Miércoles 13 de noviembre de 2002
 

Intensa búsqueda de obispo colombiano secuestrado

 

La máxima autoridad de la Iglesia en Latinoamérica estaría en poder de las FARC.

 
Los colombianos se movilizaron en favor de la liberación del obispo y el sacerdote secuestrado (Izq.)
BOGOTA - El Ejército colombiano, apoyado por helicópteros y aviones de reconocimiento, realizaba ayer un fuerte operativo de búsqueda en una zona montañosa del centro del país para rescatar a un obispo secuestrado por la guerrilla, en el más reciente ataque contra la Iglesia Católica en el feroz conflicto interno que sacude al país.
El secuestro por parte de las FARC de monseñor Jorge Enrique Jiménez, presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), y del sacerdote Desiderio Orejuela, provocó una oleada de indignación y preocupación en Colombia y la reacción de Juan Pablo II, quien condenó el hecho desde Roma.(ver aparte)
Monseñor Jiménez -también obispo de la ciudad de Zipaquirá, a 40 kilómetros de Bogotá- y el sacerdote Orjuela fueron secuestrados el lunes poco antes del mediodía en una zona rural, en un hecho atribuido a la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
La ministra de Defensa colombiana, Martha Lucía Ramírez, dijo ayer que ya se iniciaron operaciones de rescate en la región de Pacho, donde se produjo el secuestro.
"Se empezó un despliegue importante de tropas hacia toda esa región, y desde esta mañana se intensificó con algunos helicópteros adicionales, que han llegado para apoyar el operativo", aseguró la ministra.
El plagio de los dos religiosos se produce en momentos en que en el país se debate la posibilidad de que se realice un acuerdo humanitario que permita la liberación de cientos de secuestrados en poder de las FARC a cambio de que salgan de las cárceles unos 400 miembros de esa organización.
El secuestro formaría parte de la campaña de presión que vienen cumpliendo las FARC con el propósito de forzar al gobierno a firmar el acuerdo.
El gobierno del presidente Alvaro Uribe ha ofrecido la excarcelación de guerrilleros a cambio de que éstos salgan del país y se comprometan a apartarse de las filas rebeldes.
Pero según el grupo insurgente, un eventual acuerdo sobre la materia sólo podrá ser discutido en el país y bajo la condición de que se desmilitarice una zona y se otorguen garantías a los portavoces rebeldes.
Asimismo, los rebeldes se comprometen a liberar a un grupo de secuestrados, incluida la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, a cambio de que el gobierno haga lo propio con "todos y todas las guerrilleras" recluidos en las cárceles colombianas.
"No creo que ésta sea la mejor vía, la de la presión, la de secuestrar más colombianos, en este caso un alto jerarca de la Iglesia. No es la mejor vía para llegar a un acuerdo humanitario", declaró el presidente de la Cámara Baja, William Vélez.
El procurador general Edgardo Maya consideró, por su parte, que el gobierno no debe dejarse "chantajear" por las FARC, aunque dijo lamentar el doble secuestro.
Monseñor Alberto Giraldo, arzobispo de la noroccidental ciudad de Medellín, opinó que el secuestro del presidente del CELAM "va a matar las esperanzas que se tenían de un acuerdo humanitario para lograr la liberación de secuestrados".
El secuestro del presidente del CELAM -que agrupa a 22 conferencias episcopales de América Latina y del Caribe- obligó al vicepresidente, el cardenal chileno Francisco Javier Errázuriz, a viajar de emergencia de Santiago a Bogotá para ponerse al frente de las actividades de la entidad.
"He querido traer una palabra de apoyo, de solidaridad, de cercanía a la Conferencia Episcopal de Colombia y también al pueblo colombiano, de parte de los obispos de América Latina", manifestó a su llegada
Mientras, en América Latina crecía el repudio al hecho, con un pronunciamiento de los obispos argentinos, quienes expresaron su "más profundo repudio por el secuestro del que ha sido víctima nuestro entrañable hermano ".
En Colombia, el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Pedro Rubiano, dijo que "el mayor de los crímenes que se puede cometer en el país es el secuestro de una persona, y más cuando se trata de servidores de la comunidad". (AFP/DPA)

Pedido del Papa a los captores

El Papa Juan Pablo II, en un telegrama enviado al cardenal primado de Colombia, Pedro Rubiano Sáenza, arzobispo de Bogotá, "ruega a Dios que haga recapacitar a los responsables para que liberan a los secuestrados y abandonen toda forma de violencia".
"Ante la triste noticia del secuestro de monseñor Jorge Enrique Jiménez Carvajal, así como del padre Desiderio Orjuela, que lo acompañaba, el Santo Padre desea hacer llegar a los obispos de Colombia su intensa participación en el dolor que este hecho produce", escribió Juan Pablo II.
En su misiva el jefe de la iglesia católica envió también un mensaje de "aliento a todos los pastores y ministros de la Iglesia, para que prosigan con generosidad su servicio al evangelio y al pueblo de Dios en Colombia, no obstante las dificultades y los sinsabores, trabajando incansablamente por alcanzar la tan anhelada paz en el país".

   
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