Viernes 18 de octubre de 2002 | |||
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Acusan a club de abandonar a jugador fracturado |
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En la entidad admiten que no tienen seguro. El accidente ocurrió en julio y recién fue operado. |
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"Me largaron solo, tuve que vender cosas de mi casa para traerlo a Roca a que se operara; ellos ni se arrimaron a verlo ni a saber de él desde que se quebró el 20 de julio", dijo Miguel Díaz, un peón de chacra de 43 años que vive en Cinco Saltos. Fernando de 14 años es el hijo de Miguel Díaz y juega en la séptima división de la liga Confluencia por el club Experimental. El 20 de julio se quebró la parte superior de la muñeca izquierda en un partido de la liga que se llevó a cabo en la cancha de San Martín, en Cipolletti y entonces comenzó el peregrinar de su familia en busca de una adecuada rehabilitación para el deportista. El padre del jugador explicó que su hijo fue atendido en el hospital, donde le enyesaron el brazo pero le advirtieron que se requería de una cirugía más importante para reparar el tipo de quebradura que había sufrido. La operación tenía un valor que superaba los 2.700 pesos "en materiales", y debido a que el costo escapaba al presupuesto familiar, Díaz dijo que estuvo esperando más de dos meses la ayuda prometida por el presidente del club sin obtener más que promesas. En ese tiempo el brazo soldó mal y el joven corría riesgos de perder movilidad en su mano izquierda. La nueva cirugía, que incluyó la colocación de una plaqueta y tornillos en la zona quebrada, finalmente se concretó el miércoles en el hospital público de Roca. "Hoy el problema estaría solucionado, pero yo no sabía que cuando el chico jugaba para Experimental estaba expuesto a todo esto. Pensé que estaban asegurados. No queremos que a otra persona pase por lo mismo que tuvimos que sufrir nosotros", dijo. Díaz detalló que la operación se logró gracias a que el personal de Acción Social del hospital de Cinco Saltos se movilizó para gestionar los insumos necesarios para llevar a cabo la cirugía que se necesitaba. Hubo una derivación a traumatología de Cipolletti y luego al hospital de Roca, donde se produjo la intervención. "De todo esto se tendría que haber hecho cargo el Club, pero ellos ni siquiera se acercaron para ver cómo estaba el chico", reiteró. El presidente de la institución deportiva rechazó los términos vertidos por Díaz, aunque reconoció que los jugadores del club Experimental no están asegurados. "El club Experimental no está pagando un seguro por los chicos; cuesta muchísimo juntar para pagar los árbitros o para participar de la Liga Confluencia: el transporte, los árbitros, el aporte a la liga...", describió. Sin embargo, Páez negó que el Club se hubiese desentendido del problema. "Por intermedio del hospital se maneja lo que son todas las lesiones de los chicos; en este caso hablamos con la asistente social del hospital; lo llevamos a Cipolletti a hacer consultas y evaluaciones. En ningún momento se lo dejó solo, inclusive juntamos plata entre todos para la nafta y para que una persona lo llevara a Roca", dijo el presidente del Club en franca contradicción con las expresiones del padre del jugador de Experimental. Otro caso testigo ROCA (AR).- El 21 de abril de 1996, la rodilla de Hugo Cano dijo basta en un partido entre su club -Argentinos del Norte- y Unión Alem Progresista de Allen. |
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