Domingo 1 de diciembre de 2002

 

Casi terminan mal dos taxistas asaltados en la región

 

Uno en Roca y otro en Cipolletti, se resistieron y resultaron con heridas. En un episodio actuaron con un arma blanca y en el otro con un pico de botella.

  CIPOLLETTI / ROCA (AC / AR).- Los taxis siguen siendo blanco preferido de los delincuentes y en su intento por defender lo suyo exponen sus vidas a enormes riesgos. En la madrugada de ayer fueron dos los trabajadores que se resistieron, en Cipolletti y Roca, eludiendo por poco consecuencias más graves a raíz de la violencia aplicada por los asaltantes.
En jurisdicción cipoleña fue un taxista neuquino el que pasó momentos muy difíciles. Fue amenazado de muerte por un pasajero, un menor, con un "pico de botella", recibió lesiones -dos o tres cortes, aunque leves- pero al final, tras un forcejeo, lo redujo y lo entregó a la policía.
Todo comenzó cuando el conductor de un vehículo Renault 9 de la empresa Taxis Neuquén, Carlos Jeno Moya, levantó a un pasajero a las 8 de ayer en el complejo bailable de calle Primeros Pobladores. El joven, del cual se supo luego que tiene 17 años, indicó como destino un sector de la avenida Naciones Unidas, no lejos de las 1.200 Viviendas, en Cipolletti.
Todo iba bien hasta la intersección de Avenida Alem y Puerto Belgrano. Justo en esa esquina se pinchó una cubierta del Renault.
Jeno Moya le informó al pasajero que ahí terminaba el viaje. No pasaron diez segundos para que el pasajero expusiera sus verdaderas intenciones. Extrajo de sus ropas un filoso "pico de botella", se lo puso en el cuello al taxista, conminándolo con gritos y amenazas de muerte a que le entregue toda la plata que llevaba encima.
El conductor no se amilanó, ofreció resistencia, se produjo una pelea donde Jeno Moya recibió dos o tres cortes con el objeto punzante pero estableció supremacía sobre el precoz delincuente. Lo redujo, lo retuvo contra el suelo, llamó a una empresa local desde donde se dio el alerta a la Comisaría Cuarta.
El menor terminó demorado y tras los trámites de práctica se lo derivó al hogar "El Maruchito", de Roca.
En tanto, el taxista roquense no pudo evitar que le robaran 30 pesos y las llaves de su Fiat Duna, pero escapó de lesiones peores luego de que dos delincuentes lo asaltaran con un arma blanca e intentaran inmovilizarlo apretándole el cuello.
Según informaron fuentes policiales, el hecho sucedió alrededor de la 1.30 de ayer en Barrio Nuevo.
En la plataforma de San Luis y avenida Roca había estado minutos antes el móvil de la empresa Minuto conducido por Héctor Matus, hasta que dos jóvenes lo abordaron y le pidieron que los llevara hasta una esquina del norte roquense.
Cuando arribaron a destino uno hizo gestos como para buscar plata para pagar el viaje pero de inmediato su compañero sacó un elemento punzante y lo apoyó en el cuerpo de Matus, haciéndole conocer que era un asalto. La exigencia inmediata fue "la plata, la plata", pero como el trabajador se negaba y los propios malvivientes no encontraban el lugar donde estaba guardada, la intimidación aumentó su violencia y uno de los ladrones tomó del cuello al taxista.
En ese momento se produjo un forcejeo, en el que la víctima sufrió una pequeña herida, aunque no se precisó si fue un golpe de puño o la acción del arma blanca exhibida segundos atrás. Lo cierto es que el taxista pudo zafar de la presión y se bajó del auto.
De acuerdo a su relato en sede policial, allí fue cuando tomó piedras en sus manos y amenazó a los dos delincuentes, que no tardaron en bajarse y comenzar a correr con rumbo desconocido. Cuando volvió al auto constató que le faltaban 30 pesos y las llaves.
   
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