (además de los nombrados, propuso a Carlos Silva, Hugo Acuña, Carlos Lerner, Marcelo López Mesa, Etelvino Todero y Néstor Di Lorenzo).
Justo por esos días, en Buenos Aires los cacerolazos aturdían a los nueve supremos de la Corte, fuertemente cuestionados por una década al servicio del Poder Ejecutivo Nacional. A contramano del momento histórico, Sobisch defendió a sus candidatos al TSJ (en especial a Angiorama) y varias veces estuvo a punto de imponerlos en el recinto legislativo pero siempre a último momento sus planes fallaron.
Para conseguir la aprobación de los pliegos que tanta ansiedad generan en su jefe, los laderos legislativos del MPN necesita elaborar una compleja alquimia político-matemática.
El número clave es el 19. Con esa cantidad de legisladores se alcanza el quórum que habilita a la Legislatura a sesionar en secreto para tratar las ternas.
El MPN tiene 16 diputados propios, dos de los cuales (Jorge Tobares y Luis González) se han mostrado díscolos y poco confiables para los planes oficialistas. Es decir que seguro-seguro, cuentan 14 votos.
Se le suman sus "aliados estratégicos", los tres diputados menemistas: Carlos Asaad, Carlos Machi y Marité Berbel. La cuenta llega a 17.
Para alcanzar el abracadabra legislativo faltan dos. El oficialismo cuenta como propio al radical Rubén Vandalda, 18. El número 19 era, en sus planes, Jorge Taylor.
En su empecinamiento por alcanzar el mágico numerito, el oficialismo logró que la legisladora Berbel firmara el despacho de una comisión que no integraba, y que permitía llevar las ternas al recinto.
Rápida, la oposición accionó judicialmente. Esta pulseada en los Tribunales paralizó a la Legislatura, hasta que el vicegobernador Jorge Sapag propuso sacar las ternas de la agenda y acordar con la oposición un cronograma de trabajo que reactivara a la Cámara.
Para entonces, el TSJ había movido sus piezas y, facultado por la Constitución, designó dos vocales interinos: Federico Gigena Basombrío y Oscar Massei.
Sobisch se disgustó cuando supo que su último rival en las elecciones para gobernador ocuparía el sitio que imaginaba reservado para su amigo Angiorama. Y sobre todo porque unos días antes, le había pedido al Tribunal que nombrara como interinos a sus ternados.
Con la Legislatura retomando su ritmo y el TSJ funcionando con interinos, las ternas casi desaparecieron de los títulos de los diarios. Hasta que Sobisch volvió a instalarlas apenas regresó de su gira por Estados Unidos, cuando en conferencia de prensa les reclamó a los legisladores que las voten de una vez. Volvieron entonces las versiones que indicaban que antes de fin de año las ternas serían aprobadas.
Hace un mes, en una de sus últimas declaraciones, el diputado Ferreyra dijo que "reglamentariamente están dadas las condiciones para que las ternas sean tratadas en el recinto. Es sólo cuestión de tiempo".

Guillermo Berto

   
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