Martes 3 de diciembre de 2002
 

Diez horas de tensión en la Municipalidad de Neuquén

 

Desocupados se adueñaron del edificio comunal. La protesta estuvo a punto de derivar en enfrentamiento.

 
Los manifestantes quemaron un muñeco con la imagen del intendente Quiroga. Hacía bastante tiempo que no ardían los neumáticos en el centro de Neuquén.
NEUQUEN (AN).- Comenzó diciembre y el clima social levantó temperatura. Ayer un grupo de menos de un centenar de desocupados se adueñó de la municipalidad de Neuquén entre las 8 hasta y las 17. Los manifestantes reclamaban un bono navideño de 150 pesos y como nadie los atendía decidieron ingresar al edificio.
La protesta estuvo a punto de terminar a los tiros y a los piedrazos. Pero una negociación de último momento desactivó el enfrentamiento dentro de la municipalidad y al pie del monumento al general San Martín. Los desocupados serán recibidos hoy a las 10 por Fabián Pelliza, el subsecretario de Acción Social de la municipalidad. Para acordar esta cita intervino la Defensora del Pueblo, Blanca Tirachini.
Para el intendente de Neuquén, Horacio Quiroga, el giro de la protesta llegó a un límite que no está dispuesto a tolerar. Por eso pidió al ministro de Gobierno, Oscar Gutiérrez, y al jefe de la Policía, Juan Carlos Lezcano, que ante situaciones como las vividas ayer actúen como lo manda la ley Orgánica de la institución policial. En otras palabras reclamó el uso de la fuerza si los manifestantes no entran en razón.
La protesta comenzó temprano con quema de neumáticos sobre la avenida Argentina frente a la municipalidad.
Hacía tiempo que la Avenida no humeaba como ayer.
El grupo se identificó como "Agrupaciones barriales unidas", una sigla desconocida en la abundante historia de protesta sociales de esta provincia.
Para el intendente Quiroga, los promotores de la manifestación estaban claramente identificados. Dijo que eran "punteros de todos los partidos políticos". Ante una pregunta de este diario, ajustó la lupa: son punteros del Movimiento Popular Neuquino, de la Unión Cívica Radical y del Partido Justicialista, agregó. "Hasta encontré al portero de una escuela", dijo Quiroga.
El intendente sostuvo que la "industria del punteraje está muy organizada" y actúa ahora porque "llegan las fiestas y hay elecciones". Advirtió también que manifestaciones de este tipo van a continuar, no sólo durante este mes sino hasta la época de las elecciones. Sobre este delicado tema habló ayer hasta con el gobernador Jorge Sobisch.
El intendente denunció que los manifestantes rompieron las veredas, barandas de las escaleras en el interior y algún otro daño que hasta ayer todavía no había evaluado. "Además perdí medio día de trabajo", protestó.
Ocurre que la municipalidad prácticamente no funcionó. Los empleados fueron autorizados a dejar el edificio y los funcionarios debieron "escapar escondidos como si fueran prófugos de la justicia", añadió el jefe de gobierno de esta ciudad.
Arón Escobar, vocero de "Agrupaciones barriales unidas" advirtió al intendente que "encontrará indiferencia" en los barrios cuando salga de campaña electoral. "El intendente quiere hacer terminales, el Paseo de la Costa, pero nunca dio la cara a los desocupados. Le interesa hacer obras en el centro de la ciudad, pero en los barrios no hizo absolutamente nada", añadió.
Escobar habló con los periodistas cuando el conflicto se había desactivado. La tensión en la municipalidad aumentó después del mediodía. A esa altura de la jornada, el fiscal Alejandro Cabral ya había ordenado el desalojo, según informó Marcelo Inaudi, secretario de Gobierno.
El edificio quedó rodeado de policías antimotines, un carro hidrante estaba listo para entrar en acciones y muchos patrulleros recorrían calles aledañas. En el interior de la municipalidad había más policías que manifestantes y se esperaba un desenlace de imprevistas consecuencias.
La agitada jornada comenzó cuando, por la mañana, los manifestantes bloquearon el portón de ingreso y salida de vehículos que está ubicado sobre calle Roca. Como la policía no los dejó pasar, los desocupados patearon el portón y agredieron verbalmente a los custodios.
Para cerrar la protesta, los desocupados quemaron un muñeco que simbolizaba la figura del intendente.

Quiroga vaticina agitación social hasta las elecciones

NEUQUEN (AN).- Horacio Quiroga, intendente de Neuquén, asegura que las protestas se van intensificar en diciembre y "hasta que terminen los procesos electorales". Sobre este asunto habló ayer con el ministro de Gobierno, Oscar Gutiérrez, con el jefe de la Policía, Juan Carlos Lezcano y hasta con el gobernador Jorge Sobisch.
También dice que advirtió sobre ese posible escenario social convulsionado a fiscales y jueces a través de su secretario de Gobierno, Marcelo Inaudi. De confirmarse su pronóstico, habrá conflictos hasta fines de abril porque el 2 de marzo son los comicios para la renovación de intendente y el 27 de abril las provinciales.
Quiroga sostiene que en Neuquén hay "producción piquetera que gana de una y otra forma con este tipo de manifestaciones". Por eso, continuó, ayer le pidió al ministro Gutiérrez y al jefe de Policía "que actúen". "No soy Mandrake y acá hay que aplicar la ley Orgánica de la Policía", enfatizó. Esto significa que Quiroga solicitó el uso de la fuerza para desactivar protestas. Dijo también que si el manejo de la policía estuviera dentro de sus atribuciones "lo de ayer no hubiera ocurrido". Opinó que los manifestantes "abusaron" de sus derechos y cometieron "un delito". Dijo también que él no hará más denuncias ni ante fiscales, ni ante los jueces, ni a la policía. "Ellos deben actuar y aquí no hay que hacerse más los distraídos", añadió.
Quiroga expresó que gobernar en este contexto "se torna violento". Resulta que ahora, añadió con ironía, debo "ser experto en karate, en defensa personal o un comando para ir a trabajar".
Expresó que los punteros de los partidos políticos "no van a conseguir absolutamente nada porque mis convicciones no se modificarán por más que estemos cerca de las elecciones". Luego agregó en tono desafiante: "Que no me vengan a apretar porque les irá mal".
Por último insistió con que hasta ahora "hemos sido muy tolerantes" con este tipo de manifestaciones y "la sociedad está siendo rehén de estos movimientos permanentes que ponen en jaque el funcionamiento de la ciudad".
   
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