Miércoles 16 de octubre de 2002
 

Acompañar, como salida laboral

 

En Viedma se dicta la carrera de acompañante terapéutico. Es una vía para asistir a los que están enfermos y no se valen por sí solos.

  VIEDMA (AV)- Una novedosa y necesaria alternativa de salida laboral se está concretando en estos días en esta capital, a través de la carrera de acompañante terapéutico.
Este tipo de formación está a cargo de una entidad dedicada a las actividades para la salud, la Asociación Inaun, cuyo nombre deriva de una palabra de origen mapuche que significa "andar juntos".
Uno de los referentes de esta actividad, Walter Bensoni, explicó que "consiste en una estrategia terapéutica que se despliega en la cotidianidad del paciente, ya sea que éste se encuentre internado o realizando tratamientos ambulatorios".
Consideró que la formación contempla la articulación de los conocimientos teóricos del fenómeno psicológico, la práctica clínica en la aplicación de esos conceptos en el trabajo con el paciente y la función social que implica la integración a la comunidad.
En cuanto a las posibilidades laborales, señaló que "el denominador común de los pacientes que requieren de un acompañamiento terapéutico estriba en una disminución de sus posibilidades de autovalimiento y una significativa retracción producida por la enfermedad" agregando que los servicios pueden estar dirigidos a niños, adultos, adolescentes y ancianos.
La formación de los alumnos tiene una duración de cuatro meses con un total de 64 horas-cátedra, y cuenta con el aval de la Secretaría de Salud Pública, la Universidad Nacional del Comahue (UNC) y el Consejo Provincial del Discapacitado. También la Legislatura rionegrina aportó lo suyo promoviendo una declaración de interés social.
En la etapa de formación, el acompañante debe estar interiorizado del tipo de patología, de las consecuencias psicológicas que son típicas y particulares de cada sujeto y de las dificultades que acarrea la patología.

Don Ríos, el empleado de los viedmenses

Hasta fines de julio de 1963, Néstor Ríos no sabía que el resto de su vida transcurriría sentado en una camioneta cambiando su profesión de tornero en la Lanera San Blás por la actividad de "comisionista" entre Bahía Blanca y Viedma. Hoy lleva 39 años, más de dos millones de kilómetros recorridos y día a día ganando más amigos y clientes que le tienen una confianza de "fierro".
Suplantó a su papá quien se subía a un micro de la entonces empresa "La Puntual" para cumplir con los encargues. No quería hacer lo mismo, de andar en ómnibus y entonces se subió a una doble cabina De Soto que lo transportó durante 26 años pese a haberle consumido tres motores.
En la actualidad "Don Ríos" -como lo llaman todos- viaja más cómodo porque se modernizó comprando una "combi".
"La verdad -apuntó- yo trabajo la cuarta parte que lo que hacía mi viejo, pero en Bahía hago todo tipo de "mandados", me considero un empleado de los viedmenses".
Es fiel a las tradiciones familiares. Tiene en lo más alto la figura señera de su padre y se siente orgulloso de su hijo ingeniero. Su "parador" habitual donde se lo puede encontrar todos los miércoles desde 1963 es la casa de la familia López. Los almuerzos los comparte con Julián Rodríguez, uno de los millares de amigos que tiene en Viedma a quien él considera como "lo mejor que tengo". (AV)

La basura frente al río

La avenida Costanera y su intersección con la calle Colón es uno de los lugares más atractivos de la ciudad. Sin embargo, no todo el mundo piensa lo mismo cuando deja basura acumulada en uno de los cordones de la vereda. (AV)

     
     
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