Lunes 2 de diciembre de 2002

 

Una "borrachera" de fútbol y goles

 

El "Depo" ganó un partido de ribetes increíbles. Había estado tres veces abajo en el marcador.

 
El zapatazo de Padua, tras dejar al defensor en el camino. Hizo tres el artillero naranja y lleva 51 goles con esa camiseta. De cerca sigue Astigarraga el desarrollo de la maniobra.
Empacho de fútbol... y de goles. Todo en el "Maiolino". Para los muchos aficionados que poblaron el estadio -la mayor concurrencia en lo que va del Argentino "B"-, la siesta no pudo haber sido mejor aprovechada. Para satisfacer las expectativas más exigentes fue lo que entregaron Deportivo Roca 5-Sol de Mayo 3. Ocurrió en el primer "chico" de un partido que se hizo grande, en la serie final de esta instancia para los dos representativos rionegrinos.
Un espectáculo que tuvo picos de enorme emoción y con protagonistas de lujo, como Oscar Padua, el artillero naranja autor de tres conquistas de notable factura.
Partido cargado de tensión desde el minuto uno al noventa. Con saltos emotivos y ribetes cambiantes en el tanteador. Vaya si no fue así: el local estuvo tres veces abajo en la cuenta de los goles y terminó venciendo por dos de diferencia. Increíble.
De movida nomás, alerta roja para el "Depo". Trastabilló Schachtel en las puertas de su área y semejante ofrenda no era para desaprovechar así nomás. Escapó Derrac, mandó el centro y en la boca del arco Sangronis puso el 1-0. No lo entendían muchos. Sorpresa y ventaja para Sol.
Pareció que el local ingresaba en un terraplén. No encontraba la pelota en el medio y en el lateral derecho de su defensa parecía tener un grifo abierto. Sol mandaba con Valdebenito distribuyendo pelotazos punzantes para Seguel o Derrac.
Pero la reacción naranja no tardó. Vianna arrastró marcas como improvisado "7", cedió atrás para el centro de Astigarraga que Padua transformó en su primer grito de la tarde con cabezazo que se detuvo en un rincón.
Iban 6 minutos y todo como antes. El juego se estabilizó, pero como la marca que ejercían sobre Valdés era muy asfixiante, Roca quedó demasiado quebrado para acciones hilvanadas. Así, recurrió mucho a los pelotazos que cuando fueron a la derecha no estuvieron lejos de darle rédito por ciertas precariedades de Morón en las coberturas. La más clara la tuvo Vianna, que apareció como un fantasma con un remate que salvó Villoldo con las piernas. Eso fue a los 24" y doce minutos más tarde, el arquero visitante salió mal, falló en el despeje, pero lo salvó la baja estatura de Conte no pudo cabecear el balón que viajaba tan alto.
Parecía sentencia de 1-1 a la hora del descanso. Sin embargo, Ghersi cometió un inocente penal (hizo de basquetbolista en el área) y Seguel puso el segundo a los 42". Claro que no estaba todo dicho. Schachtel mandó centro casi frontal, Padua cabeceó hacia atrás, la pelota pegó en el horizontal, picó adentro y cuarto festejo de la tarde: 2-2.
Hasta ahí, buena entrega y oferta abierta para el tramo posterior. Así ocurrió. Apenas cuatro minutos complementarios cuando Seguel y Sangronis armaron una de las mejoras maniobras de la tarde: aquél asistió de manera formidable para que de idéntica manera el centrodelantero clavara el balón junto al parante derecho de Contreras. Go-la-zo.
Por tercera vez -sería la última-, Sol estaría adelante. Dio la impresión que la experiencia de sus jugadores sería determinante. Pero el fútbol tiene sus cosas. Y contra las "reglas" de la actualidad, Saldico mandó mover piezas y cambiar radicalmente la estructura. Quedaba media hora. Afuera Ghersi y adentro Diego Alvarez. Ahora, tres delanteros netos. ¿Osadía? ¿Riesgo? No tenía otra el DT local. Fue acierto absoluto. En la primera corrida, el "nueve" de refresco dejó a tres en el camino, mandó centro que Vianna transformó en el tercer empate. Delirio y entusiasmo en la gente. Iban 28 minutos. Pero la acción tuvo su precio. Se resintió Alvarez de una lesión y enseguida dejó su puesto a Poblete, cuando ya Sol estaba con uno menos por expulsión de Sosa. Y en la primera que tocó el recién ingresado, "pescó" un balón en el área tras otro desparramo que armó Vianna y 4-3. Más locura en la parcialidad local.
¡Y pensar que no estaba todo dicho! Porque a dos del epílogo, un "sombrero" de Padua fue la mejor decoración para su tercer tanto y el "bingo" que gritó el naranja en un partido para el recuerdo.
La revancha será el domingo en Viedma. ¿Harán otro partido con tantas emociones? Ojalá. Por el bien del fútbol y de la gente que lo vaya a ver.
Alfredo Celani

"El mérito es del equipo"

"La proeza es de los jugadores. Realmente lo veía difícil al partido porque nos confundieron al principio con el planteo de dos enganches y un punta, que llevó a nuestros volantes a no acertar en la marca. Después le agarramos la mano y volvimos a la nuestra. En el tercer gol de ellos todo, pero por suerte la entrada de Alvarez primero y de Poblete después, le dieron el estiletazo final a lo que veníamos buscando. Los cambios nos llevaron a jugar con tres en el fondo, que es una variante que siempre tenemos a mano. Para la revancha, dos goles no son gran ventaja, así que no vamos a ir a defendernos".
Fue el monólogo de Alberto Saldico en la puerta del vestuario local. El "Beto", que debió purgar una fecha de suspensión, siguió las acciones desde el techo del pasillo que conduce a los vestuarios en el primer tiempo, y desde la puerta del mismo en el segundo.
Cerca suyo, el multigoleador Oscar Padua dijo lo suyo en una tarde inolvidable. "Hoy llegué a 51 goles con la camiseta del "Depo". Por lo que significaron fueron los mejores de mi carrera, especialmente el último. Yo había prometido goles, no venía cumpliendo, pero gracias a Dios se me dieron ahora que es cuando más los necesitábamos".

Apuntes

"Handy": Como Saldico debió purgar una fecha de suspensión, el primer tiempo lo siguió desde el techo del pasillo que comunica vestuarios y cancha. Con un "handy" se comunicaba con sus colaboradores, aunque con algunos jugadores las indicaciones eran a grito "pelado". Ya en el complemento se bajó y siguió las acciones desde la entrada a los camarines, con sombra y bajo techo.

Visitas: Rostros no frecuentes en las plateas del "Depo". Entre los visitantes estuvo el "Mingo" Perilli, Tomás Ibáñez y Alberto Beacon, dirigente viedmense.

   
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