Sábado 23 de noviembre de 2002
 

El no veranismo deja de flagelarse y se mueve

 

Sarandría dijo adiós. Opción Radical fundó su línea: Movimiento de Apertura Democrática.

  La consigna fue marcada casi en términos prusianos: hay que seguir y seguir.
Con ese convencimiento, Opción Radical comienza a sacudirse el sopor que le dejó el acelerado desplome de su poder y se reagrupa para mantener lo que le queda de espacio en el partido.
La operación se concreta en un marco de incertidumbre por parte de su dirigencia.
-Pero no hay otro camino si queremos ser alguien en el partido- dijo a este diario uno de los timoneros del no veranismo.
Y la operación "retorno" se plasma en el marco de un desgajo en el ya menguado poder de Opción Radical.
Ricardo Sarandría, intendente de Roca y uno de los tres mosqueteros que fundó Opción, dio vida a su propia línea: Movimiento de Apertura Democrática (MAD).
Un plano que desde su declaración liminar deja en claro que se moverá con el pragmatismo necesario como para no constreñirse a ser una expresión más dentro del frente interno radical.
Esa declaración señala que la aspiración es crear "un nuevo centro de decisión que democratice efectivamente la acción política, integre y aliente la incorporación de todos los ciudadanos".
Como a Napoleón hasta el día de su exilio final, Sarandría también tiene aquí su vieja guardia de coraceros que lo acompaña en la iniciativa.
Está integrada por los dirigentes que se abroquelaron a su lado para desprenderse del veranismo y enfrentarlo en su "patria chica": Roca.
Ahí están Abel Quesada, Oscar Rached, Rodolfo Romero, Mable Szerman, Karina Insaurralde, Alfredo Elisandro, Roberto Puerta y Raúl Neboli.
Cada uno con su cargo en la mesa de conducción del MAD.
Así, son tres la líneas definidamente opositoras al veranismo instaladas en el frente interno partidario: los Blancos, timoneados por el vicegobernador Bautista Mendioroz; Movimiento de Recuperación Radical, conducido por el legislador Fernando Chironi y ahora el MAD.
Opción Radical se cohesiona alrededor de los dos primeros. Recordemos que fue fundada por Mendioroz, Chironi y Sarandría.
Hace dos semanas, la Junta Electoral de la UCR liquidó el deseo de Opción de llevar a Mendioroz como candidato a gobernador. Avalada por la Constitución provincial, lo inhabilitó debido a que por haber sido vice dos veces consecutivas, estaba impedido para postularse automáticamente a gobernador.
Opción comenzó entonces a negociar cuotas de poder con el veranismo.
Disgustado con esta actitud, Sarandría, que era el candidato de relevo ante la posibilidad de que Mendioroz fuera bajado, dijo adiós a aquellos correligionarios.
Mientras tanto, Opción Radical repone fuerzas tras tanta hecatombe.
Y ayer, en la Legislatura, demostró que su no veranismo se mantiene incólume. Ratificó su respaldo a la creación de la Comisión Investigadora que analizará toda la política de Lotería y casinos seguida por el gobierno.
Investigación que no quería el gobernador Pablo Verani.
Y que le resta sueño.

Recordó a Zubeldía

Ricardo Sarandría hizo lo que tenía que hacer: apostar hacia adelante.
Partir hacia un punto que ni él sabe qué le depara.
Nunca ignoró que bajo crisis, la política suele ofrecer pocas oportunidades. Son instancias en las que las opciones en la mayoría de los casos se reducen a una.
Frente a él estaba el veranismo. Y su inmensa posibilidad de trastornarle el funcionamiento de la intendencia y amargarle su último año como jefe comunal.
En la retaguardia estaba el tumultuoso desbarranque del poder de Opción Radical. Un caerse que Sarandría intentó impedir vía la épica de dar combate con él como candidato a gobernador.
Pero pronto percibió que de cara a la máxima cúpula de Opción, su determinación era sinónimo de soledad.
Y cuando miró a sus flancos, Sarandría supo que ahí están los indefinidos de la política. Esas franjas que palmean y reconocen la conducta de colisión. La admiran. La envidian.
Pero no más.
Entonces, y siempre con el veranismo mirándolo y relamiéndose, Sarandría -hincha de Estudiantes de La Plata-, recordó aquella máxima de Osvaldo Zubeldía: "En fútbol siempre hay tiempo para defenderse, pero no siempre para atacar".
Y transfirió esa experiencia a su momento político.
Vaya a saber dónde irá a parar Sarandría con su MAD. Se le puede o no acortar un futuro político que ya tenía comprometido.
Ahora, hizo lo que tenía que hacer. Arriesgó.
Y el riesgo es consustancial a la política que habla de poder y lo busca.
No al que le huye.

Carlos Torrengo

   
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