Domingo 3 de noviembre de 2002
 

Los cuentacuentos y el arte de narrar

 

Una Maratón de Cuentos hoy a las 20 en Neuquén.

  NEUQUEN (AN).- Infinidad de historias y personajes cobrarán vida y color hoy a las 20 en el Teatro Lope de Vega, ubicado en Diagonal España 52, cuando casi veinte cuentacuentos de la región desarrollen junto con el público la Maratón de Cuentos que durará más de tres horas.
"Entrada libre, gratuita y calentita...salida a la gorra, sombrero, capelina": de esa forma invitan estos cálidos narradores a la comunidad neuquina a participar de la actividad, que seguramente resultará emotiva y novedosa para muchos.
La cuentacuentos Ileana Panelo y los grupos Monalisas, Picardías y Caretas organizaron el encuentro, aunque no sólo ellos contarán historias, sino que "hay cerca de veinte inscriptos de diferentes edades que se animaron", dice Elida, una de las anfitrionas. La idea es la de generar espacios de encuentro "que no sean una evasión de la realidad sino que sirvan para mirarla de otro modo, a través de la magia", dice Ileana.
Además, rescata la "tradición oral como una manera de pensar en los saberes primigenios de los pueblos, de volver al propio pasado para revisar cómo nos sentimos ahora, quiénes somos".
Por su parte, Heriberto, uno de los abuelos cuentacuentos, dice que la esencia del arte de contar historias radica en tener en cuenta "dos aspectos: por un lado, el valor de la palabra del texto elegido, sea de origen literario, de origen popular, una creación tuya...y el otro aspecto, diría que el núcleo, es el sentimiento, la captación del mensaje, o del aspecto poético que pueda tener el texto". Y continúa: "Cuando uno logra transmitir ese sentimiento no depende del gesto que uno adopte ni tampoco importa si la voz es adecuada o no".
A quienes se dedican a narrar historias les importa defender los valores culturales de los pueblos, y hacen hincapié en que hay "toda una franja de la población que se compromete con esta tarea". Hay una necesidad de los argentinos de "defenderse en todos los terrenos de la situación que vivimos, y uno de ellos es el terreno del arte y de la cultura", dice Heriberto. Elida lo grafica brevemente: "La trinchera cultural", sintetiza.
Ileana, por su parte, resalta la importancia de lo que percibe en la gente que la rodea. "Hay una sed de oírse", dice, "y muchas veces en estos espacios y mediante los cuentos decimos verdades que no podemos decir en otro lado".
La idea es también la de "recuperar la oralidad" como manera primigenia de transmitir los valores y saberes de una cultura, práctica que ejerce resistencia a las imposiciones de la globalización, ese espacio en el que todos somos lo mismo.
El respeto por la diversidad. Los viajes hacia otros mundos que permiten conocer personajes fantásticos. Ese es el desafío que plantea este grupo de cuentistas. Pero también mirarse hacia adentro, con lo que cada uno trae y es, revisar los mandatos familiares de la infancia, los piropos y los juegos. En esas y otras prácticas, que siempre tienen que ver con la identidad cultural, consiste la invitación que hacen en esta oportunidad los cuentacuentos al resto de la comunidad.
   
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