Sábado 23 de noviembre de 2002
 

Las crecidas ya traen problemas a los frutales

 

Los afecta el estrés hídrico por el exceso de agua, que impide la oxigenación de la planta y dificulta su crecimiento. Los daños serán palpables desde esta temporada, según anticipó el INTA.

  ALLEN (AA).- Producto de las constantes crecidas en los niveles de los ríos, las plantaciones frutícolas ribereñas de toda la región están sufriendo consecuencias irreparables.
En tiempos de crisis y desazón como los actuales, si bien puede parecer extraño, el fenómeno alcanza a todos los seres vivos: hasta las plantas de la zona sufren "estrés".
Se trata del "estrés hídrico" que padecen los frutales que se encuentran en áreas costeras y están siendo afectados por el incremento de los caudales, según el diagnóstico brindado por técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) del Alto Valle.
Los severos efectos que provoca en las plantas el estar en permanente contacto con el agua, y que impide su oxigenación, se podrán observar a partir de esta temporada y también en la próxima, se advirtió. Este año las principales consecuencias se verán reflejadas en un menor crecimiento de la planta y de sus frutos, explicó el ingeniero Enrique Sánchez, y en el próximo año estos perjuicios directamente podrán causar la muerte de los frutales más afectados.
El "estrés hídrico" se produce "cuando las plantas tienen mucha agua en el suelo. Tienen estrés porque no tienen aire y las raíces necesitan el oxígeno para respirar", comentó el técnico del área de Nutrición Vegetal de la Estación Experimental. El fenómeno afecta mayormente a algunos frutales de carozo y manzana. "Los cerezos, duraznos y manzana tienen mayor riesgo, pero el ciruelo y la pera aguantan más", se precisó.

Distintas situaciones

Si bien los perjuicios que pueden originarse por el contacto de las raíces del vegetal con el agua dependen de cada situación particular -según los períodos de tiempo, las variedades y la época del año- en la mayoría de los casos las plantaciones ribereñas se ven afectadas de algún modo, se apuntó. "Todo depende de la gravedad del caso, pero si el frutal tiene agua durante tres meses y la capa freática está alta, la planta crece menos y los frutos también. Y si continúa esta situación, la planta se muere", expresó Sánchez. Sin embargo, en esta época productiva del año la gravedad que acarrea esta problemática es mayor, advirtió el ingeniero, porque "si los frutales están bajo agua durante dos semanas, los efectos ya son importantes. Hay que entender que las plantas no están en su estado natural", sostuvo además.
Durante las crecidas que se extendieron por varios meses el año pasado, se produjeron daños en las plantaciones de zonas costeras. "En la última primavera se vieron afectadas mayormente carozo y manzana en el Alto Valle y Valle Medio, y muchas de esas plantas se murieron este año", sostuvo el responsable de Nutrición Vegetal.
"La capa freática está muy arriba y si el río sigue creciendo va a ser peor, porque en algunos puntos las partes bajas de las chacras ya están bajo agua. Así se ven impedidos los sistemas de drenaje de los suelos y por la incidencia de los riegos, la napa sube más aún", se consignó.
En este sentido, desde el INTA se recomendó a los productores "chequear" en sus chacras los niveles de la capa freática -" lo ideal sería que esté a un metro de profundidad"- a fin de realizar los manejos adecuados del suelo y consultar a especialistas sobre la conveniencia del riego.
   
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