Miércoles 13 de noviembre de 2002
 

En la política sobre Irak vienen tiempos difíciles

 

Por Gabriele Chwallek

  Ahora viene la parte difícil", dijo George W. Bush luego de que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobara la nueva resolución de Irak el pasado viernes.
Indudablemente, el presidente de Estados Unidos sabía de qué estaba hablando. Para él comienza ahora la complicada tarea de mantener unida a la frágil coalición anti-Irak de la comunidad internacional.
Tras bambalinas ya se delinean divergencias en la interpretación de qué es lo que hay que considerar una violación "seria" de Irak a la resolución.
No fue casualidad que ya en su discurso tras la aprobación de la resolución Bush enviara una advertencia al respecto a posibles indecisos en el Consejo de Seguridad y escépticos.
No hay que caer en discusiones "improductivas" sobre los criterios para la determinación de violaciones iraquíes, advirtió el presidente y agregó que para Estados Unidos cada violación es seria.
Esto es agua para el molino de aquellos que así y todo creen que hace rato que Estados Unidos se preparó para una guerra y que las inspecciones tan sólo operan como una "fachada".
Así fue como Francia, Rusia y China se vieron en la obligación de aclarar en forma conjunta que la resolución excluyera "cualquier automatismo en dirección a la violencia", lo que según expertos de política externa es una clara muestra de la desconfianza frente a las intenciones estadounidenses.
Y eso que en el equipo de gobierno de Estados Unidos todavía hay desavenencias respecto de cómo se debe medir la disposición de Saddam Hussein a cooperar.
Según se dice, para un equipo de "halcones" en torno del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, tan sólo una nueva "provocación" en las zonas de prohibición de vuelo sería el caso de una "violación seria", y Bush también estaría en favor de una "tolerancia cero" de este tipo.
En cambio otros expertos gubernamentales, particularmente en el Departamento de Estado, se pronuncian en favor de un análisis del "caso a caso". También consideran que el respaldo de la comunidad internacional a una acción militar sería mucho más segura si se pudiera presentar una "cadena de pruebas" de la negativa a cooperar.
Estados Unidos no planea buscar con ojos de lince "si hay una coma en el lugar correcto", describió un alto funcionario la postura prevista de su país en las inspecciones de armas.
"Pero no nos recostaremos a esperar a que se acumulen las violaciones, día a día, semana a semana. Creo que relativamente pronto quedará claro si Irak cumple las condiciones o no", agregó.
Con esto el funcionario se refirió a una estrategia que Washington ha venido preparando sistemáticamente hace mucho tiempo.
Fuentes del Pentágono indicaron que Irak debe ser sometido a un test "temprano y claro" sobre su disposición a cooperar. En este sentido, expertos gubernamentales elaboraron una lista de sitios a inspeccionar estratégicamente importantes para poner bajo la lupa de los inspectores de Naciones Unidas desde el comienzo y en detalle.
Estos lugares serían "proyectos" de los que Estados Unidos ya tiene información detallada de los servicios secretos.
Esta estrategia permitiría una rápida comparación entre los inspectores a cargo del control de armas y los datos estadounidenses así como la lista de armas que Saddam debe entregarle a la ONU hasta el 8 de diciembre.
Los críticos hablan de un sistema sofisticado de "ratoneras" con el objetivo de asegurar que de todas maneras se responsabilice a Saddam, también en el caso de "pequeños engaños".
De hecho, hasta ahora hay muy pocas voces en el equipo de gobierno estadounidense que opinen que se puede evitar una guerra.
Aun así en Washington ya casi hay certeza de que nuevamente Estados Unidos tendrá que enfrentarse a "atormentadores" debates internacionales, según formuló un alto funcionario.
Sin embargo, también opinó que en el marco de la larga búsqueda para una resolución de consenso aumentó la disposición de varios aliados a al menos considerar un respaldo a Estados Unidos en caso de una guerra.
"Creo que en lo que a esto respecta, hemos superado un paso decisivo", añadió. (DPA)
     
     
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