Domingo 6 de octubre de 2002
 

Un asunto delicado

 
  Vendrá Jorge Sobisch. Como suele ocurrir en estos movimientos de "cohorte" a los que acostumbra el gobernador, el martes y miércoles serán días de agenda a destajo, matizados con reuniones puertas adentro del MPN. También serán dos jornadas de chequera celosa pero predispuesta, porque la renta petrolera es capaz de estas cosas y más.
En verdad, el gobernador y su séquito vendrán con una clara idea de cuáles son los emprendimientos prioritarios a los que asignar dinero.
Es que Sobisch va de pueblo en pueblo conociendo de antemano el grueso de las obras que las autoridades locales le plantearán en prolijas carpetas, lo que -con plata en mano- le facilita exhibir anuncios como conejos de la galera.
Eso implica trabajo previo con su gabinete y, sobre todo, entre los distintos pliegues técnicos intermedios de provincia y municipios. Eso es bueno.
Pero en los modos, su estilo agrega una pincelada de campaña electoral a cada acto, aún cuando ni siquiera hay fecha de elecciones provinciales. Eso no es tan bueno.
No es de esperar aquí grandes anuncios, aunque con Sobisch nunca se sabe. Los proyectos más significativos, como la conclusión del pavimento de Siete Lagos, ya fueron comprometidos, mientras que otras obras importantes recurrirán al financiamiento del Iadep.
De seguro prestará oídos a las necesidades de infraestructura para Chacra 30, a obras o reinversión en saneamiento, a planes de viviendas y obras comunitarias, y a pequeños emprendimientos surgidos de Turismo.
También podría financiar proyectos como el tratamiento regional de residuos, y un estudio sobre el futuro de aeropuerto Chapelco; si es que llegan en carpetas bien presentadas, pues de lo contrario suele fastidiarse.
Ahora bien. ¿Cuál es el tema para el que no habrá dinero, aún cuando Sobisch lo tuviere? Se trata de los 232.000 pesos que la comuna asignó al pago de planes Jefes de Hogar en mayo pasado, cuando el programa ideado por Chiche Duhalde era pura incertidumbre.
Con el centro cívico tomado y rumores de saqueo, el intendente Sergio Schroh dispuso del dinero para evitar el incendio. Unas 1.600 personas cobraron 150 pesos en dos tandas, con fondos municipales y ateridos bajo aguanieve.
Por entonces Schroh declaró -y luego lo hizo por escrito- que la provincia se haría cargo de afrontar el grueso de ese gasto.
Sobisch debía firmar el cheque respectivo, para tranquilidad de todos. Pero ha pasado el tiempo y la partida no aparece. Es que el gobernador -dicen en las cercanías de su entorno- no está dispuesto a convalidar aquella metodología; al menos no sin riesgo de que el ejemplo se expanda peligrosamente.
El dato es que además hay dudas sobre buena parte de los 232.000 pesos, que habría sido dispensada de manera desprolija: duplicaciones de beneficiarios o pagos a personas que ya habían cobrado planes provinciales o municipales días antes, por caso.
Los peronistas plantarán bandera. Han dicho que no convalidarán con sus cuatro votos la imputación para blanquear el uso del dinero municipal en el pago de un subsidio de orden nacional.
Si otros ediles les siguen en esa postura, Schroh y cada uno de los firmantes de la orden de pago podrían afrontar cargos a los que responder con su peculio. También habría cimbronazo político de cara al último tramo de gestión.
Como se ve, es un asunto delicado.

Fernando Bravo
rionegro@smandes.com.ar
     
     
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