Martes 5 de noviembre de 2002
 

Un hombre de la medianoche

 

"El simple arte de escribir" recoge las cartas de Raymond Chandler y otros escritos del creador de Philip Marlowe, además de su satírica visión de la ceremonia de los Oscar.

  Raymond Chandler se preguntaba por qué escribía tantas cartas, una tarea que lo ayudó a combatir su insomnio eterno cuando instalado frente a un grabador desgranaba durante las madrugadas diversos episodios de su vida: desde su conflictiva relación con la industria del cine, el amor por su mujer y sus comentarios sobre la escritura. Muchas de las cartas incluidas en "El simple arte de escribi", el libro que acaba de publicar Enecé, eran dictadas a un grabador para que su secretaria mexicana Juanita Messik las dactilografiara por la mañana.
"A menudo bebía mientras las dictaba, y representan un viaje insólitamente libre y sincero por la mente de un hombre que había visto mucho, leído mucho, bebido mucho, pensado mucho, y en el proceso se había acercado peligrosamente a la lectura", comenta Tom Hiney en el prólogo.
El compilador apunta a que Chandler en sus cartas, dirigidas por lo general a hombres y mujeres con los que tenía tratos profesionales, empiezan con la cuestión de negocios entre manos, "y después se extienden en soliloquios sobre cualquier cosa en la que estuviera pensando en ese momento". Luego de revisar su correspondencia de principio a fin, Hiney recupera algunos momentos clásicos de Chandler, perdidos hasta ahora.
Nacido en Chicago en 1888, Chandler fue el único hijo de una madre irlandesa y un padre alcohólico de Pennsylvania que no tardaron en divorciarse. En 1895, la madre y el niño se trasladaron a Irlanda. Y el futuro escritor estudió en Londres, a expensas de un tío en una escuela privada, pero antes de recibirse, fue enviado a colegios tutoriales en Francia y Alemania, destinados a chicos de buena familia con pocos recursos.
El mismo año en que se hundió el Titanic, en 1912, Chandler emigró solo a los Estados Unidos y tuvo diversos trabajos hasta 1917, en que cruzó la frontera canadiense para alistarse en el cuerpo de los Gordon Higllander y combatir en un regimiento escocés a los alemanes en Francia. A su regreso a California se casó con una mujer divorciada, diecisiete años mayor que él y vivieron constantemente en Los Angeles y alrededores durante los siguientes trece años y no tuvieron hijos.
En 1939 publicó su primera novela "El sueño eterno", donde apareció por primera vez un héroe narrador llamado Philip Marlowe. Siete años después con una fortuna ganada en Hollywood, compraba una lujosa casa cerca de San Diego. Para entonces ya eran famosos en la pantalla y en la página impresa.
Tras la muerte de su esposa en 1954, Chandler tuvo un final solitario y maníaco en hoteles de Europa y el sur de California.
El material del libro no se limita a las cartas, sino que incluye otros escritos fuera de sus novelas o guiones. Está ordenado cronológicamente. No se ha conservado ninguna carta de la juventud de Chandler en Londres, así que se incluyen algunos de los ensayos y poemas que escribió para revistas.
Las cartas empiezan en 1939, aunque la mayoría fueron escritas entre 1943 y su muerte en 1959.
"Era muy raro que escribiera ficción después de la puesta de sol (decía que los esfuerzos por hacerlo se le volvían demasiado "macabros" cuando los leía al día siguiente), y era en la oscuridad cuando escribía o dictaba sus cartas", subraya Hiney.
"Son en consecuencia las crónicas de un hombre de la medianoche -considera el compilador-, a menudo habladas en voz alta cuando estaba solo, electrificado por un insomnio que lo había perseguido desde su juventud".
Además de las cartas no publicadas antes, se rescatan otras piezas de no ficción, incluyendo un informe inédito de un fascinante encuentro con el gángster exiliado Lucky Luciano, encuentro que tuvo lugar en un hotel de Nápoles dos años antes de la muerte de Chandler. Y se publica por primera vez desde que apareció en 1948 su memorable descripción de la ceremonia de los Oscar de ese año, una obra maestra de sátira por un hombre que abandonaba Hollywood. (Télam)
   
    ® Copyright Río Negro Online - All rights reserved    
     
Tapa || Economía | Políticas | Regionales | Sociedad | Deportes | Cultura || Todos los títulos | Breves ||
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio
Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación