Martes 19 de noviembre de 2002

 

Neuquén busca organizar el cultivo de rosa mosqueta

 

El trabajo, en colaboración con productores de El Bolsón, apunta a la zona cordillerana sur de la provincia

  NEUQUEN (AN).- Técnicos de la provincia estudian un programa para organizar el cultivo de rosa mosqueta en la zona cordillerana sur de Neuquén, en colaboración con productores y profesionales de El Bolsón, donde existe un importante grado de desarrollo del cultivo de esa planta y de la elaboración posterior de derivados -dulces, esencias, aceites-.
Luego de realizar un relevamiento en la región donde esa planta, de la familia de las rosáceas, crece en forma silvestre -el área de cordillera que comparten Neuquén, Chubut y Río Negro-, se amplió la información recopilada con entrevistas y averiguaciones de campo que permitieron concluir que existe la posibilidad de organizar el cultivo con "costos razonables". El punto crítico detectado es la organización de los eventuales productores para realizar cosecha, acopio y secado.
El trabajo se realizó en el Centro Pyme y contó con la colaboración de varios productores que producen y exportan aceites y cascarilla, sobre los cuales "existe una demanda importante", dijo Edgardo Phielipp, presidente de la institución.
La cascarilla de rosa mosqueta es utilizada mayoritariamente como infusión, en reemplazo del té, especialmente en los países europeos. En la industria alimenticia es empleada en mermeladas, sopas, bebidas y otros productos. También se utiliza en la fabricación de concentrados alimenticios para animales. El aceite de rosa mosqueta representa también un subproducto de importancia.
En el nivel mundial se ofrecen básicamente cascarilla de mosqueta, fruto deshidratado y aceite. Sin embargo, el volumen más importante es de cascarilla de rosa mosqueta.

Extensos sectores

En las áreas productivas están identificados sectores muy extensos en la cuenca del lago Traful, en San Martín de los Andes, Andacollo y Aluminé. Por ejemplo, la superficie de mayor producción en Traful, abarca aproximadamente unas 200 hectáreas de plantas que crecen en forma silvestre y se encuentran en franca expansión, ya que los animales, roedores y pájaros les sirven de vehículo para multiplicarse. Los períodos de cosecha se limitan a los meses de abril y mayo, la maduración de la fruta es durante abril y se mantiene durante 45 o 60 días hasta que comienzan las lluvias y las heladas que terminan quemando el fruto. En todas las zonas la rosa mosqueta sin explotar se ha convertido en un grave problema, ya que invade de manera muy rápida los campos de pastoreo y compite con las plantas nativas.
Luego de evaluarse la documentación técnica, se realizó una encuesta en el campo que permitió concluir que la rosa mosqueta puede ser aprovechada a costos razonables en su totalidad. La disponibilidad de mano de obra calificada -técnica, profesional y de oficio- en la zona permite diseñar un programa de aplicación en las zonas que se dispone del cultivo.
   
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