Lunes 23 de diciembre de 2002

 

Lo condenaron por abusar de su hijastra

 

La Cámara Primera del Crimen de Bariloche lo sentenció a cuatro años de prisión

  SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Un hombre fue condenado a cuatro años de prisión efectiva en Bariloche, al ser encontrado culpable de abusar de su hijastra.
Al merituar como atenuante la falta de antecedentes penales y su buen concepto vecinal, los jueces de la Cámara Primera del Crimen le aplicaron sólo cuatro años de prisión efectiva al hombre de 40 años, que había abusado de la hija de su pareja desde que la menor tenía sólo nueve años de edad.
Además de los abusos el acusado habría intentado acceder carnalmente a la víctima en dos oportunidades, pero en una ocasión la tentativa quedó trunca, y en el restante el hecho no se consumó por la llegada a la vivienda de la madre de la niña, según refiere la requisitoria de elevación a juicio realizada por el fiscal.
En su acusación, el agente fiscal Gerardo Balog le atribuyó al imputado haber sometido a múltiples ataques sexuales a la hija de su cónyuge, bajo amenazas de futuros ataques carnales.
Balog agregó que el acusado había aprovechado su condición de encargado de la guarda de la niña para someterla, "en fechas y número de veces que no se pueden determinar, pero remontables a los últimos meses del año 2000 y al 12 de setiembre de 2002", que fue cuando la madre de la menor presentó la denuncia, cuando ya la niña contaba con once años de edad.
El procesado negó su responsabilidad, acusó a la madre de la menor de haberlos urdido "con la intención reiteradamente expresada de que abandone el domicilio".
Definió a la mujer como "una persona inestable y belicosa", que en alguna oportunidad lo había agredido físicamente.

Opinión contraria

El fiscal y los jueces, en cambio, opinaron que la mujer no había evidenciado "bronca ni animosidad respecto de quien fuera su cónyuge y padrastro de la víctima", y que había actuado como lo hizo luego de enterarse de los hechos que dieron origen a la causa.
La mujer declaró que "ya sospechaba algo" porque un día al llegar a su casa había observado a su hija y a su esposo "en actitud como si quisieran ocultar algo, y le dieron excusas infantiles".
Al redactar su voto, el juez Alejandro Ramos Mejía recordó conceptos del informe psicológico elaborado por el forense Oscar Benítez, quien opinó que la niña no había fabulado cuando relató sus experiencias, y que "tuvo culpa y gran timidez y dichas emociones le impidieron dar a conocer los hechos".
Ramos Mejía entendió que las acciones desplegadas por el agresor podrían llegar a una figura más grave, como la de corrupción por posible desviación o distorsión sexual provocada en la menor, pero no pudo avanzar en ese sentido por no contar con una ampliación de la acusación fiscal.
   
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