Sábado 30 de noviembre de 2002

 

Desnudo, profanó la tumba de una mujer en Neuquén

 

Un sujeto fue hallado sin ropa en el cementerio del barrio El Progreso, luego de desenterrar el cuerpo de una allegada sepultada recientemente. Está en Salud Mental de un nosocomio.

  NEUQUEN (AN).- El hombre, de unos 30 años, entró completamente desnudo presumiblemente por los fondos que dan a la barda y a la madrugada. Con sus manos quitó violentamente la arena que cubría al ataúd donde descansaba el cadáver de una mujer a la que habría querido mucho. También con las manos abrió el cajón de madera que hacía apenas unas horas había sido cubierto por el sepulturero del cementerio del barrio El Progreso de esta ciudad donde hay de todo menos luces.
Fue como a las cinco de la mañana, cuando el vigilador de la necrópolis salió a hacer su ronda habitual. A un costado del entierro, el hombre desnudo abrazaba el cuerpo semivestido de la mujer y miraba hacia el sol, mientras el viento levantaba la arena que él mismo había desparramado.
"Dejemé con ella, era su última voluntad, dejemé con ella...", le pidió al vigilador que sin pereza y con los ojos como el dos de oro fue a llamar a la policía. Los uniformados no tardaron mucho en llegar y la escena no había cambiado para nada. Sólo que el hombre, morocho, de pelo corto, buen físico y perfectamente rasurado pidió unos minutos más para consumar la triste ceremonia junto al cadáver de la mujer cuyas ropas podrían haberse desacomodado en semejante trajín. Y los policías le dieron el tiempo que pedía mientras aseguraba que esa mujer era su madre, algo que a los investigadores todavía no les cierra.
La insólita situación se produjo ayer a la madrugada en el barrio El Progreso, en el cementerio que está contra las bardas. Cuando el sol estaba arriba y el viento era más fuerte, el profanador se entregó tranquilo y sin decir mucho. Una pericia policial expeditiva no detectó ningún otro delito más allá de la profanación de la tumba, por lo que entrada la tarde con un cajón nuevo el cuerpo fue devuelto a la tierra.
El primer sepelio fue cerca de las dos de la tarde del jueves y además de dos personas que eran hijas de la muerta estaba el hombre que por la noche profanó el entierro. Recuerda una persona que estuvo en la ceremonia que ese hombre estaba muy mal y que clamaba por volver a ver el cadáver. En el medio de ese pedido hubieron algunas tiranteces, comentó una fuente consultada por este diario.
Se sabe que los cementerios son un mundo, incluso el de Del Progreso, adonde muchas veces terminan los chicos malos que en los velorios no pueden ser acompañados por sus mejores amigos. Por eso, algunas noches, los amigos que se mueven en las sombras cumplen el rito de la despedida junto a la tumba sin tocar ni romper nada.
El cementerio es también llamativo. Está apretado entre planes de vivienda y el colegio CPEM 48, que se levanta sobre el lugar donde había viejos entierros. Tal es la cercanía entre el edificio y el cementerio que las ventanas del primer piso tienen una vista privilegiada de las sepulturas. Por eso, no resulta extraño que los estudiantes se hagan "la rata" saltando hacia el manso terreno vecino.
Con todo, ninguno de los hombres y mujeres que conocen los movimientos de los cementerios por la zona recuerda algo semejante.
Sin embargo, los consultados por este diario creen que, por más truculento que parezca el caso, el hombre desnudo cumplió con un loco rito de amor. Y del móvil policial fue llevado directamente al servicio de Salud Mental del hospital Heller.
   
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