Otra muerte enluta al boxeo argentino

Espíndola no se recuperó tras haber permanecido todo un día en coma.

Lo de "Kojak" y Carballo resultó un bochorno

Bochornoso e inesperado final. Inimaginado desenlace para una cita pugilística que tendría que haber sido una fiesta y no lo fue. Estamos hablando de lo que pasó el sábado en Del Progreso.
El campeón sudamericano Ricardo "Kojak" Silva (61,300 kilogramos) y el juninense Jorge "KO" Carballo (61,100) no pudieron completar el combate pactado a 10 asaltos, debido a que el árbitro Daniel Rodríguez de la FAB, suspendió la lucha al finalizar el octavo round por falta de garantías. Hubo que ir a las tarjetas que dejaron como ganador a Silva por fallo dividido. La decisión de los jurados se convirtió en sólo un dato anecdótico.
Y fue justamente por la actuación de los boxeadores, que el "otro jurado'' que tiene una pelea -es decir, el público- le bajó el pulgar al espectáculo.
Buena parte de las casi 800 personas que se dieron cita en el gimnasio del club roquense, comenzaron a abuchear y a recriminar la poca entrega de los protagonistas, a partir del quinto asalto. Hasta ese momento, el rapado campeón sudamericano había sacado una leve ventaja sobre Carballo, que sin embargo planteaba la lucha de igual a igual y que por momentos llevó la iniciativa.
Claro que en muchos de los pasajes, la pelea distó de tener escenas de espectacularidad. Quizás por eso la gente, que fue a buscar al gimnasio progresista el golpe por golpe ó cruces a todo o nada, se sintió defraudada y con silbatinas e insultos de toda índole condenaba la actuación de los protagonistas.
Hasta hubo un vehemente reclamo por parte de Claudio Macsad, titular de la promotora "17 de Agosto", hacia el rincón de los boxeadores reclamando más acción.
A partir del sexto capítulo el ojo izquierdo de Carballo comenzó a mostrar signos del castigo de Silva, cuyo directo de derecha repercutía insistentemente en la humanidad del juninense. Más allá de éste detalle, el combate no sufrió grandes modificaciones, al menos la que buena parte de los aficionados esperaba.
Fue por eso entonces, que cuando la campana marcó el final del octavo round, latas vacías de cerveza, botellitas de agua mineral y hasta monedas comenzaron a caer sobre el cuadrilátero, obligando al árbitro de la pelea a suspender la lucha.
La gente comenzó a retirarse del gimnasio por lo que la lectura de las tarjetas fue seguido por un número sensiblemente inferior al original.
Triste final, un verdadero bochorno, para un festival que no terminó como cualquiera hubiera imaginado y que abre un gran interrogante para la realización de futuras reuniones boxísticas en la ciudad.

Un susto durante el semifondo

El pluma Lucas Caso (Centenario) le ganó por nocaut en el primer asalto a Miguel Aguilera (Cipolletti), que a causa del certero directo de izquierda de su rival, y que derivó en la definitiva caída, fue retirado en camilla del ring. No pasó de un susto en una de las peleas de la cartelera de semifondo,
En el restante, en mediopesado el local Omar Chaima superó por puntos a Marcelo Sanelli (Viedma).
En preliminares, el mediano Ivan "Picurú" Carrasco (Roca) se impuso al neuquino Carlos Molina por KOT en el tercero y en el combate femenino, las representantes de la FAB, Lorena Arce y Laura Contreras -categoría gallo- empataron. En pluma, el local Abdel Denis Macsad debut ganándo por puntos a Sebastián Muñoz (Cipolletti) y en moscas Roberto Ceballos superó de igual forma a Alejandro Lara (Centenario).