Viernes 8 de noviembre de 2002
 

Cien alumnos se tajearon los brazos como en "Tumberos"

 

Querían demostrar valentía, imitando a la serie que narra la vida dentro de una cárcel. El "juego", cercano al autoflagelamiento, fue repetido en tres escuelas mendocinas.

 
Las lastimaduras se detectaron cuando algunos docentes descubrieron que varios estudiantes tenían heridas en carne viva en los brazos.
Cien alumnos de jardín y de diversas escuelas primarias del departamento de General Alvear, ubicado al sur de Mendoza, se efectuaron cortes y raspones en el cuerpo para demostrar su valentía, al simular la serie televisiva "Tumberos" que narra la vida dentro de una cárcel.
"Algo está pasando en esta civilización de la que formamos parte: la crueldad parece no tener límites". Así reaccionaron especialistas en educación y violencia consultados por este medio ante la noticia que ayer fue confirmada por Raquel Mansilla, supervisora de la sección 35 de la Dirección General de Escuelas de Mendoza.
La docente dijo que los datos relevados en las 47 escuelas primarias con las que cuenta ese departamento "dieron un total de cien niños lastimados desde jardín hasta séptimo grado".
"Los chicos dicen que lo han tomado como un juego, como una moda y que lo hicieron fuera del horario escolar, lo que nos ha sorprendido, dado que hace tiempo trabajamos en un programa educativo por la paz y la no violencia que está focalizado hacia toda la comunidad", dijo la docente. Si bien en un principio la situación no despertó ningún tipo de sospechas, dado que los alumnos no tenían mayores consecuencias físicas, la alarma surgió al detectarse que algunas heridas estaban en carne viva.
"Realizamos un análisis muy exhaustivo en todo General Alvear y los datos indican que los casos registrados en menos de una decena de escuelas fueron detectados por los docentes, lo cual confirma el cumplimiento en el cuidado de los menores", añadió la supervisora.
Mansilla explicó que de inmediato se llamó a los padres de los alumnos y se los hizo reflexionar acerca de los límites y los valores que deberían imponerles a sus hijos, al igual que el tipo de programas que les dejan ver por televisión.
"Si el docente, en cuatro horas y media de clases, puede detectar lo que les pasa a los niños, me parece que los padres tienen mucho más tiempo para saber qué les pasa a sus hijos", dijo la docente.
La serie "Tumberos" que emite América TV, es una historia de ficción rodada en el penal de Caseros que cuenta la vida de los presos, y puede verse en General Alvear los lunes a las 23 por las señales de televisión por cable y aire.
Advertidos las autoridades y los padres, los alumnos admitieron que se practicaron los cortes y raspones para "para demostrar que no eran maricones", tal como lo ven en la popular serie televisiva.
El juego fue detectado en un principio en las escuelas: Alas Argentinas, donde se detectaron 35 casos; en la Capital Federal, donde hubo 15 casos; y en la Constancio Vigil, donde hubieron varios más; todas ubicadas en General Alvear, ciudad ubicada a 330 kilómetros al sur de la capital mendocina, en el límite con la provincia de San Luis. Las lastimaduras y los machucones en manos y brazos se detectaron a principios de esta semana, cuando algunos docentes descubrieron que varios estudiantes tenían heridas cicatrizadas y otras en carne viva.
"El juego de Tumberos lo hicieron muchos chicos que van a la escuela", dijo Juan Carlos, un pequeño de 10 años de edad que cursa quinto grado, quien no dudó en mostrar las cicatrices que se hizo en su brazo al raspar su piel con un cortante habitualmente usado para sacarle punta a los lápices. "Acá lo hicimos muchos chicos. Despacito, nos hicimos los cortes y raspones, y después medíamos con una regla para ver quién tenía mayor cantidad de cortes. Ese era el más valiente", relató el niño.
En tanto, Roberto, un chico de 12 años que tiene en su mano los rastros del juego, comentó que "en cuarto grado hay un chico que se hizo como diez cortes y es uno de los que más lastimaduras se hizo, pero ya se le están cicatrizando. Ese sí que es un tumbero de verdad", agregó. Afortunadamente, en ninguno de los colegios se produjeron hechos violentos o peleas entre bandas de internos, tal como las que muestra la nueva serie televisiva.
"En los niveles medio, la violencia pasa centralmente por el lenguaje y los gestos y su uso sutil (por ejemplo, mirar de reojo o desagrado al otro). Pero en los sectores populares este lugar violento del lenguaje como posibilidad de herir al otro a menudo desaparece y lo hacen con el cuerpo (suyo o del otro) y un arma", destacó la psicopedagoga Verónica Ditone, quien sigue de cerca hechos violentos como los ocurridos en Mendoza. (AR, Télam y Los Andes)
   
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