Viernes 25 de octubre de 2002
 

Odisea de una mujer para conseguir una prótesis ortopédica

 
  ROCA (AR) .- La fragilidad del sistema de salud en Río Negro puede hacer que una simple fractura de brazo se convierta en un suplicio. Así le ocurrió a Rosario Jofré, una vecina roquense de 63 años, quien se quebró el codo derecho hace 15 días y tuvo que pagar de su bolsillo una prótesis gestionada ante la Federación de Clínicas (Feclir).
La entidad pidió los insumos a una empresa de Córdoba, que realizó dos envíos equivocados. Ante la demora y la urgencia por operarse, Jofré consultó y terminó pagando la prótesis en una compañía ortopédica neuquina. Ahora exige a Feclir que le reintegre el valor de los insumos, y se pregunta por qué el trámite se hizo (y mal) en Córdoba, si se podía solucionar fácilmente en la vecina provincia.
El drama de Jofré comenzó el 9 de octubre, cuando se quebró el radio del codo derecho a raíz de un accidente doméstico. Consultó a un traumatólogo, quien le aseguró que debía operarse y que para ello necesitaba una prótesis, que debía conseguir en pocos días para garantizar el éxito de la intervención.
De lo contrario, podría sufrir complicaciones en el movimiento del brazo. Afiliada al Ipross desde hace más de 30 años, acudió a Feclir, encargada de gestionar el insumo que luego pagaría la obra social provincial.
Feclir realizó el pedido de la prótesis a la Corporación Atlantis, localizada en Córdoba. El paquete llegó a los dos días, pero no era el material que requería la operación de Jofré. El error fue atribuido al traumatólogo que asistió a la señora, quien negó tal posibilidad y realizó nuevamente el pedido a la compañía cordobesa en forma telefónica, para evitar una nueva falla.
Concretamente, los insumos constaban de un set de placas, tornillos de pequeños fragmentos y microtornillos para la reconstrucción de la cúpula radial del brazo de la mujer.
Sin embargo, la Corporación Atlantis volvió a mandar un envío equivocado. Esta vez no había posibilidad de error del traumatólogo.
Al mismo tiempo, Jofré supo que la prótesis que necesitaba podía conseguirla en una compañía ortopédica de Neuquén.
Indignada y ante la inminencia de la fecha de operación, Rosario acudió a Feclir.
"El auditor de la en- tidad me dijo que no sabía cuánto costaba el insumo en Córdoba, y que ignoraba cuáles eran los gastos de envío. Por último, me dijo que me remitiera a la obra social o al titular de la Clínica Roca, donde debía operarme. ¿Para qué es auditor de la entidad si no conoce los precios y detalles de lo que debe encargarse de gestionar?", se preguntó Jofré.
En Ipross le informaron que se harían cargo de los gastos, pero era Feclir la encargada de conseguir la prótesis. Ante la necesidad de operarse y sin respuestas, Jofré terminó comprando los insumos a la Ortopedia Carahue, de Neuquén, que envió la prótesis necesaria. Claro que debió desembolsar 590 pesos propios.
Consultado al respecto, el auditor de Feclir dijo estar al tanto del caso, pero se excusó de realizar declaraciones. El profesional afirmó que no podía referirse a la situación de los pacientes, por secreto profesional. Dijo además que los directivos de la entidad se encontraban al frente del reclamo de la señora.
Rosario fue intervenida el sábado 19 y, como si fuera una tragicomedia, el lunes 21 llegó un tercer envío desde Córdoba, que fue devuelto sin abrir.
     
     
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