Lunes 25 de noviembre de 2002
 

Siete presos se fugaron de la alcaidía de Roca

 

En total, nueve presos se fugaron con pocos minutos de diferencia de dos establecimientos policiales rionegrinos. De la Cárcel de Encausados de Roca se fueron siete detenidos
-algunos condenados y otros procesados- y aunque los vieron desde las garitas no los pudieron detener pese a los disparos con balas de goma. Los otros fugaron en Chimpay.

  ROCA (AR)- Siete detenidos de diversas peligrosidades se fugaron en la noche del sábado de la Alcaidía local. Otros dos lo hicieron desde la comisaría de Chimpay.
Dos de los fugados de Roca purgan condenas de ocho y diez años de prisión, mientras que los cinco restantes están procesados, aún sin condena.
El hecho en Roca se produjo alrededor de las 23 del sábado, cuando los siete internos, alojados en el pabellón uno de la Cárcel de Encausados, ubicada en el sector norte de la ciudad, cortaron los barrotes que lo separaban de un patio interno.
Desde allí cruzaron hacia los muros que rodean el edificio y lograron escalar el que da hacia el norte, donde pese a las advertencia y los disparos de postas de goma efectuados por los guardias de las garitas del lugar, alcanzaron a escapar.
Los fugados fueron identificados como Reynaldo Benito Ulloa, condenado a ocho años de prisión; Antonio Nivaldo Aravena, condenado a diez años y los procesados Héctor Cisterna, Ariel Cisterna, Ariel Salazar, Gustavo Castillo y Hugo Pérez.
Apenas conocido el escape de los detenidos se montó un amplio operativo, en el que intervinieron efectivos de todas las unidades con asiento en esta ciudad.
Sin embargo hasta anoche no se habían registrado novedades en torno del paradero de los siete fugados.
"Se rastrillaron los habituales "aguantaderos" y las zonas donde calculamos que pueden haber buscado refugio, pero es muy prematuro para lograr resultados positivos. Hay que esperar un poco a que se calmen, se confíen y seguramente alguna equivocación van a cometer", dijo anoche una fuente policial vinculada con la investigación.
Por lo menos Ulloa tiene antecedentes de fuga.
En la Cárcel de Encausados se encontraban anoche alojados 374 presos, ya sea condenados o procesados. La capacidad del edificio es 160 detenidos, por lo que estos se distribuyen en los más diversos lugares, como escaleras o el lavadero de la prisión.

Dos fugados en Chimpay

Trabajos de reparación en el edificio se están realizando ahora y es por ello algunos detenidos debieron ser trasladados a comisarías de diversas localidades.
Ese fue el caso de Marcelo Roco y Oscar Gatica, dos condenados que fueron llevados a la comisaría de Chimpay.
Roco y Gatica ocupaban el pabellón 6 de la alcaidía roquense, un sector que presenta serias deficiencias, cuyas reparaciones se desarrollan actualmente.
Por esa razón fueron llevados a Chimpay, donde aproximadamente a las 23.50 del sábado los guardias detectaron que se habían fugado.
El operativo montado tras conocerse el dato no había arrojado resultados positivos hasta anoche.

Una historia que se repite

Se repite la historia en la Alcaidía de Roca, atestada de cerca de cuatro centenares de presos en las peores condiciones de hacinamiento que uno pueda imaginarse
Las evasiones han sido una constante en los últimos años. Por citar sólo uno de los últimos ejemplos, en mayo de este año, cuatro internos lograron escalar el muro, aunque uno de ellos pudo ser apresado cuando se cayó de un techo de una vecina vivienda. Antes, es memorable la gran fuga de once presos por un túnel desde el pabellón cinco.
Se trata de una unidad que tiene capacidad para 160 detenidos. Pese a los constantes informes de este diario, órdenes del máximo tribunal incumplidas, y atroces mortificaciones dentro de la penitenciaría que incluso ocasionaron una muerte, nada se resuelve en ese ominoso lugar.
Según la última información conocida, unos 17 uniformados cuidan a los internos, incluyendo la sala de guardia. En el muro hay 12 garitas pero sólo cinco policías para ese sector. Dos celadores están a cargo de pabellones 5, 6, 7 y 8, que en total suman más de 150 internos.
Otros cuatro celadores deben atender los reclamos de los internos de los pabellones 1, 2, 3 y 4. Una mujer está a cargo del pabellón femenino.
Dentro de la estructura, cables colgando y paredes que se llueven son una constante.
Muchos duermen en los pasillos donde las bocas de cloaca más de una vez han rebalsado.

   
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