Domingo 6 de octubre de 2002
 

A dos años, "Chacho" reaparece con autocríticas

 

El ex vicepresidente presentará un libro sobre su gestión en el gobierno aliancista. Los dirigentes frepasistas echan la mirada hacia atrás e intentan un diagnóstico de la centroizquierda.

  BUENOS AIRES (ABA)- El libro promete ser explosivo. A dos años de su renuncia como vicepresidente, Carlos "Chacho" Alvarez se apresta a presentar "Sin excusas", escrito en colaboración con el periodista Joaquín Morales Solá, donde el ex líder frepasista cuenta pormenores de la formación de la Alianza, de sus 10 meses de gestión, de su relación con De la Rúa, del escándalo de las coimas en el Senado; y practica la autocrítica.
"Es su forma de regresar a la política", explica el diputado José Vitar, alter ego de Alvarez.
Quedó herido. Reconoce sus errores. Sabe que su situación no tiene retorno. Se adjudica culpas. Pero "Chacho" no ceja en la búsqueda de explicaciones, en echar la mirada hacia atrás. Ahora, reparte su tiempo entre la docencia (en la universidad de Quilmes), la preparación intelectual (en FLACSO) y la escritura; a pesar de que terminó su libro -que será editado en noviembre por Sudamericana- continúa escribiendo. Cada vez va más seguido a las oficinas del Frente en el barrio de Congreso. Allí esta diseñando la estructura de un centro de estudios, desde donde pretende colaborar con la formación de cuadros tecnico-políticos.
Ahora, metido en la piel de un formador, repite términos que antes no usaba: "tecnodemocracia, viabilidad tecnocrática..." Admite que uno de los problemas de la centroizquierda argentina es que carece de cuadros técnicos conque afrontar una gestión. "Ese fue nuestro problema en el gobierno, porque los progres creen que no hay que especializarse en nada" explica. No va a regresar a la política activa. Pero quiere generar un nuevo espacio, una izquierda moderna y efectiva.
Tanto "Chacho" Alvarez como quienes fueran sus colaboradores reconocen los errores cometidos. Saben que, en buena parte, son responsables de la actual crisis argentina. Y que aquella renuncia tuvo un efecto dominó que llegó hasta el 20 de diciembre, día en que finalmente renunció De la Rúa y el proyecto aliancista se hizo trizas. Saben, asimismo, que la gente creía en ellos, que representaron una esperanza desaprovechada; otra más.
"Tenemos que revisar la idea de la Alianza. Creo que hicimos una mala caraterización de De la Rúa. No compartíamos muchas cosas, pero pensábamos que era un moderado y nos encontramos con un conservador absoluto, tributario de los peores vicios de la política", indica Vitar.
Darío Alessandro discrepa con esa opinión: "Empezar la autocrítica desde la conformación de la Alianza es fácil ahora, porque es como plantear el diagnóstico con el diario del día después. Creo que nuestro error tampoco fue el desconocimiento de De la Rúa, todos sabíamos cómo era. Más bien, nuestro gran error fue leer mal la realidad económica. No teníamos ni idea del país que recibíamos y eso fue culpa nuestra". Además, Alessandro sostiene que al gobierno aliancista le faltó cohesión política: "Cualquier gobierno debe tener un núcleo de sustento político, y nosotros no lo tuvimos".
"Ese desafío era gobernar aun con una Alianza heterogénea. Sabíamos que De la Rúa no era como nosotros, pero nunca se puede gobernar en una situación ideal. La verdad es que no nos sentimos oficialismo", agrega la diputada Nilda Garré, aún en el bloque del Frente Grande.
Ninguno de los que fuera escudero de Alvarez critica, desde la actual perspectiva, la decisión de renunciar. "Es lo único que podía hacer", se lamenta Vitar. Para el también diputado Carlos Raimundi, que mantiene asiduo contacto con el ex vicepresidente, "en todo caso el error fue renunciar a la política". Y explica: "él podría haber renunciado al cargo y quedarse dentro de la política, donde tenía mucho que entregar. Y tendríamos que haber renunciado todos los frepasistas para acompañarlo".
Alberto Flamarique, quien quedó involucrado en el escándalo del Senado siendo ministro de Trabajo y fue señalado por Alvarez como el responsable de las coimas, en cambio, está convencido que la renuncia de Chacho fue "una irresponsabilidad". "Quiso dar un testimonio, pero el poder no se maneja con hechos testimoniales. Y terminó desilusionando a todos los que creyeron en él", dijo el ex operador frepasista.

Gonzalo Alvarez Guerrero

De la esperanza a la diáspora

BUENOS AIRES (ABA).- Mientras "Chacho" Alvarez hace las correcciones finales a su libro, quienes conformaran la segunda línea frepasista intentan reacomodarse en el convulsionado mapa político argentino. El Frente Grande sobrevive, aunque más como sello, casi como una entidad burocrática. En su etapa dorada, cuando la Alianza llegó al poder en diciembre de 1999, consiguió colocar 36 diputados propios en el Congreso; todo un récord. Al momento de la renuncia de Alvarez, apenas quedaban 16. El resto se había mudado a otras fuerzas, a la búsqueda de mejores horizontes. Hoy, ese bloque está muy partido.
Darío Alessandro comanda el Frepaso residual, que contiene a otros seis legisladores: Rodolfo Rodil, Nilda Garré, Cristina Zucardi, Julio Acavallo, Alejandro Filomeno y Araceli Méndez de Ferreira. Ellos conforman el grupo que apoya el gobierno de transición y unidad que encabeza Duhalde, y hasta tienen sus referentes a nivel "oficial": la senadora Diana Conti y el ministro de seguridad bonaerense Juan Pablo Cafiero. Mantienen cierto diálogo con Chacho Alvarez, pero tienen una pésima relación con sus ex colegas del bloque frepasista. Los chachistas, de hecho, los acusan de "ser siempre oficialistas".
Los más cercanos a Alvarez se mudaron al ARI, y hacen lo que los hace sentir cómodos: oposición. El propio ex vice simpatiza con Carrió, pero actúa apenas como suerte de asesor externo y jura que no piensa volver a la política activa. Sin embargo, tiene una interlocutora de lujo con la diputada chaqueña: su mujer, Liliana Chiernajovsky, es la jefa de este grupo de frepasistas mudados al "lilismo" y que además integran José Vitar, Graciela Ocaña, Marcela Bordenave, Eduardo Macaluse, Carlos Raimundi, Atilio Tazioli y María América González. Los "chachistas" del ARI apuestan a formar una nueva fuerza progresista alrededor de Elisa Carrió, y algunos de sus integrantes son fundamentales en la estructura. Ocaña y Bordenabe forman parte del circulo íntimo de la candidata; Vitar actúa como el operador de Alvarez; mientras que Raimundi y María América González son la vanguardia legislativa. Los ex frepasistas, sin embargo, no están tan a gusto en el nuevo partido. Chiernajovsky -y por lo tanto se supone que Chacho - no aprobó el acercamiento de Carrió con el trotskista Luis Zamora. A su vez, están peleados con los socialistas, cofundadores del ARI. Alfredo Bravo, Norberto Laporta y Héctor Polino amenazan con retirarse de la estructura si las influencias de "Chacho" siguen aumentando.
Hay otras dos líneas frepasistas, aunque se trata de conformaciones territoriales. Aníbal Ibarra, jefe de Gobierno porteño, conserva el cargo de titular del Frente Grande, aunque parece un título decorativo, ya que no existen reuniones. Ibarra basa su poder en el aparato estatal de la ciudad, y juega sus fichas a la reelección. Con ese objetivo, coquetea con varios, en busca de un candidato presidencial con quien compartir la lista. Mantiene esporádicas conversaciones con Carrió, recientemente se acercó a Kirchner y hasta hubo contactos con Rodríguez Saá.
El otro grupo es el bonaerense. Son aliados del Frepaso residual, Rodil se mueve como su gerente y apuestan a crecer desde las dos gestiones municipales que manejan: Martín Sabatella en Morón (busca su reelección con un partido vecinal) y Oscar Laborde en Avellaneda. Están sin conducción formal, ya que Graciela Fernández Meijide sigue siendo la jefa del Frepaso bonaerense pero está prácticamente retirada de la política.

"Defraudé"

La ex ministra de Desarrollo Social Graciela Fernández Meijide pidió ayer perdón por haber "defraudado" a la gente, se arrepintió de haber ocupado esa función y confirmó que Chacho Alvarez quiso volver al gobierno como jefe de Gabinete con la llegada de Cavallo a Economía.
"Siento mucho el haber defraudado en la medida de lo hecho, asumo las responsabilidades aunque sé que no las tuve todas y que por esa misma razón me mantuve en silencio todo este tiempo", dijo Meijide a la radio Rock and Pop. Se quejó de que compartió sus decisiones "con dos viceministros radicales ( Felgueras y Morales), y agregó que "yo participé del intento de la vuelta de Alvarez con Cavallo, pero por supuesto fracasó".
(Télam)

Intimidación a Ocaña

La diputada nacional por el ARI, Graciela Ocaña, sufrió ayer un acto "intimidatorio" contra su domicilio ubicado en la localidad bonaerense de Haedo, cuando desconocidos arrojaron pintura negra en el frente de la casa, acto que la legisladora vinculó a "alguna de las investigaciones en las que estoy trabajando".
"Hice la denuncia en la comisaría segunda de Haedo, porque quiero dejar asentado el hecho, ya que vivo con mi familia", expresó Ocaña a DyN, y sostuvo que las pintadas frente a su domicilio "me hacen recordar la época del nazismo, cuando se marcaban las casas de los judíos con pintura negra".
Ocaña recordó que entre las investigaciones en las que está trabajando, se encuentra "una sobre un personaje muy poderoso de la Argentina, que daré a conocer la semana que viene", aunque prefirió no revelar la identidad de la persona a la que aludió."Estoy trabajando en la investigación sobre las cuentas de Menem en Suiza, el juicio político a la Corte y la fuga de capitales de la Argentina", mencionó entre los temas en los que está trabajando. La legisladora por el ARI dijo que esta mañana "un vecino me avisó que el frente de mi casa estaba pintado con pintura negra" y agregó que "salí y me encontré con esa escena. (DyN)

     
     
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