Martes 3 de diciembre de 2002

 

La oposición extiende la huelga contra Chávez

 

Los opositores sostienen que se paralizó el 80% de Venezuela.

  Caracas (dpa) - Después de las primeras 12 horas de una huelga general contra el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, la oposición anunció ayer la prolongación de la paralización por al menos un día más, con el fin de "desbloquear los obstáculos puestos por el gobierno" a un adelanto de elecciones.
El presidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela y portavoz del bloque opositor, Carlos Ortega, informó que la huelga continuará y que por razones de "estrategia" el comando de conflicto no revelará la fecha del término del paro.
La prolongación de la huelga fue adelantada en la tarde, cuando el Bloque Venezolano de Prensa anunció que hoy tampoco circularán los periódicos, en una acción inédita en 44 años de democracia.
"El pueblo, en ejercicio soberano acuerda: continúa el paro cívico nacional, afirmando la ruta de la democracia para desbloquear los obstáculos que el régimen chavista ha impuesto", señaló Ortega.
Agregó que a raíz de la "sordera" del gobierno a la solicitud de una consulta electoral, la persecución contra dirigentes sindicales, la amenazas a los empresarios y a la oposición, el comando del conflicto decidió alargar la paralización.
El líder sindical llamó a la Fuerza Armada a no usar las armas contra "hermanos, contra el pueblo". Agregó que con el paso de las horas se han incorporado más sectores a la paralización, entre ellos de la industria petrolera y telecomunicaciones.
La huelga, la cuarta que enfrenta Chávez en un año, paralizó parcialmente las actividades del país, principalmente en el comercio, la industria, y en menor grado el transporte y las actividades públicas.
El gobierno declaró que la huelga, aún antes de comenzar, estaba destinada al fracaso y eso lo reafirmó durante la primera jornada de paralización.
El ministro del Interior, Diosdado Cabello, dijo que menos del 20% del país había acatado la medida y reiteró que la acción tiene un trasfondo "golpista" e "insurreccional" y que los convocantes son líderes "desprestigiados". "Ellos no tienen nada que perder, pero son libres de estrellarse contra una pared. Ya sabíamos que la desesperación los iba a llevar a alargar este paro", indicó.
Por su lado, el presidente del grupo empresarial Fedecámaras, Carlos Ortega, acusó al gobierno de generar hechos de violencia al detener a varios dirigentes sindicales y políticos.
"Por ello se requiere que haya conciencia del gobierno de que la mesa de diálogo continúe para encontrar una salida a la crisis por la vía de la ruta democrática, que el gobierno niega", señaló.
Los organizadores de la huelga calcularon que la paralización alcanzó un promedio nacional de 80% y que se extendió a sectores públicos y privados.
La huelga comenzó temprano con el sector comercial paralizado en gran parte de sus actividades y las calles con menos tránsito que lo normal, a pesar de que el transporte funcionó parcialmente.
En la céntrica avenida Bolívar, el gobierno organizó un "gran mercado popular", ofreciendo descuento en productos de consumo masivo, en el que reunió a varios miles de personas.
Desde temprano el gobierno y los organizadores de la huelga comenzaron una guerra de cifras sobre el acatamiento al paro. El gobierno decía que la asistencia al trabajo fue de 80% y la oposición afirmaba que la paralización fue también de 80%.
   
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