Lunes 14 de octubre de 2002 | |||||||
Ver facsímil de los contratos en edición impresa de diario Río Negro |
La maniobra para construir pruebas tras lainvestigación de "Río Negro" |
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La confesó uno de los protagonistas de la "ruta de la coima" y se presentó ante la Justicia. |
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El viernes, un directivo de la firma Edificom se presentó en forma espontánea ante la fiscal Daniela Zágari, de Viedma, y describió con lujo de detalles lo que, unos días antes, se había animado a confesar a "Río Negro": cómo su empresa, una constructora bahiense, accedió a ser instrumento de la "ruta de la coima" que Tecno Acción pagaba a funcionarios de Río Negro por negocios relacionados con el juego; cómo sólo uno o dos días después de la investigación de este
"Favor con favor..." E
Quebrada y en manos de un apoderado, Edificom empezó en 1999 a entregar facturas "de favor", que no cobraba sino que estaban destinadas a justificar "retornos" que desde Tecno Acción S.A. iban a funcionarios rionegrinos. Lo hizo a cambio de la promesa de que podría acceder a obras en Río Negro. Este año, el compromiso se transformó en que le levantarían la quiebra si ayudaba a construir pruebas para explicar a la Justicia cómo Edificom había ayudado a encubrir el cobro de cheques. Un ofrecimiento nada nada despreciable si se considera que la constructora sumaba deudas por más de 400.000 pesos. Su contacto inicial fue un "hombre del entorno" del gobernador Pablo Verani, aunque no de importancia en el gobierno. Edificom pertenecía originariamente a dos bahienses, padre e hijo, de apellido Pérez Menicucci, quienes se dedicaban a la construcción. Actualmente ambos viven en el exterior, y la firma está en manos de un apoderado y de un dirigente sindical portuario de Bahía Blanca que empezó a figurar como presidente a partir del momento de la maniobra. Edificom accedió en junio de 1999 a entregar facturas a nombre de Tecno Acción, simulando la prestación de algún servicio inexistente. Las facturas servían para justificar cheques que de otro modo no podían ser asentados contablemente ya que se destinaban a funcionarios. Todo marchó sin inconvenientes. Edificom hacía facturas y Tecno Acción remitía los cheques (al portador) que en realidad cobraba por ventanilla Carlos Ferrari o algunos de sus colaboradores, que entregaban el dinero a funcionarios rionegrinos. En abril, la investigación de "Río Negro" modificó el escenario. El directivo de Edificom -según dijo a este diario y en la Justicia- aseguró que no sabía que esas facturas se cobraban, sino que se las habían solicitado para justificar gastos en los registros contables. Contó que a mediados de abril lo visitó en Bahía Blanca Miguel Di Capia, directivo de Tecno Acción para confeccionar "el marco legal y contractual" que justificara la ficticia triangulación de valores entre Tecno Acción, Edificom y Ferrari. A cambio del "favor", recibió la promesa de que "levantarían" la quiebra que pesa sobre la firma y saldarían las deudas que se acumulaban con proveedores de materiales y, sobre todo, con el Banco Provincia de Buenos Aires (ver aparte). Como manera de seguir "en las sombras" el mismo apoderado ubicó a alguien dispuesto a figurar como presidente de la empresa. Lo halló: José Luis Suárez quien, en principio, no puso reparos. Pero, contrariamente a lo que esperaba el apoderado, luego comenzó a "negociar" por su cuenta con los solicitantes de favores, lo que tiene al inicial intermediario de la operación bastante molesto. Al parecer, Suárez resulta para los organizadores de "la ruta" más económico, ya que se conformaría con 60.000 pesos. Durante más de dos años, cada mes Edificom entregó las facturas en la forma y por el monto en que se le solicitaba. Luego se resolvió desdoblar la suma mensual en dos facturas, buscando a otra empresa que se prestara a extender una de ellas cada vez. Así se incorporó a Procon, -con sede en Alem 1228 de Bahía Blanca- firma que tiene como rubro principal la construcción y la metalurgia y, como actividad secundaria, figura la publicidad. Esta empresa comenzó a proveer de facturas y recibos a Tecno Acción cuando se decidió desdoblar aquella suma de 50.820 pesos, como modo de achicar el monto total y permitir el cobro de los cheques por ventanilla. El responsable de Procon es Aníbal Oscar Domínguez. La firma tiene domicilio en el 1.228 de la Avenida Alem, en Bahía Blanca. Por estos días, también se ha visto afectada por los incumplimientos en los pagos comprometidos y, el 4 de octubre, remitió una carta documento a Tecno Acción reclamando el pago total de las facturas que emitió. Un soporte "a posteriori" En abril de este año, las publicaciones de "Río Negro" sobre "el juego de la corrupción" y "la ruta de la coima" llevaron a los participantes del acuerdo espurio a imaginar un soporte contractual para intentar justificar lo injustificable: ¿qué bien o qué servicio podía poseer la constructora quebrada Edificom que justificara que la empresa de excelencia en tecnología informática Tecno Acción le pagara cerca de dos millones de pesos con mensual pertinacia? Edificom tiene actualmente dos responsables "visibles": el presidente y el apoderado. "Río Negro" habló con ambos. Y pudo reconstruir la trama hablando con uno de ellos. Así se conoció que el 12 y el 14 de abril, Miguel Di Capua -alto directivo de Tecno Acción- apareció en Bahía Blanca. El 11 de abril "Río Negro" había comenzado una serie de notas que planteaban irregularidades en el negocio del juego, y que citaban el papel de Tecno Acción. Di Capua se reunió con uno de los responsables de Edificom en el Hotel Austral y le planteó la necesidad de formalizar algún documento para justificar las facturas pagadas por Tecno Acción. Se preparaba, temiendo que la Justicia iniciara una causa. El 19 de abril, la gente de Edificom se reunió con Ferrari y con la conducción de Tecno Acción en un estudio jurídico de la Capital Federal. Allí firmaron dos contratos ideológicamente falsos, ya que tenían fecha de dos años atrás. Uno de ellos simulaba que Tecno Acción le compraba a Edificom una máquina cuya tecnología permitiría hacer sorteos instantáneos y personalizados. Por el otro contrato, Ferrari le vendía esa máquina a Edificom, y así justificaría por qué recibía y cobraba los cheques de Tecno Acción. Este último se hizo por 3.200.000 dólares. Se sabe que uno de esos contratos fue ya presentado ante la Justicia por Tecno Acción para intentar justificar el flujo de facturas de Edificom. Es decir, al sólo efecto de construir prueba para justificar las evidencias del soborno que la Justicia obtuvo, se diseñó no sólo algo rebuscado sino carente de toda lógica: ¿qué sentido tenía que una empresa de construcción comprara una máquina a Ferrari? y, más burdo aún, ¿cómo una empresa de alta calificación tecnológica como Tecno Acción le iba a comprar una máquina a una constructora? Como Roberto Vasconcello, el apoderado de Edificom, no podía figurar en un contrato por sus antecedentes, él mismo propuso ofrecer el rol de firmante a José Luis Suárez, dirigente de un gremio portuario. Antes, Vasconcello recordó el compromiso incumplido de asistirlo ante sus deudas, pero sólo obtuvo que le pagaran las deudas más chicas, con proveedores de materiales de construcción, y quedaba pendiente su pasivo de 390.000 pesos ante el Banco Provincia de Buenos Aires. Otro problema planteaba la "construcción" de la prueba: Edificom no tenía relación con Ferrari. Ni se conocían, ya que la constructora había entregado las facturas a emisarios rionegrinos vinculados con el gobierno. Pero no había tenido contacto con Ferrari ni con Tecno Acción. Por lo tanto, se debía confeccionar una estrategia para justificar cómo se habían conocido hasta el punto de firmar un contrato por esa nada despreciable suma. Estaba previsto que la estrategia fuera explicada por Suárez en su testimonio ante la justicia, para lo cual está citado para el 17 de octubre. Una de las opciones que se analizó es que dijera que los titulares de Edificom se contactaron con Ferrari cuando hacían una obra en Tres Arroyos, donde el empresario del juego tiene la concesión del Bingo. Y que esa relación derivó en un ofrecimiento para construir las obras pendientes en Las Grutas y Cipolletti, que después Ferrari no pudo concretar. Para eso, Suárez debía viajar a Las Grutas y a Cipolletti para tener referencias reales de lo que sería su versión. Dijo el apoderado que el convenio de Edificom y Ferrari se firmó el 19 de abril de 2002 en el estudio de Santillán & Ibáñez de la Capital Federal, pero figura como firmado el 10 de diciembre de 1998. El directivo recordó que en esa reunión Ferrari se resistía a la firma de lo que sería su contrato con Edificom. "Pero, finalmente, lo convencieron con algunos compromisos", comentó, sin identificar quiénes y qué argumentos sirvieron para revertir la oposición de Ferrari. El convenio reza que la empresa de Ferrari -con "vasta experiencia comercial en materia de juego y el desarrollo de productos"- está construyendo "un novedoso equipo de servicios para juegos de azar, cuya característica es producir un sorteo personalizado". El precio de los derechos intelectuales sobre ese equipo para sorteos fue fijado en 3.200.000 dólares, que Edificom prevé comprar con "pagos parciales y periódicos hasta junio de 2002 y hasta completar el pago de la mitad". Esta máquina de sorteo ya está concluida y se preveía depositarla en el local que se está "armando" a toda máquina para Edificom, firma que en realidad no tiene ningún local y, de hecho, no lo necesita. Ese local está siendo acondicionado en Irigoyen al 1400 de Capital Federal. Ese inmueble se logró en comodato por un año, que firmó José Luis Suárez. Estas gestiones han sido acompañadas por reuniones en Buenos Aires y en Viedma. Días atrás, el gerente Comercial de Tecno Acción, Miguel Di Capua, deliberó en Viedma con el abogado viedmense Juan Carlos Chirinos -patrocinante de esa empresa- a raíz de la causa que se tramita en la capital rionegrina. Chirinos, ex funcionario durante el gobierno de Horacio Massaccesi y actualmente abogado particular pero ligado al gobierno, transmitió a "Río Negro" la decisión de Di Capua de que la empresa no hablaría. El tampoco quiso abundar en detalles. Sólo dijo que su patrocinio se inició después de la presentación a la Justicia de Tecno Acción, en la cual, precisamente, se aludió a que los pagos sospechados habían sido realizados a Edificom. No aportó otros datos pero quedó en evidencia su pretensión de liberarse de las acciones anteriores. Chirinos presentó el escrito que, a principios de mayo, Tecno Acción elevó a la Justicia, aunque se desconoce si participó en su redacción. Las notas sobre la "ruta de la coima" Los días 11 y 12 de abril de este año, en las notas "El gran juego de la corrupción", se explicó la rescisión del contrato de los casinos que pactaban funcionarios con Carlos Ferrari. También se indicaba que éste había alardeado de haber pagado coima para hacerse de ese contrato y de ayudar a los funcionarios rioneginos con injerencia en su área para que cobraran una coima que les pagaba otra empresa. El 13 de abril la fiscal Zágari inició acción penal contra el gobernador Verani, el titular de Lotería, Miguel Irigoyen y el directivo de Varsa, además de otros ex funcionarios y empresarios. Los pagos, uno por uno Las facturas de Edificom como justificación para los misteriosos pagos de Tecno Acción comenzaron justo cuando en Buenos Aires, y en forma casual, un juez investigaba a Albany Trade en relación con cuestiones que nada tenían que ver con Río Negro, y complicaba toda utilización de esa firma para encauzar dinero "caliente". Albany era una de los tantos "sellos"de Ferrari utilizado como pantalla para disimular el desvío de dinero a los funcionarios y donde figura como presidente Andrés Santamaría, ex basquetbolista amigo del hijo del gobernador Pablo Verani. La quiebra de Edificom A partir de junio, Tecno Acción canceló parte de las deudas de Edificom S.A. para levantar la quiebra. Este trámite pretendió intentar justificar que esta constructora -sin intervención del síndico- "moviera" más de 1,6 millón de pesos. Procon, otro "socio" decepcionado Un segundo convenio fue firmado entre Procon y Edificom en el que ésta -lo que resulta difícil de creer- le cedió a la firma de Domínguez el 50 por ciento del contrato de servicios que había firmado con Tecno Acción. Aníbal Oscar Domínguez es el titular de Procon. Los protagonistas Roberto Vasconcello y José Luis Suárez -ambos radicados en Bahía Blanca- son las dos caras de Edificom.
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