Lunes 4 de noviembre de 2002
 

"La" oportunidad

 

Por Hugo Alonso

  Cuando este 2002 termine, los roquenses habrán aportado alrededor de 300.000 pesos para pagar los seis sueldos de bolsillo mensuales que demanda el Tribunal de Cuentas municipal.
La cifra surge al multiplicar los salarios netos de los integrantes del cuerpo por 36 meses, contados desde enero de 2000 a diciembre de 2002. Deben computarse también los 24 días trabajados en diciembre de 1999. Todo esto sin sumar las cargas previsionales, que llevarían el número final varios miles de pesos más arriba.
Tres miembros titulares y tres empleados perciben un haber por su labor en el poder contralor de la comuna. Salvo una agente de menor responsabilidad, que cobra alrededor de 700 pesos, el resto se encuentra en una franja que va desde los 1.200 a los 1.800 pesos.
El Tribunal de Cuentas roquense que integran Daniel Canderán, Ricardo Stadler y Néstor Ramidán comenzará hoy una semana trascendental.
Deberá abocarse con urgencia y exclusividad a la investigación que definirá si alguien provocó un perjuicio al erario municipal a partir de la demanda y uso de combustibles, lubricantes y repuestos para el parque automotor.
El desempeño de los contralores será fundamental para el futuro institucional de la municipalidad. De la información que consigan y las conclusiones a las que arriben podrá determinarse si el principio de austeridad infinitamente pregonado por la gestión Sarandría es tan vulnerable como parece haberlo evidenciado la investigación periodística del semanario "La Comuna".
Cuando el Tribunal de Cuentas emita su dictamen no habrá marcha atrás. No hay otra instancia de observación al desempeño de funcionarios. De allí el peso de la responsabilidad que tienen en sus manos.
Ocurre que revisando antecedentes aparece un margen para la incertidumbre sobre los resultados que se puedan obtener sobre el presunto robo de combustibles.
Al margen de los rutinarios controles a los asientos contables que surgen de cada área, el cuerpo no tiene en su haber un caso importante resuelto con celeridad y eficiencia.
Tuvo la oportunidad cuando detectó el robo hormiga en el Concejo Deliberante, a partir de la adulteración de facturas de una librería. Sin embargo, prefirió dar como cerrado el caso cuando "alguien" repuso el monto desaparecido. Nada se sabe hoy acerca de mayores investigaciones y mucho menos de sanciones a los responsables, materiales y jerárquicos.
Que uno de los miembros titulares -Ricardo Stadler- sea parte del cuerpo que revisará acciones y omisiones del titular de Servicios Públicos, Luis Salvucci, tampoco es una buena señal.
Stadler es vicepresidente del Comité Roca de la Unión Cívica Radical y tiene ahora el deber de poner la lupa sobre uno de los afiliados más activos del partido en la ciudad.
Más que nunca, será una prueba para demostrar la independencia del Tribunal de Cuentas. No serán pocos los ojos posados sobre el cuerpo hasta que tome una decisión.
El viernes pasado el intendente Sarandría recomendó celeridad y firmeza al poder contralor, poniendo a disposición toda la información que demanden a los funcionarios.
El jefe comunal sabe que juega mucho de su buena imagen en los resultados de este conflicto. Buena imagen que ya se vio afectada a partir de los precarios controles en áreas proclives a las tentaciones personales.
Es a partir de esas deficiencias en el Ejecutivo que el Tribunal de Cuentas debe intervenir. Tiene la gran oportunidad de demostrar que tiene sentido el dinero aportado a la comuna por los roquenses. Ojalá no la dilapide.

Hugo Alonso
halonso@rionegro.com.ar

     
     
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