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Miércoles 27de noviembre de 2002 | ||
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Piqueteros llegaron a Plaza de Mayo tras ser cercados |
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Hubo largas horas de tensión en puente Pueyrredón. |
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Los hechos llenaron de tensión al gobierno ante la posibilidad de un nuevo desenlace violento que finalmente no sucedió. De todos modos, ayer crecieron los rumores de que las manifestaciones que se preparan para el 20 de diciembre podrían derivar en actos violentos. La voz de alerta la brindó la mesa del "Diálogo Argentino", pero en el gobierno ya manejan hipótesis de radicalización de los conflictos de cara al primer aniversario de la caída de De la Rúa, en el que murieron 20 personas. Desde el mediodía de ayer y hasta pasadas las 18.30, los piqueteros, entre los que había mujeres y niños, quedaron detenidos en el puente en un contexto de extrema tensión marcado por la acumulación progresiva de fuerza que mostraba el dispositivo de seguridad. Al Puente Pueyrredón llegaron efectivos de la Policía Federal, Gendarmería y Prefectura, con perros adiestrados, camiones hidrantes, carros de asalto, motocicletas y el objetivo de 'cachear' uno a uno a los manifestantes que intentaban cruzar el acceso: la imagen nerviosa de policías desplegándose en filas, corriendo y mostrando armas, era el peor escenario para la movilización. Siete delegados piqueteros, ante un cuadro que pronosticaba un desenlace violento y recordaba las imágenes previas del 26 de junio, cuando fueron asesinados Kosteki y Santillán, se reunieron en Casa de Gobierno con el ministro del Interior, Jorge Matzkin, y el secretario de Provincias, Arturo Puricelli. Allí, tras dos horas de negociación, se firmó un acta en que se definió que los piqueteros atravesarían el puente sin ser cacheados, pero con la obligación de mostrar sus pertenencias y no acampar en Plaza de Mayo. Un delegado que participó de la reunión dijo que durante el encuentro le advirtieron al gobierno que "nuestro tema central es el hambre, discutir los 150 lecops miserables y la forma en que distribuyen la ayuda social, no queremos que nos distraigan". "No podemos vivir discutiendo si podemos movilizarnos o no, porque las razones son justas y la movilización es legal, no puede ser que cada vez que querramos manifestarnos tengamos que parar en el puente siete horas y venir a hablar con Matzkin", sostuvo. Para Puricelli, la "negociación fue razonable" y aseguró desconocer si hubo una orden escrita de la jueza federal María Servini de Cubría para que sean cacheados los manifestantes. Los piqueteros, tras siete horas de tensión, advirtieron que mostrarían sus pertenencias "a una distancia prudencial de diez metros". Néstor Pitrola, referente del Polo Obrero en el Bloque Piquetero Nacional, aseguró que "los compañeros han defendido nuestra posición de pasar sin ser cacheados" y señaló que "vamos a llegar a Plaza de Mayo y habremos defendido así el derecho a manifestar". Asimismo, Jorge Ceballos, de Barrios de Pie, dijo que "nuestra decisión es clara: no vamos a dejar que nos cacheen, no somos delincuentes". El Gobierno tuvo que negociar con la jueza Servini de Cubría que autorice a los piqueteros a marchar sin ser "cacheados" para descomprimir la tensión generada entre los manifestantes. El ministro del Interior, Jorge Matzkin, mantuvo varias comunicaciones telefónicas con la magistrada para solicitarle una flexibilización de la instrucción dada por la mañana para que los piqueteros fueran palpados. "Creo que la jueza tuvo una buena percepción para flexibilizar la medida. Tuvo una decisión razonable", afirmó Matzkin, tras la extensa reunión mantenida en la Casa Rosada con representantes de los piqueteros. A los piqueteros se sumaron representantes de asambleas barriales, los diputados nacionales Luis Zamora y Patricia Walsh y los legisladores porteños Vilma Ripoll y Patricio Echegaray, quienes repudiaron la decisión de impedir el paso de los piqueteros. (DYN y Télam) Alertan por el 20 de diciembre La denominada mesa ampliada del Diálogo Argentino advirtió ayer que "hay signos claros" de que el próximo 20 de diciembre, al cumplirse un año del "cacerolazo" que desembocó en la caída del ex presidente De la Rúa, puede de ser una "jornada violenta que no ayude a la restauración". No obstante, convocó una Jornada contra el Hambre y la Violencia para ese día -tal como ya lo hicieron los nucleamientos piqueteros y el candidato a presidente Adolfo Rodríguez Saá- con el objetivo de "dar una mano de consenso, de diálogo, de pacificación y de compartir en comunión para transformar esa tensión en posibilidad de reconstrucción". Así lo confirmó uno de los coordinadores del Departamento de Laicos del Episcopado, Justo Carbajales, al lanzar oficialmente la segunda etapa del Diálogo Argentino -de la que también participan organizaciones intermedias y representantes de otros credos- cuyas prioridades serán la "lucha frontal e integral" contra la pobreza y el "resguardo de la institucionalidad democrática". Aunque sin aportar demasiados datos sobre los "gestos fuertes" que el heterogéneo grupo quiere dar a la sociedad e incluso planteando dudas de último momento en cuanto al día de la convocatoria, Carbajales subrayó que "esa fecha significa una oportunidad de quebrar una espiritual (de violencia), que el Diálogo quiere proponerse para alentar". (DYN) |
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