Julián apostó todo a una prueba y es campeón

El cipoleño se quedó con el título en emotiva definición del certamen en el circuito roquense.

Víctor Julián lidera la segunda y decisiva prueba de la monomarca Gol en sus primeros metros, cuando estaba seguido por Osvaldo Nefa y Augusto González, mientras que más atrás se venía acomodando el resto. El cipoleño hizo un trabajo perfecto y se quedó con el título. La definición fue tan emotiva que acaparó todo el interés del programa que clausuró la actividad de pista en la región.

Fue una auténtica película de suspenso la definición del certamen anual de la monomarca Gol. Pasó de todo, lo que generó la atención total de los aficionados. El autódromo roquense fue el escenario de la consagración del cipoleño Víctor Julián, quien por puntos logró el título con comodidad, pero que recién pudo festejar al triunfar en la última prueba.
Mejor cierre imposible para el certamen de una categoría que potencialmente tiene todo para el gran despegue, pero que por problemas reglamentarios pasó más de un sobresalto.
La definición fue increíble, porque cuatro pilotos llegaron a las dos últimas pruebas de la fecha clausura que se disputó ayer con posibilidades de lograr el título.
Es más, para algunos fue como una verdadera partida de ajedrez, con planteo táctico y todo, a pesar que a veces en materia de "fierros" hay poca lógica.
Así, en clasificación Julián levantó y quedó último, por lo que se aseguraba largar primero la prueba final.
Como estaba obligado a ganar para ser campeón, apostó todas sus fichas a la última. Después de todo lo que pasó, su estrategia le dio el título.
En la primera prueba el dominio de Martín Segovia, quien había sido el dueño de la "pole", fue total.
Hubo otros trabajos destacados como los de Néstor Barroso, quien terminó segundo, y Roberto Corvalán, el tercero después de un entretenido duelo con el escolta y también con Rodolfo Lorca.
Atrás, como siempre en la categoría, hubo para todos los gustos, con toques y muchos sobrepasos. Y en la refriega estuvieron mezclados algunos de los que peleaban por el título, nada menos.
Después del triunfo impecable en la primera prueba de Segovia, la definición estaba más apretada aún. Alejandro López sumó algunos puntos y soñaba, lo mismo que un complicado Darío Delvas, quien tuvo un fin de semana para el olvido. ¿Julián? Dio una vueltas, tanteó el auto y se guardó en boxes a esperar la segunda, la que definiría el título.
La segunda prueba tuvo un desarrollo apasionante, no solo por la lucha en pista y los roces, sino por el suspenso en la definición del título.
Julián terminó ganando de punta a punta, pero hasta sufrió por el ingreso del auto de seguridad por una tremenda piña entre Roberto Corvalán y Daniel Tortoriello, como también por la atropellada del campeón saliente Lorca en la última vuelta, quien si lo pasaba lo dejaba sin el título, que hubiera quedado en manos de Segovia.
Así fue el desarrollo de la definición del certamen de la monomarca Gol, cargado de suspenso. Y con un campeón que apostó todo a una estrategia, elogiada por algunos, criticada por otros, aunque totalmente legal en lo reglamentario, que le permitió festejar el título.
La clasificación quedó en suspenso porque el comisario técnico Doreano Tappatá decidió llevarse para verificar motor y caja de velocidad de los seis mejores del certamen, lo que se realizará mañana. Sólo por lo que sucedió en las últimas presentaciones, habrá que esperar. En la pista, el título quedó en buenas manos.

Festejaron Costanzi y Bellomo

En una prueba que tuvo un emotivo desarrollo, el joven cipoleño Pablo Costanzi festejó su título en el TC-1100 con una impecable victoria en la última prueba del certamen anual de la especialidad que se disputó en el autódromo roquense. También celebró su consagración el cutralquense Roberto Bellomo en la Fórmula 850 Promocional.
Las dos divisiones "soportes" brindaron un entretenido espectáculo, tanto en las series como en las finales.
En el TC-1100 entre Costanzi y Ricardo Ostapovich se dieron con todo, terminando separados por apenas milésimas al final de las doce vueltas que tuvo la final.
En la Fórmula 850 el repetido campeón Bellomo hizo un trabajo perfecto, aunque recién pudo festejar tranquilo cuando bajó la bandera a cuadros, porque Daniel Mellado siempre lo tuvo a tiro.