Viernes 11 de octubre de 2002
 

El juicio a la Corte, cada vez más cerca del rechazo

 

Todo parecía indicar anoche que el oficialismo lograría su objetivo de sepultar el juicio. Los impulsores del proceso sólo tenían esperanzas de alcanzar los dos tercios para acusar a Nazareno.

 
Los agotadores discursos de los diputados en favor y en contra del juicio a los jueces de la Corte se extendían al cierre de esta edición
El dictamen acusatorio contra los miembros de la Corte se encaminaba anoche hacia su rechazo, en el marco de un debate signado por las enfáticas exposiciones de los impulsores de la acusación y por las férrea defensa de los ministros sostenida por los menemistas.
Si bien cerca de las 22 todavía no había sido sometida a votación la acusación contra el titular del Alto Tribunal, Julio Nazareno, en quien se concentró el debate por ser el juez sobre quien pesa la mayor cantidad de cargos, lo cierto es que ningún sector se jugaba aún porque esta acusación quedara sepultada.
De todas maneras, según los testimonios recogidos de distintas fuentes, todo parecía indicar que el oficialismo lograría su objetivo de sepultar el juicio político dado que los impulsores del dictamen de mayoría no lograban reunir los dos tercios necesarios para que prospere la acusación.
Sin embargo, los promotores del enjuiciamiento aún tienen esperanzas de llegar a los tercios para acusar a Nazareno y aseguran que si alcanzan su objetivo cosecharán mas de 140 votos, es decir un respaldo mayoritario de sus pares.
El denominado bloque institucional de la comisión de Juicio Político asegura contar con los sufragios de 65 radicales, 30 del ARI, 5 de Izquierda, 5 del Frepaso, 25 o 30 justicialistas, y unos 10 provinciales.
En cambio, Gustavo Bossert, Enrique Petracchi, Augusto Belluscio y Carlos Fayt serán los ministros con menos votos en contra, ya que el radical Jesús Rodríguez anunció que la mayoría de la UCR aprobará el enjuiciamiento de la denominada mayoría automática, Nazareno, Guillermo López, Adolfo Vázquez, Eduardo Moliné O"Connor y Antonio Boggiano.
La mayoría de los provinciales también se inclinará por votar la acusación de Nazareno, pero adelantó que avalará el juicio a todos los jueces del máximo tribunal de la Nación, según informó el demócrata progresista Alberto Natale.
Con una presencia promedio de poco más de un centenar de diputados, la segunda jornada del debate del juicio político estuvo signada por los discursos pronunciados tanto por los impulsores de la acusación como por los expresos defensores de los ministros del Alto Tribunal, en su mayoría diputados menemistas.
Esta situación hizo que ninguna de las posturas expresadas en cada uno de los discursos resultara sorpresiva. Por ese motivo, más allá de la fundamentación de cada uno de los cargos que pesan sobre Nazareno en el dictamen acusatorio, lo cierto es que buena parte de los discursos pronunciados fueron dedicados o bien a ataques hacia el trabajo de la comisión o bien a su defensa.

"La peor enfermedad"

En este marco, la diputada del ARI Elisa Carrió aseguró que la "peor enfermedad" del país "es la violencia institucional de la impunidad" y señaló que un eventual cierre de este proceso demostrará que "los pactos secretos de culpa son superiores a los intereses de la Nación".
Por su parte, el diputado menemista Manuel Baladrón afirmó que el proceso de juicio político a los miembros de la Corte Suprema de Justicia "está teñido de una clara especulación política" y consideró "curioso" que "recién después del 2002 empezaran a aparecer los pedidos de juicio político a la Corte".
Del lado del radicalismo, Jesús Rodríguez aseguró que la ampliación de la Corte ocurrida en el gobierno de Menem "fue el pecado original de la década institucional argentina que se inauguró en 1983 y un paso trascendente para que el menemismo pueda imponer su proyecto hegemónico de los 90".
En tanto, el justicialista José Falú, integrante del llamado `grupo Talcahuano` dentro del bloque del PJ, señaló que "en esta Argentina de los últimos años, sin prisa y sin pausa, gradualmente se fue formando un unicato que se puso al servicio de uno pocos, de no más de cien grupos de poder político y económico".
(Télam y DYN)

Corralito: el máximo tribunal dio señales

La Corte Suprema de Justicia rechazó la representatividad del ombudsman nacional para accionar ante la Justicia en nombre de profesionales que reclamaban por una cuestión impositiva, pero el fallo podría tener implicancias en causas vinculadas con el "corralito".
Fuentes judiciales interpretaron que el rechazo a la "legitimación activa" del defensor del Pueblo de la Nación, Eduardo Mondino, podría también aplicarse al expediente en el que una jueza de primera instancia y una cámara derribaron el "corralito" y todas las medidas que lo ampliaron y profundizaron.
En el acuerdo ordinario de ayer, la Corte rechazó el reclamo de una abogada que había cuestionado una presunta "desigualdad ante la ley", surgida por una disposición de administraciones anteriores del Ministerio de Economía.
Aquella norma legal obligaba a algunos profesionales a registrarse como responsables inscriptos y tributar IVA -según un piso mínimo de facturación- mientras otros tenían la alternativa de ser monotributistas.
Pero al mismo tiempo que la abogada (y otros profesionales de distintos rubros y entidades que los agrupan), también la Defensoría había accionado con idéntico reclamo, arguyendo que representaba a "todos" los comprendidos por la normativa económica.
La Corte, sin pronunciarse sobre el fondo de la cuestión, desconoció la "legitimación activa" del ombudsman pues individual o colectivamente, los profesionales ya habían reclamado, por vía del amparo, ante la Justicia.
El caso es análogo al del "corralito" financiero: mientras el ombudsman obtuvo, en representación de todos los ahorristas del país, la inconstitucionalidad de las restricciones bancarias, los propios perjudicados, individualmente, habían accionado por su parte. (DYN)

Escenario: Solos en la madrugada

La Cámara de Diputados continuaba anoche su maratónico debate sobre el pedido de juicio político a los miembros de la Corte Suprema de Justicia en medio de una marcada indiferencia social.
La desatención generalizada parecía darle la razón a la diputada jujeña que pasó del Frepaso al Moreci, Marta del Carmen Argul, que antes de ingresar al recinto para completar el quórum estricto, señaló que "el tema de la Corte no es importante en mi provincia".
La abulia popular también parecía convalidar la decisión del oficialismo de pagar un escaso costo político, al priorizar la gobernabilidad a cualquier otra razón de transparencia.
Casi en la esquina de las avenidas Rivadavia y Callao, medio centenar de fieles de distintas iglesias evangélicas imploró por la tarde por legisladores y jueces, al tiempo que advirtieron que "la ira de Dios caerá sobre los malos políticos".
Una valla de hierro y decenas de policías separaban al nonagenario palacio de los transeúntes, que circulaban con dificultad por las calles que delimitan la manzana del Congreso.
Sólo la interrupción del tránsito en la avenida más larga de Buenos Aires permitía suponer que detrás de los gruesos muros se estaba tratando un tema de trascendencia institucional.
Bajo la imponente cúpula del Palacio, en el Salón Azul, la inauguración de la muestra de la obra del pintor Aldo Severi convocaba pasadas las 20, muchísima más gente que la que seguía el debate desde las semidesiertas graderías. En el palco de periodistas los cronistas parlamentarios podían circular con la tranquilidad de no enredarse en un enjambre de cables ni con el riesgo de que su silla fuera ocupada por las posaderas de algún curioso. Los memoriosos recordaban que un clima de abulia similar se vivía la madrugada del 5 de abril de 1990, cuando la cámara baja votó en segundos y en una sola votación -pese a que la ley tenía cuatro artículos- la ampliación de Corte Suprema de Justicia de cinco a nueve miembros.
Por la noche, en un café de las inmediaciones del Congreso dos parroquianos discutían sobre si el evidente desinterés obedecía al desprestigio de la política por la pérdida de calidad de vida de los argentinos o por un desapego crónico a las instituciones recuperadas hace dos décadas.
- Lo que pasa es que nunca discuten lo que le interesa a la gente, opinaba el más viejo de los contertulios café de por medio. (Télam, Alberto Dearriba)

     
     
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