Viernes 13 de diciembre de 2002 | ||
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Cuatro símbolos del San Lorenzo bicampeón 2002 |
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Ellos son Saja, Michelini, Acosta y Romagnoli. La fórmula ideal de un equipo con aspiraciones. |
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BUENOS AIRES (Télam, por Fernando Bianculli).- Las dos consagraciones que San Lorenzo cosechó en el año de su despegue internacional se gestaron, entre otras variables, por el rendimiento de cuatro íconos de su formación: Sebastián Saja, Pablo Michelini, Leandro Romagnoli y Alberto Acosta, cuyas características sintetizan la fórmula ideal para un equipo con aspiraciones de gloria. La personalidad del arquero, el espíritu del guerrero volante, la explosión del hábil estratega y la fuerza goleadora del experimentado atacante fueron las características referenciales de este San Lorenzo que terminó el año de la misma forma como lo comenzó: con una vuelta olímpica en el Nuevo Gasómetro, porque conservó la estructura medular de un conjunto que tiene cuatro piezas de muy difícil reemplazo. Saja, cada día más parecido a José Luis Chilavert, está llamado a ser el segundo revolucionario del puesto en el fútbol moderno porque tiene la actitud, el carisma y el aura que rodea a los líderes. Con apenas 23 años y poco más de 100 partidos en primera división, Saja se adueñó de un puesto ingrato con atajadas y goles para el recuerdo en los partidos bisagra de las epopeyas "azulgranas". Romagnoli, otro símbolo con inminente destino europeo, ratificó -por si quedaban dudas- que no le tiemblan las piernas para ser el as triunfal de San Lorenzo con sus gambetas indecifrables, sus repentinos cambios de ritmo y sus goles, escasos es cierto, pero decisivos. El "Pipi" sorteó a los 21 años una lesión ligamentaria sufrida en febrero pasado y retornó con el mismo repertorio mágico sobre el que descansaron las ilusiones de San Lorenzo para festejar otro éxito. Michelini, a un mes de ingresar en la tercera década de vida, se graduó como "indiscutido" para la gente con un despliegue generoso, una entrega conmovedora en cada partido y una filosofía que interpreta a la perfección el sentir del hincha. Su enorme espíritu, probado en las difíciles épocas de Racing Club, enamoró al público, cautivó a todos los entrenadores que pasaron desde su llegada a San Lorenzo, contagió a sus compañeros y le reservó un lugar exclusivo en el podio de los méritos de cada consagración. Por último, Acosta, en el tramo final de su carrera deportiva a los 36 años, fue el ejemplo del plantel por su estado físico impecable y el aporte de la cuota goleadora que distinguió su trayectoria. El "Beto" llegó a mediados de 2001 por cuarta vez al club envuelto en miradas desconfiadas, que se clavaron en el piso con verguenza ante el protagonismo de un goleador líder dentro y fuera de la cancha. Las formalidad del fútbol atribuye méritos repartidos para explicar los éxitos, pero la realidad inocultable evidencia que algunos futbolistas, por su naturaleza, siempre tienen responsabilidades mayores. Y para entender los motivos de la consagración internacional de San Lorenzo en 2002, el análisis debe centrarse, fundamentalmente, en Saja, Michelini, Romagnoli y Acosta, los cuatro íconos del campeón. Abran paso que llegó Astudillo El cordobés Rodrigo Astudillo, revelación y goleador de San Lorenzo en la Copa Sudamericana, admitió que en 2002 alcanzó el "mejor momento" de su carrera futbolística, después vivir un semestre inicial en la intrascendencia. |
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