Viernes 6 de diciembre de 2002

 

Cabos sueltos

 
  No todo lo que reluce es oro. Queda claro al observar, por caso, los preparativos para esta temporada de verano. En la Cuarta Bajada de Las Grutas se está montando una estructura que será cómoda para los turistas, pero que generó cierta preocupación en algunos sectores de la comunidad, en especial en aquellos relacionados con el cuidado del medio ambiente.
Residentes de la villa, preocupados por la preservación de los recursos naturales, descubrieron días atrás que debajo de las maderas y hierros colocados para armar el snack de la Cuarta, existen cimientos de hormigón fijos. La instalación de este tipo de materiales inamovibles está específicamente prohibida por la Ley de Costas, pero el detalle fue obviado por el municipio que no impidió la realización de la obra.
Los ambientalistas plantearon sus quejas en la última reunión del Consejo Municipal de Medio Ambiente. Los funcionarios del Ejecutivo estaban ausentes y el único concejal, el presidente del Concejo Deliberante Miguel Angel Galindo Roldán, se excusó argumentando que el cuerpo a su cargo solamente aprobó el resultado del llamado a licitación ganado por un inversor oriundo de Viedma, pero que los planos definitivos debían ser fiscalizados por la dirección de Obras Particulares.
Lo cierto es que transcurrido el tiempo, sobre la arena se montaron cimientos de hormigón, sin existir estudios a fondo sobre la resistencia de la estructura natural y acerca de si la edificación afectará o no al medio.
Otra desprolijidad es la ocurrida con el Tercer Encuentro Gastronómico que se realizará este fin de semana. Cuando estaba todo listo para el desarrollo del importante evento en el complejo Playa Serena, la titular de la firma organizadora, Patricia Capovilla decidió trasladarlo al Casino por discrepancias entre las partes. Ahora los concesionarios del Club House le declararon la guerra. Los afiches promocionales, tachados a mano, con el cambio de lugar, son la muestra de la improvisación y la falta de seriedad.
Se sabe que este año Las Grutas va a desbordar de turistas. Las reservas y consultas dan tranquilidad a los privados de que así será. Pero esta presencia masiva de visitantes también provocará mayor demanda a las redes de servicios domiciliarios. Dos preocupan en particular. Por un lado, el agua, que según explicaron los titulares de la empresa que presta el servicio a los funcionarios municipales hace dos semanas, estaría medianamente garantizada la provisión, pero que haría falta construir un nuevo acueducto desde la laguna ubicada al terminar el canal que trae el agua de Pomona. Obviamente esa obra no se realizó por cuestiones presupuestarias.
El otro tema es el de las cloacas. Las piletas colapsan todos los años. Por lo tanto, esta vez es esperable que suceda lo mismo. Las aguas servidas corren por el cañadón hacia el sector de la Bajada Cero y los turistas a veces ni siquiera saben que por allí pasan líquidos cloacales.
Sería necesario obrar con previsión y realizar los ajustes necesarios para evitar esos inconvenientes. Pero hay un clima de entusiasmo en el balneario. Aunque es esperable que las buenas perspectivas no dejen de lado la necesidad de planificar con cautela.

Pedro Caram
pcaram@canaldig.com.ar

   
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