Viernes 25 de octubre de 2002
 

El reactor de Invap dio un paso más en Diputados

 

Dos comisiones -Relaciones Exteriores y Energía y Combustible- produjeron ayer dictámenes en torno del acuerdo de cooperación nuclear con Australia, avalando así la continuidad del trámite para que sea debatido en el recinto.

 
El diputado Arturo Lafalla, presidente de la comisión de Energía: "El acuerdo no es violatorio de la Constitución".
BUENOS AIRES (ABA).- Las comisiones de Relaciones Exteriores y Energía y Combustibles de Diputados dieron dictamen ayer al convenio de cooperación nuclear entre la Argentina y Australia que avala la licitación ganada por el Invap para construir en la localidad de Lucas Heights, en las afueras de Sydney, un reactor de investigaciones médicas.
La medida, de importancia vital para que el contrato que une a ambos países no pierda respaldo institucional, puso fin a casi un año de indefiniciones que hacían peligrar la continuidad del plan de trabajo de la empresa rionegrina.
El proyecto se encontraba demorado debido a que en una de sus cláusulas deja abierta la puerta a la posibilidad de que la Argentina deba acondicionar el "combustible gastado" derivado de la construcción del reactor para luego devolverlo a su país de origen, donde finalmente sería depositado.
Es justamente este punto el que despierta los reclamos de la agrupación ambientalista Greenpeace, que constantemente alerta de las posibles consecuencias que podría tener la ratificación de este contrato. Los ambientalistas lo califican de violatorio de la constitución, ya que la Carta Magna, en su artículo 41, impide expresamente el ingreso de los residuos nucleares en el país.
"Era previsible, coincide con lo que teníamos previsto: dictámenes favorables, pero sin rostro, porque cuando se les pregunta, ninguno de los diputados se hace cargo de lo que firmó", aseguró a "Río Negro" el encargado de Asuntos Nucleares de Greenpeace, Juan Carlos Villalonga. Distinta es la opinión de aquellos que aprueban el acuerdo. Estos sostienen que en el contrato no se exige que la Argentina, llegado el caso, deba hacerse responsable del procesamiento de los residuos necesariamente en territorio nacional.
También indican que la posibilidad de que ello suceda es remota, porque Australia tiene ya un convenio con una empresa francesa para que se encargue de esta labor.
El propio titular de la comisión de Energía y Combustibles, el mendocino Arturo Pedro Lafalla, aseguró en diálogo con esta agencia que él contribuyó a que el tema se destrabe ya que "los combustibles gastados no tienen por qué entrar al país".
"El contrato no implica, en ningún punto, que los residuos nucleares deban penetrar en el territorio argentino. El país puede contratar a un tercer país que los reciba y los trate para luego devolverlos a su destino original, que es Australia", enfatizó el legislador.
Con respecto a las manifestaciones de Greenpeace en contra de que la comisión avale el proyecto, Lafalla afirmó que no se sintió presionado, porque "yo me la aguanto".
"No me siento presionado porque me la aguanto. Sostengo mi convicción de que el acuerdo no es violatorio de la constitución y no tiene por qué permitir el ingreso de ningún tipo de residuo nuclear", afirmó.
Ahora, tras recibir dictamen en ambas comisiones, el convenio llegará al recinto para su tratamiento sobre tablas -previo paso por la Comisión de Labor Parlamentaria-, y según los cálculos de los legisladores, ya existiría la mayoría necesaria para su aprobación en dos semanas.

Los votos y los dictámenes

La comisión de relaciones exteriores que preside el menemista Jorge Escobar (PJ-San Juan) fue la que primero resolvió la medida: produjo tres dictámenes, uno autorizando la ratificación del convenio de cooperación y otros dos que rechazaron el acuerdo.
En el primero de los casos, los legisladores emitieron un dictamen con 13 firmas, que si bien no se precisaron oficialmente, serían de diputados del justicialismo, el cavallismo y al menos el radical y vicepresidente de la comisión, Marcelo Stubrin. Los despachos de minoría fueron firmados por los radicales Luis Molinari Romero, Edgardo Grosso, Teresa Foglia, y Ricardo Patterson. A ellos se sumó el socialista Ribén Giustiniani, y Carlos Raimundi y Mario Bonacina, de ARI.
El convenio de cooperación nuclear con Australia que contempla la construcción de un reactor de investigación estaba congelado a la espera de una resolución desde principios de año, y si no recibía este impulso, hubiera tenido que regresar al Senado, para ser debatido nuevamente.
Cabe recordar que la Cámara Alta ya lo había aprobado a fines del año último, de donde fue remitido a Diputados. (ABA)
   
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