Jueves 31 de octubre de 2002
 

Les dan leche y pan a sus propios compañeros

 

El centro de estudiantes de un colegio secundario de Catriel empezó a preparar desayunos y meriendas para los alumnos más carenciados. Quieren asegurar el servicio hasta fin de año.

 
Al CEM 78 de Catriel concurren alumnos de distinta condición. Pero el sentimiento solidario no hace diferencias.
CATRIEL.(ACA). Desde hace diez días, un grupo de jóvenes nucleados en el Centro de Estudiantes del CEM 78 de esta ciudad, dan un vaso de leche y pan a más de 400 alumnos de ese establecimiento.
La iniciativa surgió entre los mismos estudiantes debido a la situación social que atraviesan algunos chicos. Una encuesta elaborada por la dirección del colegio indica que más del 50% de los 544 alumnos pertenecen a familias por debajo de la línea de pobreza.
Cristian Cerna está al frente del Centro de Estudiantes y muestra su satisfacción por lograr el objetivo. "Recibimos ayuda de Cotecal, de la legislatura local y el municipio nos da el pan, el resto lo hacemos con fondos propios que vamos juntando; ahora tenemos un torneo de fútbol para recaudar más dinero y así llegar a fin de año dando la leche y el pan".
Cristian recuerda que "nuestro proyecto nació de las necesidades que veíamos en muchos de nuestros compañeros y compañeras, ya que sabíamos que venían a clase sin desayunar o sin almorzar, y en muchos casos se descomponían, entonces decidimos armar el proyecto y salir a conseguir apoyo de instituciones y trabajar nosotros para conseguir los fondos".

Mañana y tarde

En cuanto a la organización, los alumnos del Centro de Estudiantes se dividen la tarea: aquellos que cursan a la tarde preparan el refrigerio para los alumnos de la mañana y lo sirven en el recreo de las 9,20. Por su parte, los que cursan en la mañana son los encargados de preparar la leche para los chicos de la tarde que la toman a las 16,20.
"Si vemos que los chicos están muy atareados para servir les damos una mano", cuenta Vanina mientras pasa con una bandeja llena de vasos.
"No todos se animan, costó un poco que los alumnos y alumnas vencieran la vergüenza, sobre todo con los más chicos en el turno tarde; para eso fue muy importante la labor de las preceptoras que de a poco los van convenciendo de que se acerquen a tomar un vaso de leche con pan; en cambio en la mañana no hubo tanto recelo", comenta la vicedirectora, Cristina Rañil.
Lucas Miranda pide "que la gente o las instituciones colaboren para poder darles todos los días leche, ya que a veces damos té porque tenemos que cuidar la plata".
La directora del establecimiento, Martha Farroni se encarga de destacar la obra de estos chicos y manifiesta su extrañeza ya que "gestionamos ante Acción Social de la provincia que se destine una partida para el refrigerio de los chicos pero nos dijeron que para el Nivel Medio todavía no están previstas".

Panorama de la pobreza

La directiva acaba de terminar una encuesta realizada a los 544 alumnos y que bien puede ser una muestra de la situación que vive la escuela media.
Los datos del relevamiento mostraron que 49 chicos pertenecen a familias que no tienen ingresos fijos; 103 alumnos dijeron que su familia percibe mensualmente hasta 300 pesos; hay 137 chicos cuyos sus padres ganan entre 300 y 600 pesos y los 255 restantes pertenecen a núcleos familiares que superan los 600 pesos de ingresos mensuales.
Una de las conclusiones es que el 53% del alumnado está por debajo de la línea de pobreza.
"Es necesario una red de contención más fuerte para estos chicos, por eso queremos que se destinen partidas para el refrigerio y que se otorgue un cupo importante de becas para nuestra escuela, ya que en este momento no tenemos", concluyó Martha Farroni.

Todavía hay vergüenza

Mientras lavan los vasos descartables y las ollas en un laboratorio improvisado como cocina, Gisel (15 años) admite que "me cuesta un poco levantarme en la mañana, pero me gusta venir a ayudar; recién le estamos agarrando la mano para preparar la leche, pero se ve que sale rica porque no sobra nada, además tenemos la ayuda de las preceptoras".
"Es difícil estudiar cuando a veces en mi casa cenamos té o mate cocido y nada más, mis viejos hacen lo que pueden pero...; a veces en la mañana te duele la panza y no tenés ganas de nada, hay que pasarla para saber lo que es", dice María mientras sale rápidamente hacia el patio, como si le pesara la confesión.
Vanina (17) "A veces me toca preparar la leche en la tarde, y en la mañana cuando salgo al recreo vengo. Uno ve cosas muy lindas, hay compañeros que no vienen a tomar porque les da vergüenza, entonces he visto a otros que vienen se llevan la leche y el pan y se los entregan en el patio".
Lucas (17): "Lo bueno es que muchos compañeros que no pasan necesidades toman igual y después traen alguna colaboración, chocolate, azúcar y de paso animan a aquéllos que sienten un poco de verguenza".

   
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