Martes 15 de octubre de 2002
 

La toma "La Unión" de Centenario no se va y ahora exige servicios

 

Las 34 familias afirman que resistirán el pedido de desalojo que hizo la comuna

  CENTENARIO (ACE).- Las 34 familias que integran la toma "La Unión" y que edificaron sus casillas en la manzana 260, aseguraron estar dispuestos a resistir el desalojo solicitado por las autoridades municipales y para ratificar que se quedarán ya exigen servicios públicos.
"El jueves vinieron del juzgado a tomar los datos de la gente; nos dijeron que no podíamos seguir avanzando con casas de material hasta que no se resuelva la causa", indicaron los vecinos.
Fue durante la visita de los peritos judiciales que se enteraron de la "posible demolición", aunque consideraron que "eso tiene un trámite, no viene de un día para el otro".
Según se conoció, el "interdicto de recuperar", con la solicitud de destrucción de todo lo existente en la manzana que fue ocupada (la 260) fue realizado ante el juzgado civil 1 -a cargo de Enrique Videla Sánchez- el 2 de septiembre pasado por el asesor legal de la comuna, Jorge Pascuarelli.
De acuerdo a la documentación a la que accedieron los vecinos, ya contaban desde el 7 de junio con una denuncia por usurpación por parte de la encargada de tierras de la comuna, Magda Segurado.
Francisco Ramírez, uno de los integrantes de la comisión de vecinos organizados en el asentamiento detalló que "la postura es permanecer y seguir peleando por los terrenos".
Ubicados sobre este camino, se preparan en estos días para presentar un amparo "para que se nos brinden los servicios básicos, como el agua y la luz, que nos están negando".
Ramírez detalló que los vecinos están levantando con esfuerzo su casilla de cantonera, pero que uno de los impedimentos básicos para vivir definitivamente en el lugar -la mayoría vive de prestado o en casa de otros familiares- es la falta de electricidad.
Sin embargo, en el sitio tomado ya existen dos casas de material, una veintena de casillas precarias levantadas y ocho familias vivienda en el lugar pese a la falta de servicios.
"No nos hemos colgado como lo hacen en otras tomas porque hace más de seis meses que iniciamos las gestiones y reclamos ante el municipio e inclusive ante el Concejo Deliberante, queremos hacer las cosas bien", destacó Ramírez.
Junto con Sergio Ojeda, Miriam Padrilla y Sabrina Vera integran la nueva comisión de vecinos del lugar.
"Si las otras tomas tienen luz y el municipio las reconoce, por qué a nosotros no", se preguntaron ayer los vecinos.
Recalcaron que un agrimensor de la facultad de Ciencias Agrarias en solidaridad con los vecinos realizó la delimitación de las calles para seguir el tendido municipal, en tanto se ocuparon de devolverle a los barrios cercanos los espacios destinados a plazas y playón deportivo que en un primer momento también habían sido usurpados.
Los vecinos, en su mayoría subsidiados por la ley 2.128, aseguraron que "no queremos que se nos regale nada; que nos den las facilidades, en cuotas, y les podemos ir pagando los terrenos".
"Lo que queremos es que aunque sea nos pongan un medidor comunitario para pagar la luz y poder vivir mejor; queremos que se nos escuche y que sepan cómo vivimos", dijo una mujer con dos niños a los que necesita nebulizar.
Meses atrás, en el asentamiento habían 67 familias. Sin embargo, más de 40 fueron reubicadas por el municipio en la manzana 500 -al fondo de la calle Formosa- con la promesa de llevarles allí los servicios.
En ese lugar, sólo se levantaron los cercos delimitando los terrenos, porque no hay ni servicios ni redes cercanas desde donde obtener el suministro precario.

     
     
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