Martes 12 de noviembre de 2002
		Milosevic prepara nuevos rompecabezas para los jueces
		Por Edgar Denter
		Slobodan Milosevic ya era en su etapa de presidente de Yugoslavia una personalidad poco tratable. Desde que el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY) de La Haya lo acusó de graves crímenes en las guerras de Croacia, Bosnia y Kosovo, el ex mandatario sigue preparando a los jueces de La Haya nuevos rompecabezas jurídicos. Lo cierto es que desde que comenzó el juicio en su contra, el pasado 12 de febrero, los jueces del Alto Tribunal de Naciones Unidas tienen cada vez más dificultades en poder equilibrar por un lado los derechos del acusado, teniendo en cuenta su actual frágil estado de salud, y por otro las disposiciones del derecho internacional y los legítimos reclamos de miles de víctimas de esos conflictos en la ex Yugoslavia que reclaman justicia. Ya desde el comienzo del proceso por crímenes en Croacia, Bosnia-Herzegovina y Kosovo, en el que el acusado se defiende por sí mismo, el escepticismo se apoderó de los jueces del TPIY. ¿Cómo iba a ser capaz Milosevic de poder hacer frente a tamaño volumen de acusaciones y pruebas recriminatorias en su contra? era la pregunta más extendida. El que Milosevic renunciase a contar con abogados de oficio puestos a disposición por el tribunal era uno de sus derechos. Su explicación oficial fue que no reconocía la legitimidad del TPIY, creado en 1993 tras una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Sin embargo, el verdadero motivo de su negativa tiene otro trasfondo. Desde que se inició el juicio, el ex presidente, de 61 años, ha aprovechado cualquier ocasión para ejercer una defensa acérrima de sus argumentos políticos. Se preocupa poco de los detalles procesales y suele dirigir su atención al público. Su hábil dialéctica intenta transformar las acusaciones por crímenes contra la humanidad y genocidio en simples "mentiras" y "maquinaciones" contra su persona. Gracias a la televisión y la radio tiene garantizado que sus seguidores en Belgrado puedan escuchar su mensaje directamente desde la sala oval con cristal antibala del TPIY en La Haya y también gracias a Internet. Pero su estrategia de sacar provecho de cualquier oportunidad para "vender" su mercancía política desde el estrado le está pasando factura. Siempre se ha quejado de que se le ha concedido poco tiempo para preparar su defensa y para recuperarse físicamente tras las agotadoras sesiones. Y cuando regresa a su celda en la cárcel del TPIY en la localidad de Scheveningen, cerca de La Haya, sigue preparando su defensa y hablando por teléfono con sus colaboradores. No le queda mucho tiempo libre. En ese sentido, el TPIY decidió que el proceso contra el ex presidente yugoslavo fuera suspendido hoy debido a que el acusado aún se siente "demasiado agotado". La fiscalía tampoco le deja mucho respiro. Antes de cada proceso, le mandan abultados expedientes con miles de páginas con testimonios de testigos para repasar en detalle antes del inicio de las sesiones. Los jueces han vuelto a reiterar a la acusación que limite el número de testigos de cargo. La palabra clave en todo este juicio es ahorrar tiempo, ya que los procedimientos son largos y complejos, pero la justicia no debe ser sacrificada en aras de la velocidad, puntualiza el TPIY. Para acelerar las cosas, la acusación ha propuesto que se prescinda de los testimonios orales de algunos testigos y que se usen testimonios por escrito. No obstante, Milosevic lo rechaza. Quiere aprovechar cualquier ocasión para dirigirse "a su público", especialmente en los interrogatorios cruzados. Está previsto que el juicio contra Milosevic se prolongue -como mucho- hasta el verano (europeo) del 2004. En los dos años que quedan, la acusación debe presentar sus alegatos y Milosevic a sus testigos. (DPA)
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