Viernes 15 de noviembre de 2002

 

Subcampeona mundial de tae kwon do: Romina Andaluz hace realidad todos sus sueños

 

Soñaba con ganar una medalla en el Campeonato Mundial de tae kwon do "Argentina 2002" y regresó con dos, una de plata y otra de bronce. "Fue lo mejor que me pasó en la vida", dice.

 
Con apenas 16 años, a Romina Andaluz se le abrieron las puertas en el plano internacional, donde entró y cumplió un excelente papel, siendo una de las más destacadas en la delegación argentina de tae kwon do, que se coronó campeona mundial.
Cuando a mediados de este año tenía asegurada su participación en el Mundial de tae kwon do, Romina Andaluz decía que había logrado su principal objetivo, pero soñaba con una medalla. Hoy tiene dos, una de plata y otra de bronce, tras su participación en el campeonato que se realizó en el polideportivo CEDEN NÂș2 de Tres de Febrero, Buenos Aires, el fin de semana pasado.
La joven roquense llegó al certamen como competidora individual y fue una de las más sobresalientes de la delegación argentina, que se coronó campeona mundial por sumatoria de puntos.
"Fue lo mejor que me pasó en la vida. Estar en el podio y recibir las medallas es algo inolvidable, un sueño cumplido. Todo lo que me pasó este año fue impresionante" comenta, mientras toma con su mano el rosario que lleva en el pecho, el mismo que la acompaña cada vez que tiene que competir. "Ahí lo guardo en el bosillo. Es mi cábala".
A pocos días de cumplir 17 años -el 30 de noviembre-, Romina es dueña de una innumerable cantidad de triunfos, pero sin dudas que las medallas de plata -en forma- y bronce -en lucha- que logró en el reciente certamen quedarán delante de todos sus trofeos. "Me quedé con ganas de la tercera porque nos lesionamos las tres chicas que íbamos a disputar la de bronce en rotura de poder y el puesto quedó sin decisión".
Cuando a mediados de año soñabas con una medalla, ¿pensabas en ganarla?
"Sí. Entrené como nunca para lograrla. Tenía plena confiaba en mi misma y en mi instructor, Ricardo Gómez, que es uno de los mejores de la Argentina. También fui con mi papá, que me entrena en lucha y lo hace muy bien. Todo esto hizo que tuviera mucha confianza. Es muy importante estar bien acompañada en estos casos."
¿Cómo te sentiste siendo la única del interior del país en la selección?
"Muy bien. Estoy muy orgullosa por eso. Llegar cuesta mucho y el hecho de ser del interior mucho más porque no podés viajar para entrenar".
¿Qué sensación te dejó el Mundial?
"Que cuando uno se propone algo serio puede alcanzarlo, con esfuerzo y dedicación. Fue difícil, pero valió la pena tanta preparación".
¿Cómo hicieron para solventar el viaje?
"Fue casi todo a pulmón, con mi familia. Por suerte estoy en el club Italia Unida, desde donde recibí una ayuda muy grande; el grupo de padres de mis alumnos también colaboró, lo mismo que Claudio Mozzoni, Osmar Coronel y Claudio Macsad".
¿Cuándo comenzaste a practicar tae kwon do?
"A los siete años, pero desde los cuatro que practico artes marciales. Después probé con tae kwon do no lo dejé más".
¿Por qué?
"No sé, viene de familia. Mi papá lo practica y me enganché. A mi hermano Mariano también le pasó lo mismo".
Mariano también es cinturón negro de tae kwon do...
"Sí, es campeón argentino, provincial, regional. Anda muy bien".
¿Te lo imaginás en un Mundial?
"Ese es mi nuevo objetivo. Quiero entrenarlo para que pueda llegar a Australia 2004".
Romina toma el rosario, las medallas y sonríe junto a su padre. Orgullosa. No es para menos.

Fernando Merino
fmerino@rionegro.com.ar

La fe y esperanza, en primer lugar

Una de las imágenes que se observan apenas se abre la puerta de la casa de la familia Andaluz es la de de Cristo, ubicada sobre una de las paredes.
"Estuvo conmigo y me cumplió todo lo que le pedí para el Mundial", dice Romina. "Y cuando me voy de viaje llevo mi rosario colgado".
"Siempre le pedimos y le agradecemos por todos en casa. También le pido que la cuide y esté con ella en el momento de competir", agrega José, su papá y entrenador en lucha.
Tanto Romina como José, son profesores de tae kwon do en el club Italia Unida. Ellos fueron los responsables de reactivar la actividad en la ciudad y cuentan con un numeroso grupo de alumnos. Romina se encarga de darle clases a los chicos y adolescentes y José a los mayores.
"Tengo 35 alumnos, la más chica tiene cinco años. Es muy lindo poder enseñarles a amar este deporte. No es difícil, lo puede hacer cualquiera. Gracias a Dios está resurgiendo el tae kwon do en la zona, esto nos permite poder tener más competencia", dice Romina. (F.M.)

   
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