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Jueves 7 de noviembre de 2002 | |
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La semana en El Bolsón: Hasta que alguien escuche |
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| EL BOLSON (AEB)- Bien lo dice Mario Benedetti en su poesía: "que golpee y golpee/ hasta que nadie/ pueda ya hacerse el sordo". Esa es la manera que han elegido aquellos que quieren la reapertura de la Escuela Especial 21 de El Bolsón: golpear hasta que alguno conteste. Lamentablemente, hay mas sordos de lo que la gente cree. La historia de la escuela bolsonesa es "especial". Creada para atender la enseñanza de los discapacitados regionales, jamás pudo encontrar su "lugar en el mundo", porque estuvo condenada a peregrinar por locaciones imposibles: un ex-hotel, una hostería, una ex-caballeriza de gendarmería, un gimnasio. Fueron 1500 rostros los que salieron a la calle. Casi el 10% de la población. La excusa fue reclamar los trabajos de acondicionamiento de la escuela Especial. La realidad "luchar por la educación pública, porque está en agonía". La marcha que colmó las calles de El Bolsón fue una de las mas grandes que se recuerde y envidia de políticos y gremialistas que, ni en sueños, podrían movilizar a tal cantidad de personas. "Hoy los chicos se sienten acompañados. Es que estaban muy solos" dijo un padre que conoce de luchas y amarguras. "Ya son 14 años de seguir peleando por lo mismo", señaló. La lógica indica que, de tanto golpear y golpear, algún funcionario ya debería haber recobrado la audición. Nada mas lejos de la realidad. "Hablan de fechas de inicio de los trabajos con mucha ligereza, pero hasta el momento nadie nos confirmó nada. A este paso, también vamos a perder el ciclo 2003", dicen los docentes. Padres, profesores, alumnos repiten cada mañana un fatigoso ritual. Se instalan en la sede de la Secretaría Técnica esperando alguna respuesta. La única que deben expresar los funcionarios: "mañana comienza a reconstruirse la escuela". Hasta ahora no la han escuchado. "Ya no sabemos qué hacer. La clase que pierde cada uno de nuestros chicos es irrecuperable. A ellos todo les cuesta mas, pero nadie del CPE lo quiere entender", indicaron. Porque la Escuela Especial de El Bolsón, siempre fue la más "especial". Fue distinta desde su creación, cuando la condenaron al peregrinaje permanente entre paredes estrechas y puertas angostas; al desafío de escaleras y baños para seres sin discapacidades; a la mentira de "van a tener un edificio definitivo"; a la falta de presupuesto y el olvido. En todos estos años la lucha fue despareja: individual y solitaria. 80 chicos discapacitados no engrosaban las estadísticas educativas y, por más que los maestros se quejaran, era poco lo que conseguían. Desde la última marcha, esa que movilizó a casi el 10% de la población, la historia cambió. Ahora es "nuestra escuela" (frase escuchada en la boca de algún político local) y al grito de "todos somos especiales", fueron muchos más los que se sumaron al reclamo. "Los trabajos están aprobados por la ministra, hay coincidencia en que deben realizarse. Tenemos un recurso de amparo favorable. Dicen que los fondos están, pero se va a realizar por contratación directa. Entonces, ¿dónde está el problema?. Porque hasta ahora no vimos que se clavara una chapa o se arreglara el techo", dijeron los miembros de la comunidad educativa de la escuela. Habrá que seguir "golpeando y golpeando hasta que nadie pueda hacerse el sordo". Julio Alvarez |
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