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Martes 10 de diciembre de 2002 | |
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Acusado de matar a su novia no convenció al fiscal |
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Los argumentos defensivos del imputado fueron rechazados y se pidió al juez que lo declare responsable del hecho |
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| SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El fiscal Enrique Sánchez Gavier rechazó los argumentos defensivos del delincuente juvenil acusado de matar a su novia con un disparo en la cara, y pidió a los jueces de la Cámara Segunda del Crimen que lo declaren responsable y le impongan un año de tratamiento tutelar. En su descargo, el acusado había dicho que la encontró herida en la calle, y luego que se había suicidado en el patio de su casa, pero para el fiscal quedó claro que el hecho fatal había ocurrido en la habitación del menor, sobre su cama, y que el disparo lo había efectuado con la pistola que la policía encontró debajo de un ropero. Al imputado, que le faltaba un mes para cumplir 18 años cuando ocurrió este hecho, le atribuyen haberle disparado a Erika Marcela Curruhuinca con su pistola calibre 22, desde una distancia de entre 5 y 10 centímetros, cuyo proyectil impactó debajo del párpado inferior derecho y le ocasionó la muerte al lesionar centros nerviosos vitales del cerebro. El episodio habría ocurrido en los primeros minutos del último 10 de julio en la vivienda ubicada en Chubut 257, en el barrio El Mallín, pero el imputado le explicó a la madre de la víctima y a la policía que la había encontrado herida a pocas cuadras de su casa, mientras él circulaba a bordo de un taxi. Después, en la indagatoria judicial, introdujo la hipótesis del suicidio, pero las pruebas en contrario fueron abundantes: en el lugar donde aseguró que la había encontrado herida no había manchas de sangre, y ningún vecino escuchó los disparos; tampoco había rastros compatibles con la caída en la cabeza de Erika, si se hubiera disparado ella; la víctima no tenía restos de la deflagración de pólvora en sus manos, y en cambio sí los tenía el acusado, y el proyectil que dio en la cabeza de la víctima era compatible con el arma que estaba oculta debajo del ropero del menor. El sospechoso ya registraba acusaciones por nueve robos simples, uno calificado por su comisión en banda y en poblado, cuatro hurtos, un robo de automotor y una portación de arma de fuego. Además, fue acusado en cuatro ocasiones por "daño", hecho poco común en un delincuente que busca lucro. El 1 de julio, 9 días antes que ocurriera este suceso, la Cámara Segunda del Crimen lo había declarado responsable por dos robos consecutivos cometidos el 28 de mayo del año pasado, entre las 4 y las 6. En esa oportunidad el imputado, junto a un cómplice, robó un Fiat 128 y después de fundir el motor del auto y destruirlo, lo estrellaron contra el portón del supermercado "La Bombonera", ubicado en Rolando y Santa Cruz. Fueron detenidos por la policía cuando ya habían hecho acopio de una gran cantidad de bebidas alcohólicas. A pesar de sus antecedentes, cuando ocurrió la muerte de Curruhuinca el menor gozaba del beneficio de "libertad asistida". Desde ese momento permanece alojado en "El Maruchito", en Roca, y allí cumplirá el tratamiento tutelar en caso de que los jueces lo declaren responsable. |
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