Chicos con necesidades pedagógicas no tienen apoyo

Los equipos especiales docentes no viajan desde San Antonio a otras localidades porque el pago de movilidad no cubre ni siquiera los gastos mínimos.

Los chicos son los más afectados. No reciben el apoyo ni los pueden evaluar. Los docentes tampoco tienen con qué pagar los viajes.

Chicos con necesidades pedagógicas comunes y especiales de los distintos niveles y modalidades educativas de Valcheta, Sierra Grande, Conesa, Aguada Cecilio, Ramos Mexía, Sierra Colorada, Los Menucos, Maquinchao, Aguada de Guerra, El Caín -estos sitios de la Línea Sur, solamente en modalidad adultos- progresan en su desarrollo educativo sólo gracias a la buena voluntad, la intuición y la experiencia de sus docentes de ciclo.
Luego del reinicio de clases tras las vacaciones de invierno, los profesionales de los equipos técnicos de apoyo pedagógico no viajaron más desde San Antonio Oeste, porque no comparten la forma con que la delegación Regional Atlántica del Consejo Provincial de Educación les liquida la movilidad.
Los psicopedagogos, fonoaudiólogos, psicólogos y asistentes sociales que dependen de las distintas supervisiones con sede en la localidad portuaria, reclaman que se les abone en concepto de traslado un monto por kilómetro recorrido y no el valor del boleto del transporte público, ya que en ningún caso pueden utilizarlo para cumplir con sus funciones dentro de su horario laboral.
Por caso, para ir a Valcheta se les reintegran 11 pesos -5.50 ida y vuelta- pero tienen que permanecer en esa localidad 36 horas debido a la frecuencia de micros. Si utilizan un auto particular el costo del combustible para los 250 kilómetros ronda entre 35 y 50 pesos.
Por este motivo los 11 profesionales decidieron suspender sus viajes y reclamar ante el Ministerio de Educación, informar a las autoridades gremiales, poner al tanto a la Legislatura y a distintos funcionarios provinciales y radicar la denuncia ante la Defensoría del Pueblo, que ya interviene en esta causa.
El delegado regional del CPE, Roberto Torres, asegura que "donde hay transporte público la resolución expresa que se debe pagar valor boleto y la norma no hace aclaraciones sobre horarios de micros ni horas extras".
En este tire y afloje burocrático, los afectados son decenas de niños con dificultades de distinta índole, que necesitan el apoyo pedagógico para avanzar en su aprendizaje.
Chicos discapacitados insertos en el proyecto Integración, los siete alumnos de la salita única especial de la escuela 15 de Valcheta, pequeños de jardín que estaban siendo evaluados por los técnicos para la búsqueda de estrategias que permitieran superar distintas adversidades para ingresar con posibilidades de desarrollo al primer grado y varias decenas más de demandas sobre chicos con problemáticas, quedaron postergadas, esperando la presencia de los técnicos que deben evaluar minuciosamente caso por caso.
"Trabajamos intuitivamente, no tenemos fundamentos técnicos específicos en las planificaciones para estos chicos", asegura la maestra de sala especial de la Escuela 15 de Valcheta, a la que asisten siete chicos con problemas de adaptación, violencia, dificultades cognitivas, neurológicas y psicológicas.
Su director, Pedro Martínez, relató que las caracterizaciones de las problemáticas de los alumnos de esa sala y los integrados a los cursos comunes son de vieja data.
"Se han hecho demandas pero la tarea del ETAP no se cumple. Los técnicos vinieron una vez a principio de año, pero no se pudieron hacer las evaluaciones de cada caso", sostuvo Martínez.
Por su parte, la directora del Jardín 31, "Huillipichiche", de esa localidad, Graciela Mora, dijo que "en estos casos, al igual que con la estimulación temprana, los minutos perdidos son irrecuperables. Queda claro que eso de igualdad de posibilidades y la búsqueda de la calidad educativa, son lindas palabras que constan en la currícula, pero que en la práctica no se cumplen".

Pedro Caram
pcaram@canaldig.com.ar

Sólo se puede viajar en colectivo

El conflicto entre el ETAP y la delegación regional del CPE, deja sin atención a chicos con dificultades educativas comunes y especiales, a jóvenes del secundario que reciben orientación vocacional y a las propias comunidades educativas, que en muchos casos lograban resolver problemáticas en las relaciones interpersonales a través del asesoramiento del Equipo Técnico de Apoyo Pedagógico.
Desde la delegación regional Atlántica el tema no pudo ser resuelto y ya llegó a manos de la defensora del Pueblo, Nilda Nervi de Belloso que consultó directamente a la ministra Ana Mázzaro, quien deberá resolver.
La respuesta del delegado Roberto Torres es que en localidades unidas por algún servicio de transporte de pasajeros, sin contemplar horarios ni frecuencias, el pago debe realizarse según el valor del boleto. "Hemos hecho propuestas, como el uso de la camioneta de la delegación, el pago de un taxi u otras alternativas, pero no nos escucharon", aseguró Angela Jorquera, una de las psicopedagogas del equipo.
Graciela Mora, directora del Jardín 31 de Valcheta, y Estela Stuzeneger, del 6 de Sierra Grande, se mostraran molestas por esta situación. Mora relató que "nuestros chicos están en desventaja por las distancias. En nuestro nivel no hay repitencia. Con el ETAP se puede diagnosticar que algún alumno permanezca un año más para ingresar a primer grado con mejores posibilidades, pero cómo le explico a los padres a esta altura del año que no sabemos qué puede pasar con su hijo al año siguiente".
Para Mora, la cuestión es dramática. Siente que hay alto riesgo de que esos casos fracasen en la escolaridad. "Para decidir las adaptaciones curriculares hace falta un trabajo durante todo el año y en Valcheta no hay escuela especial, no hay fonoaudiólogos ni psicopedagogos, por lo que la ausencia del ETAP es muy grave, necesitamos que el Estado garantice su existencia", aseguró.

"Trabajamos en forma intuitiva", aseguran

"Necesitamos el apoyo técnico, hacemos lo que podemos. A veces realizamos alguna consulta telefónica o nos visita la supervisora de Especial, pero no es lo que corresponde", se quejó la vicedirectora de la Escuela 15 de Valcheta, Patricia Roberts. En ese establecimiento hay casos serios.
Algunos chicos fueron integrados durante años anteriores y otros podrían serlo si fueran evaluados por los técnicos del ETAP.
"Las demandas están hechas pero no se cumple", dice Pedro Martínez.
"Hay una nena integrada con problemas de aprendizaje, que en tres años de labor, entre el ETAP y el maestro integrador, se logró que alcance los contenidos del ciclo. Pero ahora estamos trabajando intuitivamente", aseguran desde la escuela.
Valcheta es una localidad con un alto índice de chicos con dificultades. "Muchos, provenientes de la zona rural, nacen con problemas por la mala alimentación de las madres", dice Patricia Roberts. Aunque no hay estudios profundos sobre la cuestión, sí se puede percibir que los casos son reiterados.
También por las dificultades económicas, muchos chicos ingresan directamente a la primaria sin el proceso de socialización que deberían haber adquirido en jardín.
El ETAP debe tomar nota de las demandas que a principio de año elevan los maestros, analizar cada caso, evaluar y proponer estrategias sobre la base de adecuaciones curriculares individuales que permitan la nivelación.
El reclamo de los directivos y maestros es fuerte, porque se sienten solos y abandonados.
Saben que en su tarea cotidiana no pueden evitar que muchos chicos queden rezagados.
Y en la actual carrera por la "supervivencia del más apto" en que se ha transformado la educación en la provincia, los que largaron demorados, por razones ajenas a su propia voluntad, difícilmente arriben a la meta. Si el Estado no garantiza el cumplimiento de los proyectos que él mismo generó para equiparar posibilidades, quedarán fuera del sistema y sus pupitres vacíos esperarán que otro niño más afortunado llegue para ocuparlo.